Autor: Reuben Morales
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Lo habríamos previsto por décadas, pero no será sino hasta el año antes de la fecha estimada, que comenzaremos a movernos. El gobierno de entonces creará una comisión que a su vez creará subcomisiones que a su vez creará mesas de trabajo, que a su vez terminará siendo tanta gente, que justificarán la creación del Ministerio del Poder Popular para la Sustitución Petrolera (MinPoPoSusPe).
Siempre saldrá una voz de la conciencia nacional aconsejando que este equipo de trabajo sea conformado por expertos. Todos estaremos de acuerdo, pero por ser tan “excesivamente democráticos”, no dejaremos que los escojan a dedo. Convocaremos entonces un referéndum para elegir a la comisión de expertos de la sustitución petrolera. Esperaremos que el CNE abra el período de postulaciones. Cada partido lanzará a sus expertos. Se hará la inscripción de nuevos votantes y cambios en el registro electoral. Llegaremos entonces al período de campañas de los candidatos –las cuales, por cierto, se valdrán de productos petroquímicos para hacer pendones, vallas y recorrer el país a punta de carros a gasolina. Llegará el día de las votaciones y saldrá electa la comisión el MinPoPoSusPe. A este punto ya nos quedan seis meses de petróleo.
Este Ministerio se debate entre trabajar por la siembra del petróleo o terminar de raspar la olla, pues el petróleo está tan escaso que el precio del barril ya está en trescientos dólares. No obstante, al menos formalmente se pondrá como meta sembrar el petróleo en menos de medio año. El gobierno derrochará dinero dando créditos para el sector turismo. Se invitará a expertos de Dubai para asesorarnos en el tema de la sustitución petrolera. Ellos vendrán y propondrán planes excelentes, pero estos, por alguna razón de nuestra idiosincrasia, serán inaplicables. Ya quedan cuatro meses de petróleo.
El Ministerio entrará en una fase de penalizar a quienes hayan sido culpables de agotar nuestro preciado recurso natural. La Fiscalía abrirá un período de allanamientos a los consumidores irresponsables de petróleo. Naturalmente, aprovecharán esto para enjuiciar y meter preso al político, empresario o artista que les caiga mal. “Allanamos la casa de este ciudadano. En el procedimiento nos dimos cuenta de que tenía más Tupperware de los que en verdad necesitaba. Contaba con una cocina a gas de seis hornillas. Cualquier familia sabe que con una de cuatro, basta. Entramos al garaje y tenía dos carros y dos motos. No solo eso. ¡Los tenía con los tanques full! Ya lo pusimos a la orden de la Fiscalía”. Quedan dos meses de petróleo.
A este punto, el gobierno finalmente habrá entendido que es necesario aumentar la gasolina. Entraremos en guerra con Colombia, pues los pimpineros de la frontera sacarán su brazo armado para terminar de extraer los últimos restos de gasolina venezolana. Queda un mes de petróleo.
Venezuela entra en la crisis económica más aguda que haya tenido en años. Ya no tenemos petróleo, agricultura o manufactura nacional. Tampoco tenemos el dinero para importar nada. Las charlas motivacionales se venden como arroz en la calle. La gente busca esperanza de cualquier tipo. De repente, un buen día, una transnacional extranjera se reúne con nuestro gobierno para explicarle que tenemos demasiada energía solar y que ellos la quieren explotar. El gobierno les dice que sí, pero con una condición: que nos paguen regalías solares. La transnacional acepta. La historia vuelve a comenzar.
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