Autor: Reuben Morales
Señores de la Drug Enforcement Administration, escribo para expresarles mi más profundo repudio a sus amenazas y ataques en contra de mis compatriotas venezolanos recién apresados en Haití. Parecieran no entender el grave perjuicio que su acción detenta en contra de nuestra economía nacional. ¡Basta ya de mantenernos ahogados en el subdesarrollo!
Cuando finalmente nos convertimos en un país potencia con una economía diversificada, nos dan ese duro golpe. Si bien el petróleo fue un recurso que nos mantuvo a flote hasta el 2015, los expertos siempre nos recomendaban “siembren el petróleo”… “diversifiquen la economía”. Intentamos con la agricultura… pero más fácil es importar. Intentamos con la manufactura… pero qué fastidio lidiar con los sindicatos. ¿El modelo Dubai?... lo hemos intentado, pero los Misión Vivienda no nos quedan bonitos.
Fue entonces cuando se nos vino a la cabeza la forma idónea de sembrar el petróleo. Repartimos los petrodólares e incluso el crudo mismo a países y organizaciones amigas a cambio de favores y rutas de comercialización de sus productos. De las dos, ésta última terminó siendo la más rentable. Logramos establecer fuertes lazos con productores y laboratorios de nuestra hermana república. Así nos consolidamos como el principal exportador de droga de Suramérica. Un recurso tan lucrativo y rentable como el petróleo.
No imaginan cómo alivió esto nuestras esperanzas futuras de país. ¿Hasta dónde iba a aguantar el modelo petrolero? Si bien es rentable, también se va a acabar, contamina y le termina haciendo daño a los cerebros de ciertos líderes. Nuestro nuevo rubro, en cambio, da en el blanco. Es renovable, no produce gases de efecto invernadero, genera empleo, aumenta el PIB, lleva alegría a la gente, reduce el estrés, ayuda a socializar y permite explorar otras galaxias sin necesidad de invertir en una base aeroespacial. La tarea que hace años nos impuso Arturo Uslar Pietri, ¡hoy la hemos logrado!… y con buena nota. Sin embargo, cuando finalmente nos convertimos en un país potencia con una economía de punta en blanco… nos montan la pata. Sabemos cuáles son sus intereses ocultos. Cuando algo no les conviene, buscan eliminarlo a la fuerza.
Levantamos nuestra más firme voz de protesta para que los jóvenes Flores sean liberados. ¡Dejen la envidia! Bajo su putrefacto modelo capitalista jamás unos jóvenes de menos de treinta años hubiesen logrado emprender un negocio de ochenta millones dólares. Bajo su putrefacto modelo capitalista, los negocios se hacen bajo licitaciones públicas que terminan enturbiando los procesos. Aquí, en cambio, mantenemos el control de calidad dándoles las operaciones a personas de alta confianza.
Somos hijos de Bolívar. Cuando él cruzó los Andes, fueron las hojas de coca las que lo mantuvieron firme y lúcido. Hoy, más de 200 años después, mantenemos vivo su ejemplo. ¡Viva Venezuela! ¡Afuera la DEA, carajo! No dejaremos que nos roben la oportunidad de tener una blanca navidad. Dejen quieto al que está quieto… no se metan con nosotros porque ay… ¡ay, chamo!… no saben con quién se están metiendo… mosca te dije ya.
fuente: www.reubenmorales.com
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