
Para que yo fuese el malo de la partida y ella sĂłlo leer algo que le baje el sofocĂłn de verse pronto como abuela alcahueta, cuando creyĂł que iba a ponerse las botas con la muchacha, me solicitĂł algo "gracioso". Aunque esto ya me ha dado risa, seguro que ella no lo tomarĂĄ asĂ, mejor le doy unos per-versos".
Le dijo que estaba contenta,
en sus estudios, de las mejores,
pero la muchacha se tienta,
con algunos riesgosos amores.
Y yo le observé por la calle,
algo extraño en ella vi,
me pareciĂł que estaba bochada,
por el aroma lo sentĂ.
Salió ella una mañana,
tierna como una alondrita,
y por andar con un mala maña,
ahora es una senda ratica.
La barriga sale cara,
y ella no puede pagar,
madre y padre a bien fajarse,
el papĂĄ no va a aportar.
Hasta que esa criaturita,
la que llaman bendiciĂłn,
no les pele las encĂas,
rabia serĂĄ la sensaciĂłn.
La barriga sale cara,
y ella no puede pagar,
madre y padre a bien fajarse,
el papĂĄ no va a aportar.
Hasta que esa criaturita,
la que llaman bendiciĂłn,
no les pele las encĂas,
rabia serĂĄ la sensaciĂłn.
Su madre le soñó golondrina,
que del nido ya iba a volar,
y le dio una coz esa ladina,
aprendiendo ahora a rebuznar.
Se agradece no buscarme mĂĄs de villano, mi angelical, sencilla y pura espiritualidad no poseen esa carga negativa.
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