Para: Sr. Presidente de Venezuela, nicolás maduro (en minúscula sostenida intencional, para despistar si intercepten este mensaje y creen que usted es grande, disculpe lo de señor que no le cuadra, es el hábito).
De: El Soldado Desconocido...porque no me quieren conocer, no se me acercan ni dan la cara.
A la fecha, siendo peor cada día.
Usamos camuflaje y trincheras para estar bien y seguros: Sepa que estamos mal, aunque parezca que estamos bien porque tengamos vida, familia y salud a medias. Las apariencias engañan.
Creíamos que nos conseguiríamos con un corderito y nos salió algo más terrorífico que el Chupacabras. Y ésto, sí es real, no es ficción-
A continuación, parte pequeña del informe cotidiano, aplicable a cada día, desde hace más de 750 días y que quiere usted sean más, por lo menos, para probar su hipótesis de esta tesis raspada:
La pasta con atún, que antes era el alimento cerca de la quincena, es ahora un plato exótico en extinción.
Los enemigos nos acorralan y no podemos huir velozmente porque no tenemos cauchos y nos robaron la batería. Enviamos 4 hombres a hacer las colas para comprarlos. 2 no regresaron, los otros dos aún se recuperan de la golpiza post-robo. Los dos que los fueron a buscar, se dieron de baja por locura.
05 plátanos por doscientos bolívares; una ración de tajadas 400. Oro parece, plata sí es.
Un kilo de carotas Bs. 1200. Ya ni eso se puede sacar sin que salga caro.
El arroz no hay un día y el otro tampoco. Cuando llega, es como sí no hubiese, porque ya hay muchos adelante para comprar.
La carne a Bs. 1300. La confiscan para venderla barata, dura 2 días, luego no hay y la carnicería se dedica a vender huesitos molidos, para que llenen más, por menos.
Conclusión: Nuestro Pabellón ha sido mancillado.
La ropa y zapatos fueron aumentados de precio; dieron órdenes de bajarles 30% e igual siguen caros. Y cuando los comerciantes la vendan y pidan nueva, estará por encima del precio alto. La escalera de precios es hacia arriba, la de nuestro bolsillo es hacia abajo. Nos tienen rodeados.
Todo alimento sube y escasea. Necesitamos instrucciones para aguantar hambre como estoicamente usted y su grupo lo hacen obviamente, porque de no hacerlo, tendrían que caerse a coñazos como hacen las personas en las colas, por estar obstinadas, hastiadas y muchos por ínfulas de poder y soberbia que no sabemos de donde aprendieron, pero sus técnicas de ataque son letales, lamentablemente es entre ellos.
El pasaje en los buses y busetas está muy alto. Y cada vez hay menos. Necesitamos que nos enseñen a ir unos encimas de otros sin prejuicios ni devaneos. Puedo ir con una catirota encima, pero sentado en las piernas de un negro, me hace querer estar muerto.
Los juguetes, celulares, tablets, accesorios, cuadernos de personajes, dulces, salidas al cine y al estadio están igual. Sí, sé que son necesidades impuestas y las tropas pueden vivir sin ellos, lo que no quieren entender las tropas es, ¿por qué se les quita el derecho al gusto de vivir con ello?, dicen sentirse menos por no probar el progreso del mundo.
Los soldados que aún le quieren, también quieren irse del país. No al imperio, sino a los países aliados que no están en esta guerra, pese a ser de pocos recursos. Parece que les dio la locura de guerra o es la guerra psicológica.
Los aumentos de sueldo han sido buenos, eso es innegable. Han ayudado a los productos, bienes y servicios a ser más grandes en precios, no así en calidad. Han ayudado también al aumento de producción de colas, porque con más dinero, la gente cree que podrá comprar más.
Conclusión: Enseñar que la vida está llena de decepciones y malas decisiones, poniéndolos en forma vivencial con nosotros como conejillos de indias, es muy educativo. Perturbador, pero enseña.
INFORME FINAL: La guerra económica que usted inventó es real. Son juegos de guerra macabros donde están apostando al país, a nuestro presente y futuro y lo están perdiendo. Las balas las tienen los malos o los guapos y apoyados, así que no podemos acusar al contrario con base, por ello les dejamos a ustedes las mentiras que crean propicias para seguir este ajedrez donde nos tienen como peones aunque ni jugarlo saben.
Tenemos esperanzas, tenemos fe, estamos claros, convencidos, decididos, resteados y etc., en que hay que seguir, sin resignarse, aguantando tanto plomo parejo, tanta guerra psicológica, para que al final podamos vencer, que es lo más necesario.
No hemos perdido el entusiasmo, seguimos aguantando, estamos como un porfiao. Hay algunos soldados que callan, otros que blasfeman, otros que predican, otros que hablan hasta por los codos y otros que se echan a llorar como el payaso, con la máscara de alegría para que no se note y no tumbarle la esperanza a la tropa.
Seguimos venciendo a esta guerra económica creada por esos malignos Molinos de Viento, para lo que queremos votar y darles una brisa a nuestro favor.
Seguimos unidos pese a tanto golpe al bolsillo, al ánimo, al corazón y muy poco al hígado porque el alcohol está muy caro y ya los de rango superior que antes brindaban los fines de semana, beben caleta y del licor nacional más baratón. Así es la guerra, que golpea donde más llanto puede sacar.
Esperamos poder hacerle otro informe así de sencillo para ver sí lo entiende, porque parece que los complicado del asunto se le ha puesto cuesta arriba a su conocimiento tan cuesta abajo.
Vamos a triunfar, renacer, reencontrarnos y darle duro a esos precios pero a como debe ser, no del comprador hacia arriba, ni del empresario hacia abajo, sino produciendo tanto que tengan que trabajar en total igualdad con capitalismo, pero en beneficio de todos como en socialismo, tal cual debería ser: invertir para beneficiar y beneficiar para invertir más.
Esta guerra se acaba, señor Presidente, eso delo por seguro.
Para ello votaremos por el otro bando, que tiene un extraño plan de Paz, Trabajo y Respeto, que nos causa tanta curiosidad que les daremos la oportunidad, esperando no la dañen, es feo que alguien dañe las esperanzas que en su ser un país depositó.
No es traición, es que sobreviva la patria y el recuerdo del soldado aquel que está en el cuartel de la Montaña.
Se despide de usted para siempre: El Soldado Desconocido, nombre clave: @Humoristech.
De: El Soldado Desconocido...porque no me quieren conocer, no se me acercan ni dan la cara.
A la fecha, siendo peor cada día.
Usamos camuflaje y trincheras para estar bien y seguros: Sepa que estamos mal, aunque parezca que estamos bien porque tengamos vida, familia y salud a medias. Las apariencias engañan.
Creíamos que nos conseguiríamos con un corderito y nos salió algo más terrorífico que el Chupacabras. Y ésto, sí es real, no es ficción-
A continuación, parte pequeña del informe cotidiano, aplicable a cada día, desde hace más de 750 días y que quiere usted sean más, por lo menos, para probar su hipótesis de esta tesis raspada:
La pasta con atún, que antes era el alimento cerca de la quincena, es ahora un plato exótico en extinción.
Los enemigos nos acorralan y no podemos huir velozmente porque no tenemos cauchos y nos robaron la batería. Enviamos 4 hombres a hacer las colas para comprarlos. 2 no regresaron, los otros dos aún se recuperan de la golpiza post-robo. Los dos que los fueron a buscar, se dieron de baja por locura.
05 plátanos por doscientos bolívares; una ración de tajadas 400. Oro parece, plata sí es.
Un kilo de carotas Bs. 1200. Ya ni eso se puede sacar sin que salga caro.
El arroz no hay un día y el otro tampoco. Cuando llega, es como sí no hubiese, porque ya hay muchos adelante para comprar.
La carne a Bs. 1300. La confiscan para venderla barata, dura 2 días, luego no hay y la carnicería se dedica a vender huesitos molidos, para que llenen más, por menos.
Conclusión: Nuestro Pabellón ha sido mancillado.
La ropa y zapatos fueron aumentados de precio; dieron órdenes de bajarles 30% e igual siguen caros. Y cuando los comerciantes la vendan y pidan nueva, estará por encima del precio alto. La escalera de precios es hacia arriba, la de nuestro bolsillo es hacia abajo. Nos tienen rodeados.
Todo alimento sube y escasea. Necesitamos instrucciones para aguantar hambre como estoicamente usted y su grupo lo hacen obviamente, porque de no hacerlo, tendrían que caerse a coñazos como hacen las personas en las colas, por estar obstinadas, hastiadas y muchos por ínfulas de poder y soberbia que no sabemos de donde aprendieron, pero sus técnicas de ataque son letales, lamentablemente es entre ellos.
El pasaje en los buses y busetas está muy alto. Y cada vez hay menos. Necesitamos que nos enseñen a ir unos encimas de otros sin prejuicios ni devaneos. Puedo ir con una catirota encima, pero sentado en las piernas de un negro, me hace querer estar muerto.
Los juguetes, celulares, tablets, accesorios, cuadernos de personajes, dulces, salidas al cine y al estadio están igual. Sí, sé que son necesidades impuestas y las tropas pueden vivir sin ellos, lo que no quieren entender las tropas es, ¿por qué se les quita el derecho al gusto de vivir con ello?, dicen sentirse menos por no probar el progreso del mundo.
Los soldados que aún le quieren, también quieren irse del país. No al imperio, sino a los países aliados que no están en esta guerra, pese a ser de pocos recursos. Parece que les dio la locura de guerra o es la guerra psicológica.
Los aumentos de sueldo han sido buenos, eso es innegable. Han ayudado a los productos, bienes y servicios a ser más grandes en precios, no así en calidad. Han ayudado también al aumento de producción de colas, porque con más dinero, la gente cree que podrá comprar más.
Conclusión: Enseñar que la vida está llena de decepciones y malas decisiones, poniéndolos en forma vivencial con nosotros como conejillos de indias, es muy educativo. Perturbador, pero enseña.
INFORME FINAL: La guerra económica que usted inventó es real. Son juegos de guerra macabros donde están apostando al país, a nuestro presente y futuro y lo están perdiendo. Las balas las tienen los malos o los guapos y apoyados, así que no podemos acusar al contrario con base, por ello les dejamos a ustedes las mentiras que crean propicias para seguir este ajedrez donde nos tienen como peones aunque ni jugarlo saben.
Tenemos esperanzas, tenemos fe, estamos claros, convencidos, decididos, resteados y etc., en que hay que seguir, sin resignarse, aguantando tanto plomo parejo, tanta guerra psicológica, para que al final podamos vencer, que es lo más necesario.
No hemos perdido el entusiasmo, seguimos aguantando, estamos como un porfiao. Hay algunos soldados que callan, otros que blasfeman, otros que predican, otros que hablan hasta por los codos y otros que se echan a llorar como el payaso, con la máscara de alegría para que no se note y no tumbarle la esperanza a la tropa.
Seguimos venciendo a esta guerra económica creada por esos malignos Molinos de Viento, para lo que queremos votar y darles una brisa a nuestro favor.
Seguimos unidos pese a tanto golpe al bolsillo, al ánimo, al corazón y muy poco al hígado porque el alcohol está muy caro y ya los de rango superior que antes brindaban los fines de semana, beben caleta y del licor nacional más baratón. Así es la guerra, que golpea donde más llanto puede sacar.
Esperamos poder hacerle otro informe así de sencillo para ver sí lo entiende, porque parece que los complicado del asunto se le ha puesto cuesta arriba a su conocimiento tan cuesta abajo.
Vamos a triunfar, renacer, reencontrarnos y darle duro a esos precios pero a como debe ser, no del comprador hacia arriba, ni del empresario hacia abajo, sino produciendo tanto que tengan que trabajar en total igualdad con capitalismo, pero en beneficio de todos como en socialismo, tal cual debería ser: invertir para beneficiar y beneficiar para invertir más.
Esta guerra se acaba, señor Presidente, eso delo por seguro.
Para ello votaremos por el otro bando, que tiene un extraño plan de Paz, Trabajo y Respeto, que nos causa tanta curiosidad que les daremos la oportunidad, esperando no la dañen, es feo que alguien dañe las esperanzas que en su ser un país depositó.
No es traición, es que sobreviva la patria y el recuerdo del soldado aquel que está en el cuartel de la Montaña.
Se despide de usted para siempre: El Soldado Desconocido, nombre clave: @Humoristech.
Hola mi estimado amigo siempre leído, la verdad es que su post me ha llegado porque cada día vivo esta cruel realidad. Le cuento que ahora la mayoría llevamos al trabajo arroz blanco con carnita o pollito solo, o como le ví a un vigilante en estos días, arrocito blanquito y un huevito sancochado. Me dió mucha tristeza en verdad. Claro se agradece tener que comer. Pero estamos al límite, hay días muy duros en verdad... Un fuerte abrazo y gracias por sacarnos risas a pesar de la crisis.
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