Ante la desesperada situación de los millares de personas que cada día
amanecen con deseos de terminar sus relaciones con los demás y no tienen
palabras para hacerlo, aquí presentamos varios modelos de misivas de ruptura,
las cuales cada quien puede adaptar según sus propias necesidades, teniendo
sólo el cuidado de conservar los tres elementos fundamentales de género
epistolar: la amabilidad, la brevedad y la precisión.
CARTA DE VIAJERO FURIOSO
Ciudadano Presidente y demás miembros de CADIVI
Su Despacho.
Ciudad.
Estimado señores, antes que nada yo me pregunto ¿Ustedes están
locos? Porque no es posible que después de haber estado ahorrando
tres años para hacer un viaje y contando con los dólares preferenciales que me
corresponden por la ley, me enteré por la administración del hotel en donde
estoy en el extranjero que la tarjeta de débito, la única que me quiso dar el
banco, no tiene dólares disponibles porque a ustedes se les ocurrió suspender
la entrega a los bancos de los cupos, dejándome varado en un país en donde no
conozco a nadie.
¿Cómo coño se les ocurre suspender la entrega de unos dólares a los
cuales no solo tengo derecho, sino que fue la razón por la que hice este viaje,
y que cuando salí estaba contando con ellos? ¿Ha? Coño, díganme.
Por desgracia yo no tengo ni un solo dólar en billete por estar de
pendejo respetando la ley, ni soy un escuálido o un corrupto que tienen plata
burda en el extranjero y no les importa los cuatro dólares preferenciales que
les dan. Porque sépanlo, hasta ayer yo era chavista. Era patria o muerte. Hasta
vote por el sí. Rascado para no darme cuenta de lo que hacía, pero voté y ahora
me pagan con esta mierda.
Pero chao papá, este joven hoy salta la talanquera, tenían razón los que
dicen que no tenemos dólares porque los estamos regalado por todos lados y
apenas si hay para que el Presidente pueda hacer sus giras.
La vaina que me han echado no tiene nombre, no solo me arruinaron las
vacaciones sino que el dueño del hotel nos dijo que para pagarle por lo que
hemos dormido y comido estoy obligado a limpiar platos por tres meses y mi
mujer a lavar y planchar por tiempo indefinido, y eso sin darnos más comida.
Pero no crean que esto se queda así. Ya hablé con mi abogado y
me dijo que apenas llegue vamos a demandarlos a todos ustedes, incluso
penalmente por el daño moral que me han creado haciendo el ridículo en tierras
desconocidas y dejando en el piso el nombre de Bolívar, y si es el caso cuente
que se va a tener que agarrar conmigo.
Si de algo pueden estar seguros señores, es de que me las pagan me las
pagan. Dejen que regrese carajo.
Atentamente
Lucian Martínez Purri
Autor: Jaime Ballestas - Otrova Gomas
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