Soñar
no cuesta nada, salvo que comiences a soñar despierto al pasar una calle, allí
sí valiste verdolaga.
Cuando
sueñas con lo que recién viste en un Telegram Porno o en sitios similares, realmente no estás deseando a la mujer del
prójimo, ya que en realidad no se sabe cuál es el prójimo de esa mujer.
A
veces por estar soñando, se te va la vida en ello, algo que sólo pueden hacer
los millonarios o los que su mamá mantiene a punta de planchar ajeno y que sólo
salen a ganarse el dinero con loterías, caballos y apostando cuántos carros
blancos pasan frente a la puerta de la casa en 1 hora.
Soñar
es ponerse a prueba en su propia humanidad e inteligencia emocional, ya que hay
cosas que se sueñan dormidos o despiertos que se pueden convertir en proyectos
reales.
Ahora,
sí soñaste que pudiste despegar el televisor de la casa de tu vecino y llevarlo
a la tuya sin que se diera cuenta, te sugiero que busques a un psiquiatra que
te haga alguna regresión, porque en alguna vida pasada fuiste parte del
ejército de Atila el Huno.
Nuevas tendencias en sueños
Los
de la New Age, iglesias pentecostales,
quienes dictan talleres de coaching, hacen horóscopos y todos aquellos por
igual enfocados en robar sin pistola a los demás, dicen que lo se sueña, se
decreta y el universo te lo da.
Con
tan brillante actitud imperativa muchos desean que llueva para que quite el
calor, otros que haga calor para que se quite el frío y otros que caigan rayos
en la escuela para no ir mañana.
Esto
nos muestra la hermosa anarquía del ser humano, donde pide para sí mismo y a
los demás que se los coma el tigre.
Sólo
sueñan con aquello que les hará la vida mejor así tengan que llevarse a unos
cuantos inocentes en el proceso. De esa actitud villana a candidatos a diputados, sólo hay un pasito.
Sueñan
con fervor que llegue un hombre que les dé todos los lujos posibles, que sea
guapo, fuerte y las consienta. Cuando eso no sucede, entonces al que agarran le
transforman su vida en una pesadilla, porque alguien debía pagar los platos
rotos.
Muchos
hombres se la pasan soñando con vivir entre lujos, de fiesta, manejando autos
de lujo y siendo entrevistados, viviendo como Rico Mc Pato, del cual no
aprenden a generar dinero e invertirlo, sino el ser tacaños, incapaces siquiera
de remendar sus calzones de 2 por $1.
Si lo puedes soñar, lo puedes lograr
Sueñas
con ganarte un número de la lotería, pero no le compras ni una rifa benéfica a beneficio
de sus senos postizos a tu prima.
Quieres
llegar a tu casa y que te espere una rica cena a sabiendas que dejaste tu
salario en la que llamas tu obra benéfica favorita: mantener al dueño de la licorería.
Anhelas
una casa de ensueño de punta en blanco, pero solucionas las goteras colocando
palanganas y potes de mantequilla vacíos para agarrar agua, alegando que no
quieres invertirle a la casa porque a lo mejor dentro de 40 años te mueres.
Te
gusta soñar que tu pareja (hombre o mujer) te haga todas esas cosas que viste
en el canal Telegram XXX que mencionamos arriba, pero más allá de la cama no le
haces ni un cariñito.
Por
lo visto, si lo puedes soñar lo puedes lograr no es más que una metáfora para
aquellos que al menos buscan una idea, asumen una buena aptitud y no andan
jorungándole la cola al león para luego hacerse las víctimas de las cosas malas
que le suceden en la vida.
No
hay sueños pequeños, sino gente de mente pequeña que ni siquiera sedados o
noqueados con un derechazo que bien se merece, tiene la capacidad de soñar.
Creemos que Walt Disney debió aclarar el sistema estratégico de los sueños, incluyendo el cómo conseguir los fondos sin andar soñando que te caerán del cielo o aparecerá un viejito millonario a dejarte su herencia porque le diste de tu pan y café el mismo día en que te despidieron del trabajo y tu pareja te dejó, como en las novelas de TikTok.
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