- Sí lleva un bolso, morral en la espalda, no se lo quite antes de sentarse, sino al subir a la unidad, así podrá controlarlo y no atestárselo en la cara a la gente sentada del lado del pasillo o a quienes van de pie.
- Considere su volumen corporal: Sea obeso, medio, delgado, corpulento o pomposa, tome en cuenta que no por ello tiene más espacio en el asiento o debe restregarle su panza, bonete, cuajada, bíceps, bojote o pompas a la gente.
- Las damas “de per se” son atendidas por amabilidad por los caballeros. Pero jamás deben exigir o criticar que no les cedan el asiento ¿qué sabe usted sí esa persona va cansada, adolorida, mareada o tiene ganas de ir al fondo a la derecha?
- Los hombres deben medir su posición en el asiento por el tamaño del mismo y no escarranchar* las piernas para intimidar a quienes se sientan al lado. Así parece que sufren de la próstata.
- Considere bien dónde se va a bajar y si le toca ir de pie (86% de las veces es así) córrase hacia el lugar del pasillo más acorde (vas lejos, hacia atrás, medio camino, en el medio, cerca igual en el medio no abraces al chofer que igual te cobrará el pasaje completo).
- Y regala una sonrisa noble y de respeto. No es que va a estar pelando el diente como promotora o conquistador, pero son los pasajeros quienes hacen el viaje más aceptable cuando hacen el viaje pesado sea el conductor, el colector y/o la música.
- Sí no quieres ceder tu puesto, tienes 3 alternativas: En el asiento al lado del chofer, y vas con los ojos cerrados para evitar cargo de conciencia (desgraciado). Sentándote en el último puesto (llamado popularmente la cocina) donde es incómodo ceder el puesto, salir y te agarras todo el bamboleo y calor de la camioneta. Y por último, la forma de no ceder el puesto ya que no te sería aceptado: Ir de pie.
*escarranchar: (extender las extremidades del cuerpo sin desparpajo).
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