Historia del "Feliz Año" en Venezuela...con humor (parte 2)


Crecía la población y ya el pobre cañón, aunque lo disparaban desde lo alto de La Planicie y Caracas no era tan grande aún, comenzaba a resultar insuficiente, ya que en muchas partes no se oía el disparo a las 12 y muchos tardaban para darse el abrazo, en especial la gente humilde sin reloj. Hasta que apareció la mágica radio, que extendía sus emisiones ese día y participaba el momento en que llegaba el Año Nuevo. Ya después los vecinos se ocupaban de correr la voz para quienes aún no tenían esos radios que por su tamaño y componentes, pesaban más que un borracho dormido.
 
En tiempos gomecistas, todo era como el slogan del dictador “¡shitoooo!, pero decente. Luego, en la era postgomecista las personas no sabían si lo que sonaba eran cohetes o plomo por las rebeliones. En la era de Pérez Jiménez, los circos que montaba el dictador eran aprovechados para disfrutar en familia y sin alteraciones o sino iban a comenzar el año muy eléctricos, ya que la Seguridad Nacional gustaba de usar un rin con electricidad para energizar a quienes atrapaban. Casi nadie aguantaba esa sobrecarga en su pila. Eso podía echar al piso la frase “Feliz Año”.

Comenzó la era democrática en el 58. Ya hace mucho que la tradición del Feliz Año que dejó de ser algo caraqueño, para ser parte de la idiosincrasia de la provincia, adosándole su trato coloquial y su comida típica. Las personas ahorraban para hacer deliciosas cenas familiares o en la nochebuena de año viejo (31) o luego de las 12 del nuevo año. A veces dejaban las hallacas enfriar mientras se abrazaban con los vecinos, se las comían frías por no tener microondas y en la mañana del primero estaban en el ambulatorio rural con grandes retortijones estomacales.

Durante décadas esta era una fiesta familiar. En los años noventas las discotecas implementaron las fiestas de año nuevo y los jóvenes luego de abrazar a los “pures y etc.” se iban a pasarla bien con luces multicolores y mucha música moderna, con la cual (aún) buscan depurarse los oídos de algunos elementos tradicionales como el poema recitado de Don Andrés Eloy Blanco “Las Uvas del Tiempo” o el “Faltan 5 pa' las Doce” de Néstor Zavarce, que siempre hace llorar a algún familiar, en especial a la gente solterona. En la actualidad ese depurativo es del vallenato melancólico o reguetón palurdo, más bachata que lo que dan es ganas de llorar y pintan un año bastante empavado.

En el año 2002 se presenta un paro nacional que obligó a mucha gente a reducir su consumo alcohólico o probar otros licores que casi los mandan al cementerio. Tantas marchas, contramarchas, reuniones, antireuniones, convocatorias, contra-convocatorias y etc., van creando una amalgama para muchos que por primera vez aceptan pasar el año nuevo con las personas que les siguen ideológicamente en plena calle. Desde ese año se ha observado que tales reuniones, aunque no tan multitudinarias, se mantienen como alternativa para quienes no tienen a su familia cerca o desean recibir el año nuevo con algunos cambios que les den nuevos aires y depuración rutinaria (traducción: todo de mejor color).

Siguen llegando los 31 de diciembre, cada año con su historia propia, más la de cada ser humano y sus seis grados de separación. ¿Con abrazos o sin abrazos? ¿Con cohetes o sin cohetes? ¿Mucha o poca comida? ¿Con quien querías estar o no?. Todo ello es de cada quien, de lo que planifique, de lo que salga de la improvisación y de las circunstancias que se puedan o no prever y/o controlar.

Yo por mi parte sigo abrazando y besando a mis padres. Sin melancolía por no tener a quien más besar, pero con mi sonrisa sincera, lo que nos hace falta nos debe hacer soñar e impulsar a cambiar o darle su justificación. Igual a la gente buena que me rodea y mis respetos a quienes no se portaron bien, ya que no soy juez y mucho menos voy a estar guardando rencor, prefiero guardar plata y amistades.

¿Usted va a abrazar y besar a alguien? ¡Le felicito! ¿No lo hará? Pues reconsidérelo, no lo hace menos hombre ni le hace mujer fácil el ser considerablemente alegre y sentir. Pero sí va a usar la ropa interior amarilla para la suerte, úsela con pantalón o falda puesta, ya que sí lo hace a lo Superman o nada más vestido así, tendrá muchos abrazos y también muchos pellizcos, manoseos y palabritas que le harán el año feliz de la risa o buceo (según el caso) a los demás, pero a usted le montarán una chapa y trauma de 365 días.

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