A peticiĂłn de una señora de la cual su hija le dijo "mamĂĄ, antes de salir del liceo te debo contar que me rasparon", "hija, pero yo no te veo ninguna materia aplazada". Cuando la señora la vio bien, supo que ciertamente la habĂan raspado y que el diploma llegarĂa en 8 o 9 meses, por aquello de que es primeriza.
Para que yo fuese el malo de la partida y ella sĂłlo leer algo que le baje el sofocĂłn de verse pronto como abuela alcahueta, cuando creyĂł que iba a ponerse las botas con la muchacha, me solicitĂł algo "gracioso". Aunque esto ya me ha dado risa, seguro que ella no lo tomarĂĄ asĂ, mejor le doy unos per-versos".
Le dijo que estaba contenta,
en sus estudios, de las mejores,
pero la muchacha se tienta,
con algunos riesgosos amores.
Y yo le observé por la calle,
algo extraño en ella vi,
me pareciĂł que estaba bochada,
por el aroma lo sentĂ.
Salió ella una mañana,
tierna como una alondrita,
y por andar con un mala maña,
ahora es una senda ratica.
La barriga sale cara,
y ella no puede pagar,
madre y padre a bien fajarse,
el papĂĄ no va a aportar.
Hasta que esa criaturita,
la que llaman bendiciĂłn,
no les pele las encĂas,
rabia serĂĄ la sensaciĂłn.
La barriga sale cara,
y ella no puede pagar,
madre y padre a bien fajarse,
el papĂĄ no va a aportar.
Hasta que esa criaturita,
la que llaman bendiciĂłn,
no les pele las encĂas,
rabia serĂĄ la sensaciĂłn.
Su madre le soñó golondrina,
que del nido ya iba a volar,
y le dio una coz esa ladina,
aprendiendo ahora a rebuznar.
Se agradece no buscarme mĂĄs de villano, mi angelical, sencilla y pura espiritualidad no poseen esa carga negativa.
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