¿Qué es
más frágil que una hoja seca?, ¡Las afirmaciones de los ateos!
Cuando
los ateos se despiertan de noche y ven sombras, dicen ¡Jesús, que es eso!;
cuando caen en cuenta que invocaron a quien dicen no creer que exista, se
desvelan. Por eso andan siempre somnolientos y nerviosos.
Los ateos
nombran más a Dios que los que somos practicantes de alguna religión. Y ellos
no se dan cuenta que comentan en lo que no dicen creer, sabiendo que la
palabra, tiene poder.
Cuando
los comediantes hacen chistes sobre la religión y aseguran no creer en ella,
saben que el chiste se les va a devolver y el dinero recaudado con sus chistes,
no les va a alcanzar. He allí la verdadera broma.
A los
ateos se les va la vida buscando negar a Dios; cuando se dan por vencidos, le
preguntan a Dios, ¿Qué clase de vida es esta?
Usualmente,
defienden a la ciencia y a la lógica; pero no son buenos para el estudio de la
ciencia y hacen cosas sin lógica. Entonces, ¿También niegan a lo que creen?
Se la
pasan metidos en foros y grupos de religión y se preguntan por qué los
religiosos no se atreven a entrar a sus foros. Se les olvida que la gente
religiosa, sí busca qué hacer y tener una vida.
Dicen que
los que aman a Dios son muy sensibles. Pero sí uno dice que cree en Dios y va a
la Iglesia, se ofenden, babean, se trepan a las paredes y comienzan a inventar
argumentos. Eso, es sensibilidad.
Aseguran
que la religión es un fraude y que la ciencia
y la filosofía, son sus únicas
creencias; pero les atiende un doctor católico, un mecánico evangélico, una
administradora cristiana libre y una maestra testigo de Jehová. Todas,
carreras científicas y/o filosóficas. Y
creen en ellos. Punto para la religión.
Los ateos son tan pocos en el mundo, que ni virus
se les puede considerar.
Se dicen representantes de la cultura, pero temen
ser cultos al expresarse. Entonces cuando la gente no se les acerca, se
preguntan, ¿Por qué yo?
A propósito de ello, dicen que existe un poder por
encima del hombre. Aunque no le dicen Dios, ya saben que es Él. Y eso les hace
botar espuma por la boca.
Dicen que la religión es un cuento o una invención.
Y se la pasan amargados, fingiendo una sonrisa sardónica, mientras quienes
profesamos la religión, hasta en el peor de los momentos, confiamos en una
fuerza que nos redimirá luego, incluso de maneras que ni podríamos imaginar.
La imaginación de los ateos está enfocada en solo
querer aguarle la experiencia a quienes siguen alguna religión. Eso los hace
limitados. Y los que llegan a destacar en la imaginación, fingen que son ateos
porque deben vivir de su pequeño público.
Como bien se sabe, no existe religión ni religioso
perfecto. Ante cualquier caída de uno, lo pagan todos. Porque los ateos deben
estar alimentando sus inseguridades ideológicas de las fallas ajenas, porque de
los aciertos de los demás, no más surge su derrota.
Cuando se ven grupos de Facebook o fotos en Instagram
o tuits de ateos, colocan datos de los más rebuscados, tratando de convencer a
los religiosos de que están equivocados. Los religiosos sólo dicen amén, les
desean salud e iluminación para que enfoquen su potencial a cosas buenas para
todos. Los ateos, vuelven a babear rabiosos.
Quieren reescribir la historia con toda la crueldad
y desventajas, incluso pudiendo éstas haber sucedido así. Pero los religiosos
buscan el equilibrio para que no haya reincidencia.
Casi siempre los ateos empiezan a odiar el jabón,
el peine y la ropa limpia, porque parece que ellos comprenden que Dios sólo
acompaña a los que sí se bañan.
Imaginen que les ocurra como a Stephen Hawkins que
fue ateo toda su vida y minutos antes de morir dijo que a lo mejor sí existe un
cielo y él fue uno de los equivocados, ¡No sé hasta cuándo estarán babeando de
rabia!
Ni en las películas de ciencia - ficción o
documentales científicos invitan a ateos, porque básicamente ellos sólo tienen
ideas en contra de la religión y no a favor del tema del cual se le está
preguntando.
Son tan débiles sus creencias y afirmaciones, que les
ves celebrando Navidad y Semana Santa y cualquier fiesta religiosa y de
guardar, ¿No que no creían en ellos?
Insisten en que El Vaticano venda todos sus tesoros
para costear el hambre del mundo. Pero se les olvida que los humanos, cuando
ven mucho dinero junto, son como ellos, cerrados y se alejan de todo lo bueno,
olvidándose de trabajar en forma productiva y no estar fastidiando a los demás.
Por eso, cuando ese dinero se acabe, volvería el hambre y la pobreza. ¿No que
muy científicos, analíticos y libres pensadores?
De seguro, estarán echando peses al leer estos
chistes sobre ateos. Pero lamento informarles, que Dios les entiende y les
quita poder a sus palabras, sólo les permite farfullar entre dientes y no los
considera malos ni descarriados, sólo, una forma de aprender que cuando no se
entiende algo con la mente y el corazón, se es débil como una hoja.
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