Yo llevé Educación Física a Reparación

YO LLEVÉ EDUCACIÓN FÍSICA A REPARACIÓN (drama de la vida real, la historia es verdadera y los nombres no fueron colocados porque no los recuerdo).

Más que una pena, es un honor haber reprobado en el liceo Educación Física en 1er año. Y no lo volví a hacer por la llorantina de mis padres a los que complací no llevando más esa materia a reparaciones de Septiembre. Llevé a cambio matemáticas, física, dibujo técnico e inglés, para nivelar.

Para quienes me leen de otras latitudes o las generaciones actuales, las “Reparaciones” son similares a lo que ustedes llaman cursos de verano, eran la oportunidad que se brindaba a finales de septiembre para que los que reprobamos en una materia (máximo 3 podías llevar), pudiésemos presentar una examen resumen de todo el año escolar. Por ello gastábamos todas nuestras vacaciones de agosto en cursos de reparación donde los pasantes o culminantes de carreras en la Universidad hacían un dinero esforzándose en enseñarnos un año escolar en 30 días y hasta veíamos cosas nuevas. Si reprobabas era por culpa del curso, si aprobabas, era por pura suerte, ni por ti era.
Ya ese sistema que era para mujeres y hombres de verdad, desde la juventud, que ponía a pruebas nuestras agallas, coraje, miedos, no existe por culpa de la LOPNNA y el Ministerio de Educación que ahora alcahuetea a los estudiantes para volverlos mariquitos y huevonotas con muchas oportunidades donde terminan aprobando por hastío y no porque tuvieron cojones y ovarios para tragarse los libros y aprender a no reincidir. Por eso esta generación no sirve para un carajo, están muy mimados, son endebles y están confiados en que los amparen y… ¡ah carajo, ahora escribo como viejo edecán en plaza!
Pues bien, llevé Educación Física a reparación debido a la razón más obvia: por culpa de la profesora.

Yo estudié en un colegio privado mi primaria y allí Educación Física era dada por la misma maestra de grado. Tocaba los viernes y como ella era la directora del plantel también, -para ahorrar en personal-, se le olvidaba ponerse ropa deportiva o no lo hacía por status. Entonces Educación Física la empatábamos con el recreo.
Esto anterior, era en sexto grado. Más una constante en los grados anteriores. Una vez, estando en 3er grado, el ejercicio era cargar a su compañera. Yo era un firificho que de vaina llegaba a 40 kilos con los útiles escolares, el morral y la lonchera y me colocan una gordita como de 70, gordura precoz para su edad. Si usted está siguiendo bien la escena en su mente, imaginará que en el arrancón que hice, doblando las piernas primero intencionalmente y luego que se me doblaron solas, caí de sentón con esa gorda encima lastimándome el coxis o final de la espalda, conocido como pepita de culo (era niño) y mis dos testículos o mochilitas, -porque era niño en ese entonces y así se les dicen aquí-**. Obvio que la Educación Física y arrear gordas son dos cosas que ese día deploré de por vida.
Al llegar al primer año (sigan en sintonía, aquí es la base del cuento), nos dicen que serían tres trimestres de Educación Física. Tamaña estupidez de aclaración, para todo era así. Dichos trimestres eran: 1ro: Volleyball (o Vólibol como dicen los incultos y la RAE) y correr. 2do) Basketball o Básquet y el 3ro, Gimnasia.

Con Volleyball se me torcieron los dedos hacia atrás porque yo seguía siendo un firificho y no sabía jugar, nadie me enseñó antes ni tenía con quien jugar (me crié en entorno de gente adulta que casi no se podían mover y los niños de mi generación no me querían como amigo y ya no los odio porque los he visto morir a todos gracias a mi odio).

Me pusieron a trotar y mis pulmones, bazo, esternón, oídos, y rodillas no tenían costumbre y sentía que me iba a reventar como la rana de la fábula, la que quería imitar a la vaca. Allí aprendí a ramplar, porque gateando como penitente ante la Virgen de Guadalupe, llegaba a la meta. Creo que allí comencé a crear a FUNDAFLOJERA y su futura misión y visión.

Luego con el básquet, recuperándome de la lesión de dedos, me lastimé los dedos y el pecho y cara atajando el balón. El bullying por no saber driblar fue de lo más normal, ya que estaba a la par del bullying que me hacían por feo, por existir, por cantar el Himno nacional junto a la grabación en los honores a la bandera y por comerme el pan frío que traía de mi casa.

Y lo peor fue la gimnasia. Dar vuelta canela ni cuando bebé lo hacía, menos llegar “dizque aprendido” como dijo la profesora que yo debía saber. Luego la vuelta hacia atrás, encima de dos compañeros, encima de un potro, por un aro de fuego, etc.

Le dije, ¿por qué no dejamos esto por la paz y mejor reparo en septiembre?, me dijo que sí, porque ella no estaba allí para enseñarme aunque yo estaba ahí para aprender.

Nunca la odié por eso. Era tan fea como yo, así que su destino de por sí estaba condenado y más cuando sólo usa ropa deportiva como todos los profesores de Educación Física. Si ya se murió, culpa mía no fue.

En septiembre fui a reparar y saqué 19, gracias al libro del profesor Horacio Estévez titulado “Educación Física” (no podían darle otro nombre por ser de texto y hecho por un piazo e profesor de Educación Física).19 como nota. Con esos deportes no lo hubiese logrado.

En 2do y 3er año, competí en certámenes nacionales y me daban puntos para pasar la materia. En 4to y 5to año estudié en Parasistema y allí no se veía esa mierda, se veían materias puras y carajos marihuaneros y carajas preñadas, pero esa es otra historia que no contaré.

Hoy, la Educación Física que hago es caminar, comer y pestañear. Sexo no porque dicen que no es considerado como tal sí es con la mano propia. Iba al gimnasio pero mi cuerpo asimila comida y conocimiento, no pesas ni el ver a mujeres que no me ven ni a carajos que sí me quieren ver y yo a ellos no, no veo maricos.

Así que si algún día cree que a mí me puede dar pena algo que se puede resolver, se equivoca, sí reprobé la materia más fácil del liceo y luego lo solucioné, nada me puede avergonzar. Es lo único en que me hizo fuerte la Educación Física, en el carácter. Con la física de 3er año reparé, pero en esa no estuve solo, varios fuimos a calcular nuestra “Caída Libre”.

**Nota: la pepa del culo fue sanada con el tiempo (sin mano ni nada extraño) y las bolas, si quiere se las muestro.

1 comentario:

Unknown dijo...

Creo que muchos tuvimos problemas con esta materia por ser "debiluchos". En el liceo me salvó la gimnasia (cuando era artística) y sin saltar aros de fuego.

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