LA MEDICINA NO ES BUENA EN EL AMOR

No nos imaginamos lo qué cuesta a un profesional de la medicina enamorar a una muchacha. Las trabas son innumerables. Tengo un súper pana que es gastroenterólogo que me expresó: Cuando uno se encuentra con una chica en un sitio apartado a media luz, habiendo dejado en el consultorio el contexto anátomo-patológico del cuerpo humano, uno siempre, por ejemplo: a veces el médico con el romanticismo por delante le dice a una chica ¡Qué bonitos ojos tienes debajo de esas dos cejas¡ y ella te contesta: sabes, hablando de ojos, tú por casualidad no conoces a un oftalmólogo amigo tuyo que me recete un colirio, es que amanezco con los ojos rojos.

O si le mencionas que sus labios se parecen a dos corales de la mar te dicen "ay chico, recomiéndame algo para esta llaguita que tengo en la boca".
Ante tales respuestas uno se estira -sigue contando-, se encoge, retrocede y de nuevo insiste. "Tus pechos son como dos tepuyes guayaneses ¡qué lindos!" pero ella te susurra al oído algo que le baja la libido a cualquiera". No creas cariño, estoy un poco preocupada, ayer me hice una mamografía con la Dra. Lombardi y me dijo que tenía un tuyuyito sospechoso." Y no vas a succionar, estoy amamantando ¡mosca!.

Menos mal que dicen la verdad, así como le piden al hombre encarecidamente que lo digan menos si les preguntan de su peso y arrugas. Y eso no es todo si tú le acaricias el ombliguito, en un sonido casi gutural te murmura: "No me toques tan duro mi amor, mira que soy herniá*".

Al realizarle un masaje en los pies, solicitó algo para una pecueca que le estaba saliendo. Aparte que el juanete se veía menos ancho que los dedos gordos.

Cuando por fin ya empezaba a acceder a sus caricias, la mujer se puso de todos colores como un arcoíris (de los que no hay porque no ha llovido) y en un tono violento le dijo: "No puedo, ayer fui a consulta con la Dra. Iturriza y me diagnosticó ¡Vaginitis, Bacilos de Doderlein y Candidiasis!. Lo dijo cuando ya había pasado la lengua.

En fin, como les ocurre a los médicos le ocurre a la mayoría de los profesionales. Los levantes a veces son cosas del momento y “utilitarios” ya que pagan con especie para sacarte mercados, empleos, ayuditas, etc.

Y si bien de ambos bandos las sinvergüenzuras son modos de vida, es mejor en la medicina y en toda profesión, conseguirse su bistec fijo, con los cuales tenga un control tácito de salud y no un tanteo cuando es sólo un mastuerzo. Ya que ese chequeo que es supuestamente gratis, a ambos les puede salir caro, más allá del dinero.

Pero…no se cohíba del todo, las hormonas son estudiadas por la medicina y es bien sabido que si se calientan y no salen, estallan dentro y te atormentan.

*dícese de quien sufre de hernia(s)
(Como me lo contaron, lo conté...bueno, lo puse mejor)

2 comentarios:

MIR dijo...

deberías hacer uno de cómo le cuesta a los hijos de médicos soportar a sus padres..besos Mir

Inés de Cuevas dijo...

Queridos amigos:

Hace un año fue creado http://inesdecuevas.blogspot.com con la idea de recoger opiniones e información del acontecer internacional.

Sin embargo, la razón fundamental de su existencia ha sido: La lucha por la democracia contra el totalitarismo en cualquier lugar del planeta, la defensa de la libertad de expresión, así como el respeto a la Constitución de cada pueblo democrático y el celo infinito por los derechos humanos de grandes y chicos, incluso, los derechos de los animales.

Siempre he estado bien clara en que en mis ideas mando yo, son mías, me pertenecen, sólo Dios y los santos, nadie más. He ahí por qué no soporto a los tiranos y sus doctrinas filosóficas: raíz de la ignorancia y calvario de la sociedad.

A ustedes que son tan talentosos y que disponen de tanta capacidad y libertad de pensar les entrego este trofeo por su interesante y valiosísimo trabajo en Internet, por su apoyo y solidaridad, por sus post y notas en mi web, por cuidar mis andadas y desandadas aún con tropiezos, por sus guiños y por las palmaditas en mi espalda.

Enhorabuena. ¡Bien merecido que lo tienen! Que Dios les bendiga.

Les invito, con gratitud y orgullo, a recogerlo.

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