Manual para ir a un restaurante en plena crisis (de @ReubenMorales)

Tan sabroso que es comer afuera, pero tan caro que sale. No obstante, hay huequitos en el sistema que uno puede aprovechar. Aquí le van unos consejitos de mi manual de… costumbres (y me reservo el adjetivo de “buenas”, pues ya sería muy pretencioso): 
  1. Compre barras de granola: Vea el consejo número 8.
  2. Vaya comido: Antes de salir se mete un pan con atún o una pasta con mayonesa. De esta manera, cuando llegue al restaurante, mantendrá unos “modales gourmet”: no parecerá un muerto de hambre, picará poquito, no se embasurará con el pan y podrá resolver con una buena ensalada o un plato pequeño. Si le preguntan por qué tan poquito, diga que usted es de los que come sano y a la francesa.

  3. Pida pan: Si no pudo comer antes, pida bastantes cestas de pan con coca-cola hasta que se embuche. Así se llena con lo barato y no gasta en platos caros.
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  5. Tenga el celular a la mano: Cuando traigan los menús y toque elegir la comida, ponga su celular en la aplicación de calculadora y empiece a sumar el costo de los platos. Si lo ven raro, diga que está en el whatsapp resolviendo un asunto impostergable de última hora.

  6. Pida por precio: Es consecuencia de lo anterior. Eso sí, no vaya a salir diciendo cosas como “me trae una entrada y un plato principal que sumen 400 Bolívares”. Sume previamente y después pide.

  7. Pida vino para cocinar: Para esto existe una técnica. Cuando venga el mesonero a apuntar la orden de bebidas, diga que quiere una copa del “Sharimbrobachiyere” tinto. Cuando el mesonero le diga que no entiende nada, usted le pide que se acerque para escribírselo en un papelito, ya que no sabe pronunciarlo bien. Lo que usted escribirá allí es esto: “Me trae una copa de vino para cocinar, pero se CALLA LA BOCA”. Y siga sonriendo como si nada.

  8. Beba lentamente: Para rendir el trago, tómelo de a sorbitos. Diga que usted acaba de salir de un curso de catado de vinos y que tomarlo así es una experiencia que magnifica todos los sentidos; que ellos no saben lo que se pierden. Y para hacerlos sentir peor, comente que usted no sabe quién era cuando tomaba las cervezas como si fuera un maratonista bebiendo Gatorade.

  9. Vaya al baño: Cuando llegue a éste, enciérrese en una cabina, saque de sus bolsillos las barras de granola que compró antes de llegar y cómaselas.
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  11. A la americana: Si en esta salida usted pidió más que los demás, diga que usted es de avanzada y que le gusta pagar a la americana, dividiendo la cuenta en partes iguales.

  12. Subtotal, su total: Cuando dividan la cuenta, divida la sumatoria de los platos y hágase el loco con el tema de los impuestos y el 10% de servicio.

  13. La excusa del baño reloaded: Cuando estén trayendo la cuenta, finja que le vibra el celular y conteste una llamada ficticia, mostrándose alarmado y diciendo palabras claves como: “¿¿Quéééé??”, “¿Emergencia?”, “¿Hospital?”,  “¿Pero quién te dijo?”, “¿Ya mismo?”, “Pero estoy en un compromiso”… Tranque y párese diciendo que tiene una emergencia, que les paga luego. Todos en la mesa sentirán compasión por usted y simplemente dirán: “¡No, chico, ni te preocupes! Dale, nosotros pagamos. ¡Primero es tu familia!”.

En resumen, estos son los once consejos. Espero le hayan servido para seguir dándose lujos mientras cuida su presupuesto familiar. Si está de acuerdo con el contenido y lo sigue al pie de la letra, le felicito por su obediencia y capacidad de retentiva, pero tenga algo por seguro: conmigo no sale a comer.

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