¡¡SSSHHH!!... (de @ReubenMorales)

Ingresé al club de humoristas vetados (un club que cada día crece). Me había tocado vivir estas experiencias de cerca, viendo cómo vetaban a compañeros o a instituciones en las cuales trabajaba, pero nunca en carne propia. La experiencia en cuestión es que tenía una presentación anunciada
públicamente el 13 de junio en el hotel Venetur de Valencia y 16 días antes me pidieron bajar el tono de los mensajes que emito por redes sociales si quería seguir teniendo la presentación. Decidí que no lo haría y lo dejé de ese tamaño.

Lo cierto también es que soy del tipo de persona a la que no le gusta molestar o incomodar a nadie. La realidad me ha demostrado que más allá de las posturas políticas, está la esencia humana de cada quien, esa que permite crear lazos mucho más sólidos que los de la política no puede destruir (aunque parezca que los haya destruido).

En tal sentido –y aunque ya haya rechazado la presentación- le tomo la palabra al ciudadano censor que me pidió bajar el tono de mis mensajes con el fin de llegar a un acuerdo. Como muestra, escribo un texto en el que me reservo el derecho a opinar para que lo haga el lector como quiera. Voy:

“Ayer fui al automercado y encontré _______ productos. En el anaquel del papel higiénico, había __________ variedad. Noté que la gente estaba de muy _______ humor mientras hacía sus compras. Algunos hasta se ___________ entre ellos. Cuando llegué a la caja y sumaron los precios, vi que todo estaba ___________. 

Al salir de allí, pasé por el taller a ver si el carro estaba listo y me dijeron que ____ había llegado el repuesto. ¡Me sentí tan  ________! Me dijeron que fue porque estaban _________ los dólares.

“Volví a casa. Me quise dar un baño y vi que ___ habían puesto el agua. 

¡Qué _________! Me bañe con _________ agua. Luego busqué meterme en Internet. La conexión estaba __________. El trabajo que tenía que entregar mañana ___ lo iba a poder entregar. ¡Estaba _________! ¡De seguro iba a sacar ____ en la materia! La graduación era pronto y ya quería meter mi currículum en este _________ mercado laboral a ver si me llamaban de algún sitio. 

Porque si de algo estaba seguro, es que yo quiero trabajar y vivir _________ de Venezuela. Es que con los años, éste se ha convertido en un país de ___________.

Fui a ver tele y de repente cortaron la programación para pasar una ___________. Estaba hablando el ___________. Dijo que en el _________ de Margarita le volvió a hablar un ___________ que en verdad era __________ que le había __________ un proyecto. Se sintió muy emocionado y pidió que le revisaran el corazón con un ____________. Esto duró como _________ minutos. 

Entonces me aburrí y para entretenerme un rato puse el CD de Mario _________ y me acosté. __________ la luz y como no había nada más, me dormí.

En medio de la noche de repente me levanté porque había unos __________ peleando. Se escucharon unos __________. Yo me asusté hasta que de repente se ___________ uno de ellos. ¡Eso _________ pasa por mi casa! Es que hay muchos ___________ y es una zona muy ___________.  

Por eso siempre le pido a Dios para que esta situación ___________ ya que noto que el venezolano, en general, está muy __________.”

¡Lo logré! Sin embargo lo que me da rabia, es que esto de la censura es complicado. Fíjese, amigo censor, que ya yo lo complací, pero debe entender que si ahora algo sale mal la culpa no es mía, sino de los lectores. Es que, lamentándolo mucho, son demasiado inteligentes.

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