Reuben Morales
Tengo 36 años, soy bastante calvo y disfruto de mi edad. Sin embargo, ya en varios contextos me han asomado que para tener éxito hoy en día debo ser más “millenial”. En otras palabras, comportarme como un joven adulto del nuevo milenio. Y como yo no me quiero bajar del autobús de la popularidad, me he puesto como misión de vida el ser millenial. Para eso ha sido indispensable cambiar varias cosas en mi vida.
Ya mi nombre, por ejemplo, no es Reuben Eduardo Morales Weggeman. Ahora me lo cambié legalmente a @ReubenMorales.
Últimamente saludo a mi abuela de 93 años con palma y puñito.
Ahora me abotono las camisas hasta el último botón del cuello. Incluso en Maracaibo.
Ya boté mis lentes. No eran tan grandes como para ser considerados millenial. Ahora agarré dos raquetas de tenis viejas y les mandé a montar cristales.
Me metí a estudiar una carrera universitaria de nuevo. Esta vez la sacaré solo viendo tutoriales de YouTube.
Mis autores favoritos ya no escriben libros. Escriben blogs.
Ahora solo leo noticias de farándula. De hecho, sé que Daniela Cabello tiene un papá muy influyente en la política, pero ni idea de quién es.
El maletero de mi casa ya no es el rincón oscuro de los cachivaches llenos de polvo que me producen alergia. Ahora es “mi zona vintage”.
Puse todas mis gorras en el piso del estacionamiento y les pasé por encima con el carro para aplanarles las viseras. ¡Ah!, y a mis jeans les eché tijera para agujerearlos. De hecho, ayer vendí uno roto y me lo compraron por mucho más de lo que me costó nuevo.
Cuando quiero relajarme, ya no tomo vino tinto. Ahora fumo marihuana. De hecho, para mí las 4:20 ya no son una hora, el “paper” no es solo para imprimir documentos de la computadora y el “rolling” no es un batazo al short stop.
Ya no uso Clarks o New Balance. Ahora solo calzo Converse o Adidas.
Ser millenial es liberador. Todas mis acciones las respalda una tendencia en redes. Por eso, cuando alguien me critica, puedo decirle: “El equivocado eres tú. Lo que hago está respaldado por una gran comunidad en internet que ha convertido esto en tendencia varias veces”.
En mis redes borré todas las fotos donde salían mi esposa y mi hijo. Si quiero ser millenial, no puedo dejar de ser motivo de masturbación para mis seguidoras.
Cuando hay una tragedia en el mundo, me pego a subir contenido sobre eso en las redes. ¡Se ganan seguidores rapidísimo!
No investigo sobre historia. Como soy millenial, entiendo que si algo no ocurrió entre mi fecha de nacimiento y el día de hoy, simplemente no ocurrió.
Ahora escojo a mis amigos por la cantidad de seguidores que tienen en las redes. Por eso mismo ya no les hablo a mis papás. Ninguno de los dos tiene Instagram.
Me dejé una barba, pues entendí algo. Millenial es igual a pelo. Si tienes cabello, se te permite llevar la cara afeitada. Si te están apareciendo entradas, déjate barbita sucia. Si solo te crece cabello de los lados, ¡alarma! ¡Déjate una barba! Si ya no te crece cabello, ¡doble alarma! Debes dejarte barba y compensar la ausencia total de cabello con tatuajes. A mis amigos alopécicos, lo siento. No pueden ser millenial. Suicídense.
Ahora escribo sin acentos. Es que la Real Academia Española de lo Trendy aconseja escribir los hashtags sin tildes para así viralizarlos más rápido.
#Ahora #espero #entiendan #mi #decision #de #ser #millenial. #Por #que #no #lo #haces #tu #tambien. #Te #puede #gustar.
#Chao
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Fuente: cortesía de www.reubenmorales.com
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