- Empieza a usar las
palabras: mi chiquita, mi tortolita, mamasonga, mi paponsote, puchunga, coneja
de bigote corto; palabras que nunca te había dicho
en 20 años de casados.
- Se la pasa oyendo a
Ricardo Arjona cuando lo que siempre le ha gustado es el rock pesado.
- Se mete tremendo baño al llegar a las 12 de la noche después de trabajar "horas
Extras" en la oficina, para quitarse el sudor y el olor a cigarrillos
porque "el jefe fuma demasiado" (¡!)
- Después de tener como 40 años bebiendo ron, anís, malojillo, berro, caña
clara y fruta e'burro, empieza a pedir daiquirí de fresa, perfecto amor y
menta.
- Se sabe al pelo todas
las teleculebras y en la casa nunca ve televisión.
- Cuando sale contigo a un
restaurant, discoteca o piano bar, anda más
chorreado que pañal de lactante con diarrea, se sienta en los rincones dándole
la espalda a la puerta de entrada.
- Cuando le sales en tanga
con una bata transparente y lo invitas a acostarse para "Platicar" un
ratico, le da el lumbago, le duele la cabeza por la tensión arterial o está intoxicado con "un pescado que comió"(¿?)
- Le encuentras en los bolsillos
del pantalón unos boletos de cine y hace aaaaaaaaaaaños que no
te lleva a ver una película.
- Cuando te va a hacer un
cariño, algunas veces te dice: ¡Oh mi Elda! pero tu no
te llamas Elda sino Berenice.
- Te lleva a un motel
donde tú nunca habías ido y el portero le dice: ¿la
habitación de siempre panita?
- Cuando suena el teléfono sale disparado como peñonazo de loco pero si eres tú quien lo
atiende, no contestan o cuelgan.
Si usted, querida amiga,
ha sufrido todo esto que le hemos señalado, no
cabe ninguna duda de que a usted le están jugando camunina, es decir, le están
saliendo cuernos igual que una vaquita o una venadita. ¡Póngase las pilas si no
quiere enredarse con los cables de la luz o atorarse con los marcos de las puertas.
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