Padre, cuando tu hijo


-te busque con su mirada... míralo y límpiale las legañas, deja la flojera y la cochinada.

-te tienda sus brazos... abrázalo y écha­le desodorante en las axilas que ese violín no se lo cala nadie.

-te busque con su boca... bésalo, pero antes haz que se cepille las encías o coja unos buches de enjuague bucal. ¡Qué tufo, Dios mío!

-te quiera hablar... escúchalo y no per­mitas que te repita las groserías que aprendió con los amiguitos, o las bu­rradas que dicen los políticos.

-se sienta desamparado... protégelo, no dejes que los estafadores y espe­culadores lo agarren de sopa para tracalearlo.

-se sienta solo... acompáñalo, forman un dos pa' dos y se van de barranco con un par de jevas. Porsia, póngan­se el sombrero.

-te pida que lo dejes... déjalo, ya sabe cómo es la movida y quiere desenvol­verse solo.

-te pida volver... recíbelo, no lo regañes por haberse embarcado con la tipa que lo dejó esperando a pesar de que hasta tenía habitación reservada.

-se sienta triste, consuélalo, hazle sa­ber que mujeres hay millones en el mundo, además un hombre sin cachos es como un jardín sin flores...

-esté pelando... anímalo, lo material se recupera. No importa haber gasta­do esos reales en champaña, hotel y regalitos. Adelante con los negocios para ponerse al día con los churupos.

- sienta haber fracasado, reconfórtalo, enséñale los miles de trucos para le­vantar una pava que caiga rendida a sus pies, loca de amor; que vaya di­recto al grano y se deje de discursos estúpidos como: ¿"Qué pasaría en el cielo que los ángeles están bajan­do"? o, "en la navidad de mi vida, tú eres la hayaca que necesito".

-pierda toda esperanza... aliéntalo, que se ponga su buena pinta, la cartera full de "milongas sentimentales", pilo­teando su "hummer-sinda" o la "bleizer", nada importa que sea narizón, le fal­ten varías piezas al "juego de come­dor", que huela a "calzoncillo de loco" y lo que hable sea puros sapos y culebras... Que recuerde siempre que ¡billete mata galán!
José Inojosa para Humoristech sin CIA

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