No hay nada más masculino y agradable que hablar
bien de Henry Cavill y eso está
fuera de discusión sobre temas en
los que haya dudas sobre la hombría.
Primero, ese hombre aprendió a volar para ser
Superman, algo que aprendió del más grande de los hombres, Christopher Reeve con ejemplos de otros grandes como Jesucristo y Gokú.
Cuando por fonética usted dice “Henry Cavill es
gamer”, si habla bien el inglés tal cual yo quisiera y no sé, dicha palabra se
entendería como “gay”, lo que podría traerle tantos problemas como decirle eso
a Chayanne.
El que Henry Cavill sea un videojugador (para que
vean que sé algo de spanglish) nato y entregado, desmitifica aquello de que los
videojuegos son para perdedores, gordos o abstraídos que dependen de sus padres
o esposa sumisa.
Los juegos de video son para aquellos que queremos
escapar de la presión que da la fama y la fortuna, aunque no tengamos nada de
eso. Es la actividad que nos permite estar en nuestro entorno seguro que es a
la vez nuestro lugar feliz o “La Fortaleza de la Soledad”.
Cuando un videojugador está por horas en casa pegado
a una PC gamer o una consola, puede que no esté produciendo dinero, pero no
está siendo infiel ni expuesto a los peligros de la vida real. Lo máximo que le
puede ocurrir es que lo maten en Call of Duty o Warhammer, ¡Y quien lo mate fue
Henry Cavill!
Nadie puede ser más feliz que estar en una partida y
escuchar a un británico hablándole cosas que no entiende, pero que de pronto
sepa porque se le activó la videocámara, usó un nickname referencial, él mismo
te lo dijo o le hackeaste su IP, que es el mismísimo Man of Steel que te mandó
para el otro mundo.
No muchos hombres pueden tener el orgullo de decir,
¡Me mató Henry Cavill!, o, ¡Morí a manos de Henry Cavill!; y si lo llegan a decir,
ningún otro hombre que se respete en toda la faz de la tierra, va a siquiera
suponer o dar a entender que se te moja la canoa. Envidia de la buena si
recibirás, pero nadie dirá que eres pato.
Ese es el poder de jugar con alguien que sabe que en
su casa y jugandito, todo se pasa sanito. Claramente, la millonada que le pagan
y le mantiene su vida, es de mucha ayuda. Pero nosotros podemos tener nuestros videojuegos
igualmente sin ser millonarios, sólo toca trabajar para eso y abstenerse de
gastar en ropa, alquiler, comida, familia, impuestos, etc.
Ahora bien, ¿han visto que ahora hay más mujeres
videojugadoras?, claro está, soñando que Henry Cavill también las mate, la
única forma de que ocurra, porque las mujeres que sueñan con galanes lindos,
siempre les toca un barrigón con detalles sin posibilidad de acomodo en toda su
cara y bolsillo.
Desde que sabemos que Henry Cavill juega en línea
con su PC armada con sus poderosas manos de hombre fuerte y bien tallado que le
asemejan a un dios romano, se han destruido muchos mitos y ya ni padres ni
esposas objetan que su hombre juegue a la Play, porque saben que es una
actividad que realiza uno de los seres más grandes nacidos en Kriptón.
Y ahora que las partidas de videojuegos se
monetizan, hay torneos o ganas por exhibirlas en tus redes sociales, con mucha
más razón deberíamos de estar en nuestros hogares jugando videojuegos y
abandonar esas actividades menos lucrativas como perforar pozos petroleros,
descubrir vacunas o vender empanadas.
Lo máximo que se necesita es que haya más y mejor
Internet, electricidad, aires acondicionados y una sonda que sea fácil de
colocar uno mismo, con el propósito de no tener que parar una partida para ir
al baño.
Por esto y mucho más que has hecho por el mundo de
los videojuegos, te veneramos Henry Cavill, el hombre que lo tiene todo, el
verdadero héroe que todos requeríamos para que no nos estén cuestionando más
nuestra afición por los videojuegos.
Y cuando ya no estés en el Planeta (el Planeta
Tierra, no el Diario el Planeta), haremos todo lo posible para que te canonicen
en dos semanas y seas el Patrono de los Videojuegos, San Henry Cavill.
Argenis Serrano - @Humoristech