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Gran Canaria, tan sabrosa como lo que te parece sabroso

Cuando usted piensa en viajar, lo primero que piensa -obviamente-es no quedarse donde está. Porque eso sería hacer viajar esa imaginación que hace despegar las lágrimas. Yo le invito a pensar en alquiler villas playa del ingles algo que de seguro no estaba pensando. Y sí lo hacía, es que somos almas gemelas (menos sí es hombre, yo allí no concurso).

Porque más que buscarse un hotel Trivago o para más o menos vagos, dependiendo de cuántos haya en su familia, lo mejor es alquilar una villa con todo. De esa manera, lo que hace es trasladar su casa a otra casa que es como su casa. Eso sí, aquí hay una diferencia, el hombre debe cocinar, porque sí la mujer no descansa en ese periplo, usted caballero, no descansará el resto de su vida.

Levantarse temprano por la mañana (al viajar no se puede perder tiempo, el descanso en un viaje es principalmente, gozar sin descansar, ya dormirá al volver a su trabajo), bueno, como escribía, levantarse temprano y darse un chapuzón en una piscina, ver el mar de cerca e ir a echarse otro chapuzón, tenderse al sol en la arena o en su silla extensible, disfrutar del cielo, el sol, la brisa, las palmeras, cómodamente y con el sentirse en un hogar. Sí hay algo más sabroso que eso, compárelo con lo que viene.

Disfrutar del submarinismo, los deportes extremos y de aventura, de la naturaleza, para volver luego a casa con un bronceado, físico y capacidad pulmonar que causen envidia, eso se llama sabrosura.

Si quiere ver Congresos, allá va toda Europa a realizarlos, por cómodos, económicos y con organización tal que uno se olvida de las fiestas patronales de su pueblo donde se roban a las muchachas y algún borracho hace su gracia ante la puerta del jefe civil. Y si lo que quiere es ver la ciudad desde otros ojos, allá te alquilan drones para que veas con su cámara y sientas el cielo con tus dedos. Eso es tecnológicamente sabroso.

Pasar la tarde contemplando museos, la gastronomía, la historia, los teatros y cines famosos y de clase (de esos que uno se toma muchas selfies delante de ellos porque son mejores de los del lugar donde usted vive, excepto sí ya vive en Gran Canaria), eso es sabroso.

En las noches, las discos, la luminosidad, la algarabía (mayor en el carnaval de Gran Canaria que le ronca en espíritu y sin miedo a muchos otros). Paseos y diversiones familiares, para parejas, tanto heterosexuales y gais y también entretenimiento para los solteros, que no sienten depresión de andar dándose cariño solos, porque están en un paraíso de  disfrute total.

Aquí en Gran Canaria, el que alquila o compra una villa, se gana una silla, pero de rey o reina, príncipe o princesa (usted elija). Porque esa villa que alquiló para vacacionar o para residenciarse por gran cantidad de tiempo, es el epicentro de su diversión, paz, culturización y de ser uno con la naturaleza.

Sí no coge consejo, pues no sé qué más irá a coger, ya que lleva las de perder, como esos que dicen el mal chiste sobre las Islas Canarias, el de “voy de viaje para cambiarle el agua al Gran Canaria”. Apostamos a que ese no es gran.

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