Dibujos
animados, caricaturas, cartoons, comiquitas, series infantiles o como le quiera
llamar, es el sector que más gusta a los niños, atormenta a los padres que deben
ver lo que sus hijos ven porque se apoderaron del televisor, lo ven para
explicarles la fantasía y lo posible o porque también les gusta y los animados
“les cuidan a sus hijos” un rato, mientras hacen sus cosas o hacen otros hijos.
Es el
tránsito en la historia de un hombre y muchas mujeres que recuerdan con emoción
al pasado al que no podrán volver pero en el que estaban más felices y con unos
dibujos animados a los cuales harán cita cuando vean los nuevos y se digan
“éstos muñequitos ahora sí que son feos, no como los de mi época”; frase ésta
que es un divertimento de cada uno de nosotros cuando agarramos edad y vemos lo
que viene.
El caso de Phineas & Ferb…
¡y Perry!, es uno de los más atípicos
de los últimos años. Una serie donde se entrelazaban tres historias: la de los
hermanos Fletcher, sus amigos e inventos; la de Candance y su obsesión por
acusarlos, casi tan grande como su obsesión por su novio Jeremy; y las batallas
de Perry (Agente P) y el doctor Heinz Doofenshmirtz. Un movimiento de historias
técnicamente épico, ceñido a un patrón y algunas posibilidades absurdas,
prestas para reacomodar cada trama.
Se
vieron capítulos donde los personajes iban en retrospectiva, las historias se
unían de distinta manera. Todas para finalizar con inventos desaparecidos,
Candace decepcionada, los hermanos impávidos y el popular ¡ah, allí estás
Perry!, dirigido a una mascota que era para ratos, porque se les desaparecía y
ni pendiente, a diferencia de los países latinos donde se hacen marchas por los
animales desaparecidos y sí nos descuidamos, habrá cazarecompensas
especializados, detectives a los Ace Ventura y sacrificios humanos a las
deidades para que aparezca el pequeño Firulais que se les perdió sin saber
cómo. Son ese tipo de personas que deberían mejor criar plantas o Tamagotchis.
Una película para TV, es un elemento a destacar. Con la popularidad
por el cielo con esa serie, ¿por qué Disney no la lanzó en los cines?; sí bien
a la trama le faltó un poco de emoción, el final donde se consolida la amistad
es digno para que todo niño, adulta sentimental y los que somos frikis, lloremos
y vayamos a abrazar a nuestros seres queridos o a un poste. También lanzaron
especiales con los Avengers y Star Wars (gracias Disney por sus inversiones),
demostrando un trabajo de cohesión de historias muy bien elaborados, aunque lo
critiquen.
Se mostraba a una familia
“disfuncionalmente buena”, ya que
la madre era incrédula y los dejaba solos, el padre era distraído, los abuelos
estaban en segunda infancia y los hermanos gastaban el dinero familiar en
productos para sus inventos que rompían todas las leyes de la física y la
termodinámica, yendo más allá de la ciencia – ficción a un universo a lo Dalí.
Y, ¿quién ponía dicho dinero?
Hay una leyenda en las redes, donde dicen que la historia de Candace es
real. Una joven con esquizofrenia, que creía que sus hermanos hacían cosas
locas mientras sus padres no se daban cuenta. Historia digna para que los
productores de este show la explotaran, reforzándola con una batalla del bien
contra un absurdo mal. Sí les traumé con este párrafo, debí decirles que no lo
leyeran, mucho menos esto debería decirles sobre el mito de que el doctor Doofenshmirtz
era posiblemente el padre de Phineas, porque se parecen en la cara de bocadillo
triangular para untar en un dip.
Las batallas del agente P y
Heinz D., los llamados de una agencia
con espías animales; la tardía explicación sobre el espolón venenoso del
ornitorrinco (3ero en la lista de los 10 animales más venenosos del mundo); los
inventos “inadores”, con un toque ecológico y post-modernista para los males
más banales del mundo.
Eso y
las demás historias, una y otra vez, además de la pérdida de fuerza en las
canciones, un toque que Disney no puede permitirse, hacían previsible que el
público se cansara, pero nadie estaba preparado para que dijeran “capítulo
final”, aunque el verano de Phineas & Ferb es más largo del que padezco yo
ante la escasez de novias casaderas en Maracay, Aragua, Venezuela.
El público se vio afectado, los creadores/productores de la serie, Dan Povenmire y Jeff “Swampy” Marsh, no pudieron hallar mejor forma de
hacer que terminara el verano que duró varias temporadas, que haciéndole el
paso del tiempo al momento en que los compañeros ya con cuerpo adolescente (y
las mismas voces de su infancia), estaban preparándose para ir a la
Universidad.
Isabella, la enamorada de Phineas,
triste por su partida a estudiar; Phineas, sintiendo lo mismo “pero sin
sincronía”, que ella, se confiesan con la misma autenticidad y comunicación
ejemplar que deben tener todos los seres humanos: la verdad. Sí usted no pilló
ese detalle, divulgue que lo leyó aquí.
Ferb y la hija de Heinz D., que
aunque seis años mayor, le esperó y ahora hacen su historia. Ya los niños
crecieron, son adolescentes con ganas de estudiar, amar y vivir. La adultez les
depara lo que siembren y hasta ese momento, han sembrado mucho de lo bueno.
Sí nos copiamos de ese mensaje y
se lo transmitimos a los niños con quienes vemos la TV, vamos a conseguir que
todo vaya en línea recta a lo bueno y eso les alegrará la vida en el presente y
en el futuro.
Eso, señoras y señores, es el
humor, uno de los valores que de saberse usar en todas sus ramas, plasma
felicidad, armonía y alimenta a las neuronas con un rico sabor a su comida
favorita suya y de usted. Ver “más allá de lo evidente”, como hacía León-o y su
espada del augurio.
No les cuento más del final porque
se los echaría a perder hasta en las
repeticiones. Sólo les dejo esto para que lo observen con mucho más gusto. El
humor y el aprendizaje van de la mano, se los dice este humorista y docente
venezolano.
Y, a todas éstas… ¿y Perry?
Lcdo. Argenis Garnica Serrano
Twitter: @Humoristech
Maracay, Estado Aragua, Venezuela.
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