Sí yo Fuera Musculoso

Sí yo fuera musculoso quizá mi vida fuese otra, aunque de seguro dormiría en el suelo, ya que si siendo delgado (no flaco), ya he roto varias camas (porque tengo el sueño pesado), no me imagino siendo “un kilúo o papeao/papiao” (dícese en Venezuela al que tiene mucho músculo).

Pero no, la vida me negó la posibilidad de ser fisicoculturista o al menos, de tener un físico. Y vaya que si hice ejercicios de fuerza en el gimnasio, en los parques, plazas, en la casa, en la cancha del liceo y ayudando a cargar bloques.

Los músculos siempre se me desinflan como quien abre el horno a destiempo y se le baja la torta; claro que el sabor es rico (si no lo cree, pruébeme), pero la presentación no es la deseada y sólo quedo como una torta que se lleva escondida de a pedacitos para masticar en el trabajo.

Sí yo fuera musculoso así a lo Johnny Bravo, la vida tendría otro matiz. No sé cuál, porque a Johnny todo le sale mal y además, los músculos no arreglan la cara. Pero estoy seguro que muchas cosas serían diferentes.

Claro está que el gasto en ropa sería mayor, ya que tendrá otras tallas; pero no es que tampoco sea muy caro, porque los que son musculosos sólo compran ropa para ir al gimnasio o que les quede pegada al cuerpo.

Sí yo fuera musculoso no sería como esos que se juntan solamente con otros musculosos a besarse los músculos o a besarse entre ellos, eso se los juro. Porque siempre quise sacar músculos no para lucirme como pavo real y menos para perder neuronas y sólo hablar de cosas de gimnasio. Lo buscaba para ser sano y no voy a andar con gente enferma.

Ser un heredero de Charles Atlas o Arnold Schwarzenegger o He – Man significa responsabilidad, ya que tiene muchos usos útiles que los más ególatras no saben aprovechar. Sí yo fuera musculoso le sacaría el verdadero provecho, como puedo aquí ejemplificarles.

sí yo fuera musculoso
 

Sí yo fuera musculoso…

Jamás pasaría pena abriendo frascos con mis poderosas manos y fortísimas muñecas que girarían las tapas, ayudando así a las señoras en los mercados o siendo asistente abre frascos en cualquier versión de Máster Chef.

Sería el mejor embalador de bolsas en los supermercados, llevándole la bolsas a las damas a sus carros o a la parada con mis poderosos brazos, incluso cargándolas a ellas.

Haría mudanzas o embargos con rapidez. Incluso lanzando las cosas por la ventana, como por ejemplo el escaparate, la cama y el juego de baño.

Sí yo fuera musculoso haría videos en TikTok cargando a las mujeres por las escaleras eléctricas. Las muchas que lo disfrutarían palearían el malestar causado por aquellas que de seguro me van a demandar.

Me convertiría en el cerrajero más veloz del mundo, abriendo puertas de una sola patada.

Así como hay emprendedores que alquilan lavadoras, yo me alquilaría como exprimidor de toallas, sábanas, pantalones o bragas de mecánico que son difíciles para las manitos débiles.

Abriría paquetes sellados con tal facilidad que me harían especiales de televisión.

No habría necesidad de amarrar con sogas los colchones que se transportan en el techo del carro. Nada más con una de mis poderosas manos lo llevaría sujeto todo el trayecto, sin fingir como hacen los ridículos que siempre lo llevan agarrado, estando amarrado.

Si yo fuera musculoso les cobraría a los vecinos por llevar la basura hasta el bote. Y si el camión de la basura se va antes de que yo llegue, lo detendría con mis poderosos bíceps.

También de vez en cuando recogería aluminio o hiero que aplastaría o doblaría con mis hercúleas manos.

Nada como hacer mecánica, albañilería, carpintería y plomería con herramientas convencionales y de vez en cuando apretar, clavar o levantar cosas nada más con las manos en vez de con martillo, llave o gato hidráulico.

Sí yo fuera musculoso tendría que usar una escoba con mango de acero a ver sí me aguanta y contarle los pelos antes y después de barrer, para calcular cuánto me va a durar esa escoba ante mis enérgicos movimientos de barrido. También tendría que trapear con una alfombra persa, a ver si aguanta un poco más el desgaste.

Tener trabajo seguro de bell boy o carga maletas en hoteles o aeropuertos; quizá no sea el paraíso de los empleos, pero las propinas por mi fortaleza serían muchas. Y son propinas seguras, ya sea por mí trabajo o por temor a un mal golpe de mi contundente puño.

Si yo fuera musculoso, tendría que evitar el matar zancudos so pena de romper paredes o atravesar mi pierna con lo único que es más duro y resistente que yo, que en este caso sería yo mismo.

También tendría que esquivar a mucha gente para que le haga favores como “ayuda a levantar a mi tío de 180 kilos que se desmayó”, “compré un maute, cárgalo hasta la casa” o “me gusta que me asfixien, así que dame un abrazo”.

Todo eso y más sucedería sí yo fuera musculoso, así que mejor me mantengo delgado y con una buena rutina de ejercicios de fuerza que me hagan resistente, pero no tan peligrosamente codiciado.

@Humoristech 

No hay comentarios.:

Entradas populares