Sí, aun creo que debí hacerle caso al horoscopo de hoy y quedarme en casa.
Pero uno no le hace caso a los buenos consejos y mucho menos a la intuición.
Sólo queremos desarrollar la adrenalina del momento para luego, andar llorando.
Todo comenzó cuando el despertador no sonó, porque
el teléfono se descargó, ya que la noche anterior olvide conectarlo.
Rápidamente me fui a bañar y me quedé enjabonado, porque sólo había 5 dedos de
agua porque está escaseando.
Con la fricción de la toalla me quité el jabón, me
puse el uniforme. Me preparé un café para comerlo con pan y éste me cayó en el
uniforme. Tocó ponerme un sweater para disimular, aprovechando que en la
oficina hay aire acondicionado.
El calor en la calle era descomunal. Me tocó ir en
un transporte público abarrotado de gente y con un colector insistiendo en recostarles
el tostón a todos para cobrar el pasaje de la manera más mediocre y burlista
posible.
Los frenazos, el calor, el sweater y los roces
acrecentaban mi calor. Si no fuese porque estaba sudando, cualquiera aseguraría
que tenía fiebre.
Llegué a la oficina y el aire acondicionado estaba
en mantenimiento. Fui al baño a tratar de quitarme la mancha. Lo que hice fue
correrla más, además de notar que sudaba a chorros.
Regresé a mi estación de trabajo y mi intuición me dijo
que algo peor vendría. Era una señora exigiendo a gritos que se revisaran unos
resultados con los que su médico no estaba conforme.
No la encontrábamos en el sistema. Sus gritos
llamaron la atención de los jefes de la clínica que fueron a increpar la
solución y tratar de domar a la señora. No pudieron, así que más me increparon.
Luego de una amplia búsqueda y reflexión, la señora
se dio cuenta que ese diagnóstico ella nos e lo había tomado allí, sino en otro
laboratorio, no pidió siquiera que le disculpáramos su frenesí y su olvido del
resultado o la factura con lo cual se hubiese cerrado ese sainete.
En premio a lo ocurrido, me ordenaron ir a
capacitación para saber lidiar con tales problemas. Ni el capacitador ni yo
llegamos a buen término al respecto, porque ni con la intuición de Batman
podríamos deducir lo que dictaba la mente obtusa y agresiva de la señora que
fue a amargarnos la mañana.
Cuando todo estaba resuelto, me llega un memo de
cobro por dañar el uniforme. Y con esa carga de -no les voy a decir la palabra-
fui a almorzar. Me di cuenta de que había dejado el almuerzo en casa, así que
salí a comprarme algo con lo poco que me quedaba.
Ya con un chicle y una galleta turca bien maluca
por cierto en el estómago, retomé mis actividades, mismas que ni siquiera había
comenzado.
Estando tan atareado, al tiempo le dio por correr
más rápido. Dio la hora de salida y yo iba a ¾ de mis funciones y sí me
quedaba, no me iban a pagar horas extras y además, no conseguiría transporte.
Me fui, la intuición por los problemas me había
fallado. Apenas iba llegando a la parada se desató un potente aguacero y se
cortó la electricidad. Se fue haciendo todo más oscuro, las camionetas de
pasajeros no recogían gente porque dizque se les mojaba el piso (pero sí dejan
gente donde está el pozo de agua más profundo, parece que tienen intuición para
ello).
Un amigo que manejaba un camión del ejército pasó
por allí y me llevó. Craso error, porque la risa sardónica y el mal olor típico
de los soldados fue amargando más mi día y dándome una rinitis que junto a la
lluvia y lo mal alimentado, me terminaron dando una gripe + yeyo + tiritar que
casi me envía al barrio de los acostados.
Esto es por no hacerle caso a mí intuición y al
horóscopo, que me dijo que lo mejor era quedarme en casa. De haberlo hecho y
diciendo que estaba enfermo, pierdo un día de trabajo y me curo y al día
siguiente voy tranquilo. Pero no, por dármelas de necio y de cumplidor a
ultranza, miren lo que me gané.
Y ahora debo ver cómo saco un reposo para que no me
descuenten o despidan.
Lo cierto es que cuando mi carta astral, el horóscopo,
las runas, el tarot, el tabaco Manzanares, la pepa del zamuro, el tercer ojo nulo
o mi intuición me digan que me quede en mí cama, me quedo aunque se esté
quemando el mundo.
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