VENDEDORA
LESBIANA.
Te sacan de onda aún, pero se le
respeta porque son humanas. No les discrimino, por eso echo el cuento como
ocurrió…bueno, con un poco de gracia. Favor abstenerse de etiquetarme como no
es, las lesbianas son mis panas y les pueden joder a ustedes, defendiéndome.
(VENDEDORA):
¿Qué paso chamo, qué más?
(YO):
¿A cuánto esos pantalones?
(VENDEDORA):
Están a 15.000, una marca guerrera, de
la que usan los hombres duros, úsela, yo la uso, no molestan la entrepierna,
mira (ademán de rascarse una bola).
(YO):
Bueno, ésteee…
(VENDEDORA):
No pero mira, úsala con esta camisa de
cuadros, te ha de quedar bien, yo tengo un mes trabajando aquí y me compré 2
con mi primer sueldo, a las jevas les gusta. ¿o qué no te gustan las
carajitas?, ¡porque a mí me vuelve loco una cuquita!.
(YO):
No era mi idea, más bien buscaba chemisses…
(VENDEDORA):
Ah bueno, tengo
(YO,
PENSANDO): (¿es la dueña?, yo ni pregunto, a lo mejor no lo es pero el dueño
teme contradecirle)
(VENDEDORA):
tengo esta negra, blanca, marrón que se
parecen a ésta que estoy usando
(YO):
Ah bue…
(VENDEDORA):
¡a ti te debe quedar bien, porque tú sí
eres plano, yo no con estos bultos! (señalándose la barriga…también)
(YO):
¿ah?
(VENDEDORA):
Si vale, te debe quedar fino, pero te la
pones como un varón que somos, te lo metes por dentro del interior porque así
es que lo debemos llevar, así apretado
(YO):
¿¿¡¡su interior!!??…
(VENDEDORA):
Sí vale, yo uso interiores desde
siempre, recuerdo que hace poco nos reunimos los panas de aquí y fuimos a la
casa del cajero Julio y le robé las pantaletas de la cuerda a la hermana. Pasé
como dos semanas oliendo esa bicha y haciéndome una tras otra. Todo bien hasta
que me enteré que a Julio le gusta usar pantaletas.
Ante
el impacto comunicacional al cual me estaba sometiendo ante tales referencias
históricas e indicaciones hice lo más prudente, preguntarle a cuánto salía,
porque luego de tal atención sí no me llevo algo, no sé qué sería de mí en esa
tienda y ¿con qué cara denuncio en la policía que me jodió esa persona?, aparte
de que ya tengo la cara jodía y ahora más por mi culpa por no seguir
indicaciones.
Le
pregunté: ¿Y…y…y…y cu cu cuánto valen las chemisses?
(VENDEDORA):
¿Vas a llevarte las tres, el pantalón y
los interiores y te vas a hacer un corte como yo, así tipo Mi Pequeño Pony,
raspado de un lado, cierto?
(YO):
Bueno, no era la idea, pero por mi seguridad, digo, seguro…
(VENDEDORA):
Bueno el pantalón es tanto, los
interiores tanto, la almilla o franelilla para usar debajo de la chemisse que
te vas a tener que llevar es tanto, las chemisses son baratas, son como a 5 mil
y pico.
(YO):
¿Y cuánto es exactamente ese pico?
(VENDEDORA):
Déjame preguntarle al cajero. Espera
aquí
(YO):
Pensé que el “espera aquí” era que se iría, pero no, gritó.
(VENDEDORA):
Epa Julio, ¿cuánto valen las chemisses
de hombre, de las que no te gustan?
Julio
(voz marcial): 5990, SEÑOR
(YO,
ACOTANDO): Le iba a decir que pico son 5010 o 5050, pero 5990 son 6000. No lo
hice para no hacerle sentir mal…bueno, fue por culillo la verdad.
(VENDEDORA):
¿Tú viste a ese mariquito del cajero
queriendo hablar serio?, ese es mariquito, con franelas de florecitas y una
gorra bajo techo, además que ese día que fuimos a su casa nos puso una porno y
en las escenas de las mujeres me decía “me da curiosidad porqué las actrices porno
se dejan los tacones, me da curiosidad saber si tienen los dedos feos, me da
curiosidad saber porque el ahogo que tienen con esos penes, me da curiosidad el
saber porque ellas pelan tanto los ojos y gritan a sabiendas en lo que se
metieron y lo que les meten, me da curiosidad sí yo como hombre, aguantaría ese
sexo anal”.
(VENDEDORA):
No pana, lo tuyo no es curiosidad, a ti
te gusta que te zampen la verga.
Curiosidad
es saber porqué Pablo y Betty Mármol tenían fijación con los vecinos, tanto que
adoptaron a un niño para casarlo con la hija de éstos.
Curiosidad
es saber porqué hay gente que saquea un foto estudio para robarse las fotos de
una boda o bautizo ajeno.
Curiosidad
es saber porqué la gente que es medio sorda se ofende si les hablas con señas,
pero lo tuyo es un proyecto de vida, una obra civil, quieres que te pongan la
cagalera en contraflujo.
Me miró y
preguntó, ya como brava, bravo…como persona arrecha…arrecho, ya con ganas de
zampar manos
(VENDEDORA): ¿te vas a llevar todo eso entonces, sí o…?
(YO): sí
(chiquitito).
Me condujo a la
caja, ella iba detrás y lo hacía con arreos, porque tenía otros clientes. Julio
en la caja me veía y noté que se mordía los labios al ver los interiores.
Al salir de allí,
quedé fuera de onda, como una fiesta de quince años que termina en exorcismo,
cuando atracan en una camioneta y a ti no te hacen nada y luego todos los
atracados sospechan que eres cómplice o como cuando estás meando en un monte y
una culebra te lo muerde pensando que está atacando a una serpiente rival. Y
uso la ropa, al menos éste pantalón que me queda mejor que a esa persona y por
ello temo que me vea Julio con él puesto.
Quedé endeudado
de la TDC, pero nunca está mal que uno se endeude por su salud y seguridad. No
le temía a pagar la deuda poco a poco, pagando monto mínimo, hasta que recibí
una llamada del banco, ¿es usted el señor Argenis?, ¡sí!, momento que le va a
hablar mi supervisor
(VENDEDORA): ¿Qué pasó pana, es qué tú no pensabas pagar,
vas a venir a cancelar sí o…?
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