Reuben Morales
¡Urgente!… Quien tenga pilas para relojes de pulsera, manifiéstese cuanto antes. Últimamente estoy viendo un fenómeno inquietante: gente que usa su reloj sin pila. Sí, con las agujas detenidas. Si acaso fuesen artistas presentándose en una tarima lejana o políticos dando discursos en grandes concentraciones, ¡pero no! Son personas allegadas. Se sientan con uno a conversar y es imposible prestarles atención porque uno no hace sino pensar “¿por qué esta persona usa un reloj parado?”… “¿No se da cuenta de que me di cuenta?”… “¿Y si le pido la hora?”. ¿Bajo qué lógica funcionan las personas de relojes detenidos? ¿En su casa se vestirán como si se tratase de un examen parcial? Se ponen zapatos bonitos, buenos jeans, camisa a la moda, se peinan, se perfuman y dicen: “bueno, todos estos puntos positivos arropan el punto negativo de mi reloj sin pila”. ¡No!, pues detectarles el reloj detenido derrumba abruptamente todo lo anterior. Es como usar flux con medias cortas de algodón para trotar. ¿Acaso es ésta la próxima etapa a la moda hipster de usar monturas sin cristal?
A veces me he visto arrastrado por los designios de mi “yo morboso” y me aventuro a pedirles la hora. Cómo disfruto sus respuestas. Están quienes dicen: “¡Se me acaba de parar el reloj hoy!”. A esos los anoto en un calendario para volver a preguntarles la hora en un mes a ver ver con qué respuesta salen.
Existen los precavidos. Usan un reloj vistoso, sin pila, como “estrategia” para cuando los vengan a robar. Según ellos, el ladrón desviará su atención hacia el reloj y se olvidará del celular.
Está el paranoico. Estás hablando con él y es imposible no desviar tu atención hacia su reloj parado. Te quedas abstraído, viéndolo, cuando de repente desborda sus dotes paranoicos pegando una intempestiva carrera: “¡Policía!... ¡Auxilio!... ¡Un ladrón!… ¡me quiere robar el reloj!... ¡Es él!”. Admirable manera de voltear la tortilla.
Tenemos al nudista. Éste tiene complejo de Adán y Eva. Prefiere andar con un reloj parado porque, según él, “se siente desnudo sin reloj”.
Está el fashionista. Si llegas a decir algo de su reloj, salta inmediatamente y te dice: “Obviamente no tiene pila, pero es el único que me combinaba”.
También existe el macho sometido. Él está claro en que no hace falta usar reloj cuando se tiene un celular; en que odia el bronceadito de portugués que le deja el reloj en la muñeca y en que éste no tiene pila. Sin embargo, la razón por la cual lo lleva puesto, te la dice susurrándote al oído: “Me lo regaló mi novia y si no me lo ve puesto, me arma un peo”.
A veces me gustaría grabar por una semana a estos seres de relojes parados. ¿Acaso verán el reloj todos los días a misma hora solo por aparentar? ¿Programan una alarma en sus celulares que dice “Hora de ver la hora”?
Amigos lectores, enciendan las alarmas. Esta problemática se está agravando. Cada vez me topo con más casos. Si leyeron esto y conocen de alguien con algún contacto para donar pilas de reloj, refiéranmelo. Las estaré recolectando para entregarlas en dos tandas. De antemano pido disculpas a mis amigos cercanos que usan sus relojes sin pila. Para ustedes no será el primer lote. Ese
cargamento inicial está destinado a los relojes de las autoridades venezolanas. Al parecer olvidaron la hora de referéndum.
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