Decía el comediante español
Luis Piedrahita, el mago de las cosas pequeñas, “¿Llamamos
naranja a la naranja por el naranja o llamamos naranja al naranja, por la
naranja?”.
Desde niño, mi color
favorito ha sido el anaranjado, el cual luego me explicaron que era naranja
pero estaba bien decirle anaranjado porque era menos o más que una naranja. Por
eso le digo anaranjado, porque no entendí esa explicación y de alguna forma
debía decirle y me da flojera buscarlo. La flojera debería ser anaranjada, por lo plácida, así: Flojera.
Era el creyón que más
pronto se me acababa de la caja de Berol Prismacolor. Porque sí, clase media
pero me daban de lo mejorcito, aunque fuera el de 12 del cual sólo servían 10,
ya que el amarillo siempre se le partía la punta y el blanco es más inútil que un
ministro venezolano.
Zapatos, medias, franelas,
chemisses, camisas (en Venezuela son 2 tipos distintos éstas últimas, en
Francia “chemisse” es camisa, alguien aquí falló al nombrarla, no sabía francés
o lo hizo por joder), pañuelos, gorras, sábanas, almohadas, fundas o case para
celulares y etc., de color anaranjado o naranja, he usado. Menos pantalones,
esos los usan los ladrones, los vagos, los de mal gusto o los que no tienen nalgas.
Yo soy hombre con nalgas, así como gusta a las mujeres…en otros, porque a
ninguna le gusto.
El anaranjado está
asociado a la juventud y a ser extrovertido. Por eso me veo joven, lozano,
apetecible, dinámico y creativo, en especial con relación a mis contemporáneos,
los amigos que parece que los rodaron espichados y se abollaron y las mujeres
que me han rechazado, parece que las bautizaron con aguardiente blanco y el
pellejo se les resecó.
El amanecer es de tono
naranja. Eso me dicen, yo me paro tarde hasta cuando debo ir a trabajar. Bueno,
mentira, no me levanto, me levantan.
El anaranjado es el color
de la diversión de lo sociable, de lo alegre. Por eso la gente siempre se ríe
conmigo. Los que se ríen de mí, tarde temprano mi ángel de la guarda que es
medio Terminator, se los despacha. Mi ángel guardián también viste de naranja.
Mi refresco favorito era
el Orange Crush, ya desaparecido. Tomo
el de Naranja HIT y Golden. El jugo de naranja sí es jugo natural, porque no
lleva agua (aprendan). Los jugos en Venezuela no tienen el litro completo y les
echan “esencia con apariencia casi similar de naranja al 10% y lo demás, agua,
conservantes y precio caro”.
Hay a quienes no les gusta
el color naranja, lo acepto, tienen mal gusto o su físico no es como el mío que
con todo me veo bien. Pero los peores son a los que no les gusta el jugo de
naranja, porque sí, o sea, intencionalmente. Ojalá que tampoco les guste el
limón y vayan en lancha y les dé escorbuto, una enfermedad del siglo
antepasado, que está volviendo porque Venezuela está retrocediendo.
Me disgusté cuando les
asignaron a los Moto taxistas el color naranja para sus chalecos viales. Lo bueno
es que cuando atracan, ayudan en robos, dañan propiedad ajena, se estrellan,
nadie habla mal de él (del color naranja, de los sucios esos hablamos mal
todos, en especial usted que lee esto, lo sé).
Banco BNC tiene “cuentas
de ahorro naranja”. Abrí una y fue muy amargo que te sacan el jugo por cualquier
transacción. Les devolví su vaina, vayan ellos a pelar gajo a otro lado.
Los palillos de naranja,
las conchas de naranja como sahumerio, el té de concha de naranja, todo eso
debería morir porque mal ponen a las naranjas y uno queda hediondo y con
acidez.
Aunque les vino a la mente
mi presencia con naranja, mujeres (hombres vayan a echarse agua hirviendo con
concha de naranja en sus partes), no le voy a la selección de Holanda ni leí La
Naranja Mecánica. Es una afición, no un fetiche obsesivo lo que tengo.
Tantas cosas bonitas que
hay con anaranjado para regalarme que les quedará el mundo pequeño. Hasta un
carro acepto, con suma humildad. El mundo es un mejor lugar con tonos suaves. Hasta
la hija de la naranja, la mandarina, es grata y su gajo sí se come. Una chica
que huela a mandarina, es atractiva, aunque al lamerla sea contrastante, pero
ese gajito es sabroso y la pepita se chupa y se deja.
El naranja es el complemento del color azul. Por eso es que me veo más sexy y deseable cuando uso mis blue jeans. Al menos eso me decía mi novia imaginaria antes de irse con mi amigo imaginario.
¿Por qué tengo un blog en Blogger?, vean su color: Es anaranjado en su logo. Eso y que es gratis. El gratis debería ser de color anaranjado, así: Gratis.
El mundo es naranja, tan
buen color que hasta los presos que usan overoles de ese color no lo dañan
visual y psicológicamente. Por eso uso anaranjado, porque es armonía con mi energía
de bien y sabrosura.
El anaranjado es bueno,
aunque desde este año 2017, habrá un anaranjado que no le caerá bien al mundo y
siempre dará de qué hablar por ser él, pero el muy condenado se escuda tras el
color anaranjado para hacerse tolerable. Hablo de Donald Trump, el hombre color
naranja fosforescente, hasta radioactivo parece, podríamos analizar billetes
falsos con su luz.
Y sí, ese anaranjado tampoco
lo usaría, es como que falso, se escarapela.
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