Autor: Reuben Morales
Primer acontecimiento
Hace unos días necesitaba un llavero para un juego de
llaves de la casa y terminé comprando uno muy creativo: una moneda de 1 Bolívar
Fuerte taladrada por un extremo y convertida en llavero. Su precio fue de 170
Bs.F. Si a dicha creación le restamos la mano de obra y los materiales, digamos
quizás pagué unos 100 Bs.F. por 1 Bolívar Fuerte. Primera conclusión: nuestra
moneda vale más por su valor como objeto que por su valor nominal. Segunda
conclusión: comprar un Bolívar, en Venezuela, se ha vuelto caro.
Segundo acontecimiento
Según los economistas, estamos a las puertas de una
hiperinflación. Buscando entender más el término, me puse a ver videos en YouTube sobre las hiperinflaciones de
Alemania en los ’20 y Bolivia en los ’80. Primera conclusión: no estamos en una
hiperinflación, pero el gobierno está en la cocina y tiene todos los
ingredientes en la olla (en resumen, fabrica billetes nuevos para gastar los
que no tiene). Segunda conclusión: en aquel entonces, el Marco Alemán y el Peso
Boliviano tenían un valor bajísimo –como el Bolívar Fuerte hoy. Tercera
conclusión: En Alemania y en Bolivia comenzaron a usar los billetes para otras
cosas distintas a comprar.
Tercer acontecimiento
¿Cómo hacer que el Bolívar Fuerte rinda más? Use el
billete o la moneda como objeto, no como medio de pago. Por ejemplo, en aquella
Alemania hubo gente a la que le salió mejor decorar su casa usando billetes
como papel tapiz (nada mal para un nuevo local nocturno en Venezuela). Así
mismo, en invierno echaban fajos de billetes a las chimeneas para hacer fuego
(una acogedora opción para Mérida en Navidad).
En Venezuela, para ciertas tareas escolares, la fotocopia
de algunos billetes cuesta más que el mismo billete; para lo cual es mejor llevárselo
a la maestra esperando no lo confunda con un soborno. Alguien también me
comentó que un artista plástico venezolano interviene billetes y luego los
vende más caros que el mismo billete.
Por tanto, si usted necesita recortar gastos, tome en
cuenta esto: para algunas cosas es mejor usar los billetes como simples objetos.
Si necesita un marca libros, por ejemplo, use un billete de 2 Bs. F. Si le
pidieron papelillo para alguna fiesta, meta billetes de 2 Bs. F. en la
licuadora y listo. Si quiere comprarle juguetes a un bebé, dele un fajo de
billetes con una liguita y lo hará feliz. Usted se ahorra el juguete y la rabia
de saber que los niños no juegan con el juguete, sino con el empaque. También
pueden jugar a Los 3 cochinitos y
cambiar la casa de paja por una de billetes.
Si es de envolver un regalo muy pequeño, use un
billete. ¿Necesita comprar una cama? No lo haga. Pida al banco bastantes fajos
de billetes de a 2 Bs. F. y con eso se hace una cama de billetes. ¿Quiere
empezar en un gimnasio? Pida al banco fajos de billetes de 2 Bs. F. y se hace
un buen juego de mancuernas. ¿Tiene una mesa fastidiosa que vive tambaleándose?
Amontone varios billetes, dóblelos, los mete bajo la pata corta y listo. Y si
no consigue papel higiénico… bueno, ya no es requisito ser millonario para usar
billetes en ese momento.
El nombre de Bolívar Fuerte siempre pareció una
ironía, pero no lo es. El Bolívar es fuerte… al menos físicamente. Si algo
aprendí de esa Alemania de los ’20 y de esa Bolivia de los ’80, es que una
moneda débil aún sirve para invertir en un bien muy valioso: el despertar de la
conciencia de un país.
Fuente: ReubenMorales.com
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