No sabes cuĂĄnto y cĂłmo añoro aquellas caricias tuyas. Esas manos (mĂĄs bien garras) entreteniĂ©ndose en mis mejillas con fuerza tosca. Y cuando tirabas de mis cabellos hasta dejarme calva, ¿recuerdas?; tenĂa que callar para no decirle al doctor que todo era… por amor.
Hoy, recuerdo nuestro amanecer al amor. Te conocĂ aquel dĂa del partido de bĂ©isbol cuando lanzaste esa cerveza baboseada sobre mi nuca. Eso me enamorĂł definitivamente.
Uy... y esos piececitos tuyos calibre 44, con los cuales golpeabas mi espalda para recordarme que te sirviera la cena. Yo sentĂa el honor de ser tu marinovia y caminar a tu lado o mĂĄs bien… detrĂĄs, cuando me hacĂas andar descalza cerro arriba y cerro abajo, cargando las latas de agua o tu hijo con la otra que yo de forma silente asumĂ y criĂ© mientras ambos retozaban entre sĂĄbanas limpias…porque las lavĂ© con anterioridad.
Yo comprendĂa que no tuvieras dinero para comprarme el par de chancletas nuevas y jamĂĄs protestĂ©. No podrĂa olvidar cĂłmo me hacĂas el amor. Primero me tirabas sobre la cama y aunque por lo general me caĂa, tĂș me parecĂas tan hombre, tan macho, tan TarzĂĄn.
Han transcurrido un par de años desde nuestra lejanĂa, luego de aquella noche que salĂ corriendo del rancho en hilo nada mĂĄs pues estabas como loco con ese tubo, diciendo que te contaron que yo tenĂa al de la bodega como un amante; no aceptaste la verdad, que el señor me sonreĂa y compadecĂa por lĂĄstima de que yo estuviese contigo cuando mĂĄs bien te defendĂa de su ignominia.
Pero confieso que no comprendo por quĂ© ya no puedo estar contigo, si ahora tengo que calarme a este paganini simplĂłn, quien paga todos mis caprichos, vivo en una quinta que de impecable da asco. De tan tierno, consecuente, cariñoso y abnegado mĂĄs bien llega a empalagar, en nada se parece a ti, que eres tan frĂo. Tan es asĂ que ni amante tiene.
Extraño nuestros paseos por el 23 de Enero a que tu compadre el jĂbaro, bajar a la playa de Ocumare en las noches que rascado querĂas conducir tu Dodge Dart que en cualquier parte se varaba y me tocaba empujarlo; ahora no salgo de ParĂs, Disney o como muy cerca, Aruba.
Absorbo en mi jacuzzi todos los recuerdos y reflexiono. Metiendo el dedo en la copa de piña colada me digo: "nunca la felicidad es completa ni como se escribe en nuestras mentes”.
AdiĂł caro mĂo, seguirĂ© padeciendo con este prĂncipe buena gente, en vez de estar contigo que eres mi boxeador atormentado.
AdiĂł caro mĂo, seguirĂ© padeciendo con este prĂncipe buena gente, en vez de estar contigo que eres mi boxeador atormentado.
1 comentario:
Excelente artĂculo! es la triste realidad que viven muchas mujeres en nuestro paĂs y en el mundo entero.
Adecuado para la fecha... jejeje
un besito
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