Feliz Regreso a Clases

La frase "Feliz Regreso a Clases" la acuñaron los padres para sí mismos. No los estudiantes, maestras, profesores, personal obrero y administrativo. Quizás el vendedor de café y cigarros a menores frente al liceo, sí también la dice.

El olor a cuaderno nuevo, a bolso nuevo, a cartuchera nueva, sólo la pueden oler cada 4 grados porque todo está muy caro. Aprovechen niños.

Los mejores años escolares de los niños se pasan tratando de ver al baño de las niñas. Sí no lo hacen, lleven al niño al psicólogo escolar.

Si dices "cupitre" en lugar de pupitre, tienes esperanza de un mejor porvenir.

Nunca permitan, como padres y representantes, que el niño ofenda al chofer del bus. Ese desgraciado puede llegar a ser Presidente y vengarse contra todo estudiante.

Las maestras marcan nuestro rumbo, con la raya de tiza que sale del cúmulo en sus pulmones.

No es que los profesores se metan a reposeros, sino que los reposeros se meten a maestros.

Conseguir la escuella llena de monte y desvalijada por el hampa, hace feliz el regreso a clases de los que no quieren ir a la escuela; de usual, hijos o hermanitos de los que desvalijaron la escuela en vacaciones. Eso es lo que aprenden en casa, sus valores familiares. Valores materiales, quise decir.

Esa ilusión de los niños con su uniforme nuevecito en el cambio de grado, dura poco. De usual, con ese carajazo de días con clases.

El calendario escolar, con paros, días feriados y reuniones de maestros para anotar las notas y evaluar a los estudiantes (léase, beber en la escuela desde temprano), es lo que medio hace feliz el regreso a clases de todos.

De allí es que parte lo feliz de clases. Luego, quizás, lo de aprender para la vida...en otro país.

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