Al no saber cómo es su sonrisa, no deducimos cómo se están riendo de la gente a la cual están embaucando.
Colocan por siempre la foto del pensador, artista o político que admiran y que jamás en sus patéticas vidas podrán ser.
Tienen cabeza de huevo… y no nos referimos a su avatar en Twitter, sino en la 1.0.
Crearon la cuenta para: pedir, alabar, insultar y alabar, colocan cualquier avatar (como la ridiculez del che guevara) como forma de conseguir un dinerito fácil y la bendición del dios burro.
Son flacas que se creen gordas o gordas que no saben lo provocativa que pueden ser. Es mejor colocar un dibujo o no poner avatar para que nadie les deje de tratar. Base del autoestima, permutado en autolástima.
Sólo tienen en sus computadoras y celulares las fotos de la última fiesta a la que asistieron y no la colocan porque no les gusta poner foto y sí ponen esa, la gente sabrá que el más feo retratado en grupo, es el que tuitea.
Juran y perjuran que no les van a descubrir si no colocan foto-avatar, BIO y ciudad.
Quieren saber lo que se siente ser un tuiter-divo.
Son tan chiquitas que en la foto-carnet, salen de cuerpo completo.
Su mamá les traumó de chiquitos y no les gusta poner foto.
Les gusta colocar información errónea y no quieren que sepan cómo son para que no les reprochen.
Su alma justiciera les indica el anonimato (se creen el Llanero Solitario o la Mujer Araña).
No están tan buenas como su avatar y sí colocan su foto, no llegan ni a 100 seguidores, en especial por sus pobres tuits.
Creen que con un avatar musculoso y unos poemas, se levantan todos los culos habidos y por haber. Y en realidad son unos pescuezos que no levantan ni sus pantalones caídos.
Saben que está comprobado que no es el avatar sino el tuit apadrinado el que levanta, mientras menos enseñen la cara es mejor, esto aprendido del chat de mipunto.com donde la gente se dibujaba de lo mejor y en persona se te arrugaban los dientes al ver que no eran lo que decían.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario