Es doloroso cuando tu propia familia cambia su actitud para contigo.
No existe la verticalidad, parece que se cansan de uno y te lo manifiestan, eso quiebra el alma.
Los seres queridos, cuando te hacen eso, te colocan en la encrucijada del alejamiento y un sinfín de problemas.
Me afectan sus palabras y expresiones altisonantes para conmigo, así como el silencio de sus molestias que antes eran gracia y ahora son molestia y separación.
Cuando era bebé y me lanzaba un peíto mis papás se reían y hasta me daban besos en las nalguitas; ahora lo hago y me dicen cosas feas mientras lloran y escupen y corren.
¿Qué pasó?, ¿por qué cambiaron?, ¡sigo siendo el mismo hijo!
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