Reuben
Morales
Ellos son como una tarjeta de crédito de
carne y hueso. Si estás interesada en endeudarte, hoy te presentamos cómo se
clasifican los 9 tipos de “sugar daddy” basados en su nivel de dulzor:
1.
Sugar Daddy Zero: Es el candidato perfecto. Es canoso, soltero, tiene dinero, pero no
acepta su condición. Es un millennial atrapado en cuerpo de viejo. Por ello invierte
el dulzor de su billetera en Netflix, Playstation, un buen
teléfono y sus mascotas. Si pretendes seducirlo, ten cuidado. Ya tiene una
mujer viviendo con él: su mamá.
2.
Gluten Free Daddy: Es el “sugar daddy” que toda mujer podría desear. Es
financieramente solvente, luce joven, es socialmente desenvuelto y tiene cuerpo
fitness, pues vive en el gimnasio. Solo tiene un problema. Pasa tanto tiempo haciendo
ejercicio, que cuando le pides una noche de pasión, está más cansado que madre
de trillizos. Y si no es eso, te suelta otra excusa: “Mejor no lo hagamos hoy.
Mañana tengo que nadar tres kilómetros a las seis de la mañana”.
3.
Splenda Daddy: Mejor conocido como el “sugar daddy” de dulzor limitado. Su
presupuesto no es tan grande, por eso debe elegir a una patrocinada que se
ajuste a su cuenta bancaria. Este “sugar daddy” entiende que el “sugardaddismo”
es cuestión de relatividad. Si él es clase media, sabe que puede ser el
perfecto “sugar daddy” de una mujer de clase humilde. El problema de este
“sugar daddy” es que a veces le falla el radar y acaba patrocinando a una mujer
con aspiraciones milmillonarias; por lo cual termina endeudado y viendo cómo
ella se aleja con un “sugar daddy” de más alto calibre.
4.
El auténtico “Sugar
Daddy”: Es el Disneylandia del “sugardaddismo”.
Te recuerda a tu papá, te exhibe orgulloso, tiene saldo ilimitado, canas, buen
cuerpo y es feliz regalándote cosas. Sin embargo, tiene un problema. Es como el
multimillonario Gianluca Vacchi: en la vida real, no existe.
5.
Su-gay Daddy: Es lo mismo, solo que en el mundo gay. Aunque no solo busca un amante,
sino también un albañil, un plomero o un mensajero privado. Por ello, sus
relaciones siempre terminan convirtiéndose en una relación patrono-empleado pagada
en especies.
6.
Torta Daddy: Es el “sugar daddy” de varias por una razón: es dueño de una
empresa y reparte los pedazos de la torta con sus favoritas. Para darte empleo,
solo debes cumplir con una condición: estar buena. El problema es que ellas luego
se casan, tienen hijos, se van de la empresa y él termina viviendo con un
fantasma: la amenaza de una futura demanda por acoso laboral.
7.
Melao Daddy: Es el típico viejo verde feo, barrigón y con una riqueza proveniente
de negocios sucios. Nunca lo verás en las fotos de ella (aunque su yate, sí). De
todos los “sugar daddies”, es el único que cumple con el máximo principio del
“sugardaddismo”: Mientras más feo es, más dinero suelta.
8.
Algodón de Azúcar
Daddy: es el “sugar daddy” que terminó procreando,
sin querer, con su “sugar baby”. Como es tan viejo para criar niños, su energía
se diluye como algodón de azúcar. Por ello (y para salvar su relación) acaba convirtiéndose
en “sugar daddy” de otra: la niñera que le cuida al bebé.
9.
Diabetes Daddy: es cuando ya se está a niveles de Hugh Hefner y sus conejitas
Playboy. Aunque estos viejos merecen honor. Son los únicos que, con sus
relaciones, han legalizado la prostitución sin que nadie les acuse de proxenetas.
¿Ya analizaste? ¿Ya escogiste al tuyo?
Apúrate y elige antes de que muera. O bueno, que si muere puede ser hasta mejor.
Quedarás sola y con bastante dinero. Entonces la tarjeta de crédito de carne y
hueso terminarás siendo tú.
Fuente: www.reubenmorales.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario