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Código Postal: Hasta en eso nos vencen los Estados Unidos

código postal


Nunca he apoyado a esos que son antinorteamericanos, pero sé que además de las Tortugas Ninja, Batman y Katy Perry, es el uso del código postal una de sus maneras de demostrarnos que nosotros no somos organizados o somos bastante desinteresados de las cosas pequeñas y cotidianas pero que son importantes.

De allí que tengan más inventos, más productos y más videojuegos, porque están pendiente de los detalles y saben hacer del comercio y la comunicación un hecho individual práctico y seguro.

Por eso es que los locos, anarquistas y esa gente que se acuesta cansada y se levanta despachándose a los demás, no dura mucho. E incluso, afortunadamente, se han disminuido cosas como el racismo o las camisas con solapas grandes como las que usaban Elvis Presley o John Travolta.

Claro, siguen fallando en muchas cosas (acá le regalo ese fiambre a mis amigos anti-gringos), que les hacen un estado de América cualquiera. Pero siguen siendo más ordenados que nosotros.

El ZIP Codes de USA es para ellos una tabla de uso que les permite zonificar a los estados de la unión americana, sea por razones de estudio, por ventas, por necesidades o deberes legales o para la compra de terrenos o cobro de herencias.

Si no aplican ese dato con propiedad, corren el riesgo de sanciones. Y sí hay algo que a los norteamericanos no les gusta, son las sanciones e impuestos indebidos, mucho menos los debidos.

 

Código Postal

Vamos a ejemplificar que esto no es un detalle menor. En las comiquitas o dibujos animados, cuando al personaje le llega un telegrama o paquete, ¿Notan que aparece el ZIP?, ese es el código postal. Bien clarito y antecede a la dirección.

En caso de que el cartero se equivoque, le sale una demanda por haberse confundido de ciudad o de zona estando el ZIP bien claro e indicando dónde es el asunto. Y sí hay algo que les encanta a los norteamericanos, es demandar, por eso se cubren las espaldas haciendo todo según las normas. Allí el que caiga, peca y lo pescan.

En los países de habla hispana, colocan la dirección sin zona postal y terminan muchos en otro lugar, sea por el error u omisión del dato del código postal o porque el mensajero se coge los paquetes.

¿Saben con qué programan a los drones de entrega de Amazon y otras empresas de paquetería?, con el ZIP, al que le adosan la dirección. Allí se entrelaza al GPS y el paquete llega a la dirección.

Incluso ese código ayuda al GPS a las aplicaciones de taxi o delivery para mayor proximidad. Claro que los taxistas y repartidores no saben leerlo bien y siempre quedan como a una cuadra o en el edificio contiguo y hay que salir a hacerles señas de ¡Aquí es!

Pero el caso es que los norteamericanos nos ganan en estos trabajos elementales y es bastante triste que a los pequeños detalles no le prestemos atención y luego, cuando vemos las grandes cosas que logran. Salimos con la excusa de “ellos tienen los recursos para hacer todo eso rápido y en grande”.

Ya lo decía Libertad, la amiga de Mafalda: “En el espacio no hay arriba ni abajo, así que sí nos sentimos abajo, es porque queremos”. No sea qué viene este comentario, pero tiene razón la niña.

 

Prestarle más atención a lo que nos rodea

Es insólito que, cuando vamos a llenar un formulario para nuestra identificación personal, el vehículo, la casa, abrir un correo electrónico o sacar otra vez a un hermano de la cárcel porque dizque se confundió y lo que traía en un paquete no era harina de trigo sino para otra cosa, sea lo que sea, no nos sabemos ni nuestro propio código postal.

Incluso hay quienes preguntan, ¿Qué es el código postal?, ¿Para qué sirve?, y en vez de utilizar a Google o una Inteligencia Artificial –ya que la inteligencia natural no les funciona-, para averiguar cuál es el código de su área de trabajo o residencia, salen de su casa a ver el serial del poste de luz.

Cuando el sistema se les ríe en la cara y los bloquea, comienza su conflicto interno de ¡Esta gente no quiere que yo acceda, ponen muchas trabas!, por lo cual se entregan al progresismo, el reguetón y el consumo directo de la mortadela en lata, como señal de rebeldía contra el sistema.

Por ello les pedimos que le pongan más atención a lo que les rodea. Ningún dato existe por capricho ni se pide por molestar (salvo que sea un país comunista o te estén haciendo una broma de cámara escondida).

Revisen cuál es su código postal. Incluso cuál es su calle, por qué tiene ese nombre o número, cuál es la parroquia donde está enclavado su lugar de trabajo, el número de información fiscal, etc.

No hay dato pequeño ni inútil para el área fiscal, de paquetería y para abrir cuentas de todo tipo en la Internet. Para que ningún trámite te enrolle y puedas aumentar tu eficacia, como hacen los norteamericanos que se la pasan empeñados en ser mejores y los japoneses se los llevan por delante, ponle atención a los detalles menores.

Busca dónde puedes consultar el código postal, la web ofrece excelentes páginas para ello, interactivas y educativas. Y así con cualquier detalle que no conozcas, acelerando los trámites o realizando envíos a donde debe ser.

Verás que tu eficacia va de cero a 100 y que es tan atractivo como cocinar sabroso o tocar la guitarra, aunque no tanto como ganarse un premio millonario en dólares, pero funciona bien.

@Humoristech 

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