@Laureanomar y @ReubenMorales: "No Bel Para Creer"

Reuben Morales, papá de Tobías 
Como todos sabemos, el premio Nobel es un galardón otorgado a aquellos que, por su contribución profesional, dan aportes revolucionarios (ojo, en el sentido amplio de la palabra) a la humanidad. Así tenemos los Nobel de química, física, medicina, economía, literatura y paz; todos creados en base a la última voluntad del empresario sueco Alfred Nobel, quien en su testamento, en 1895, pidió hacer un fondo de inversiones para galardonar anualmente a los más destacados en dichas áreas. El premio constaría de una medalla de oro y una buena suma de dinero para que el laureado se liberara de preocupaciones económicas a la hora de trabajar.

La motivación de todo esto, fue que Nobel, como empresario, sentía gran culpa pues fue él quien creó dinamita. Si bien fue con el fin de ayudar a la minería, ésta se terminó haciendo famosa por otro uso más lucrativo: la guerra. Fue por ello que Nobel, para resarcir los daños que se adjudicaban a su invención, creó este galardón para conmemorar los inventos que le trajeran un mundo más feliz a la humanidad.

No hay duda de que es una historia muy bonita y ejemplar, pero vista desde el ojo venezolano, resulta poco creíble. ¿Qué un tipo se sentía mal por ser millonario? ¿Qué no le dejó herencia a su familia? ¿Qué clase de bolsa es éste, chico? Por eso vale hacerse la pregunta: ¿Qué hubiese sido de los premios Nobel, si el sueco Alfred Nobel hubiese nacido en Venezuela?

En primer lugar, no se hubiese sentido mal por ser millonario. Aparte no hubiese cabido en sí, ya que sería archiconocido por haber inventado la dinamita que todos usan en las guerras y que hasta las comiquitas de Warner Bros. colocaron con la marca ACME.

Al pobre Alfred también se le hubiese creado toda una tragedia a la hora de hacer su testamento. Toda la familia estaría peleándose por sus cobres, creando tal ambiente de calumnias y generando una cuadrilla de gestores millonarios por hacer los trámites de traspasos, que Leonardo Padrón y Delia Fiaggio habrían asegurado que la palabra “no-ve-la” viene del sueco “No-bel”.

El otro problema es que el hecho de hacer un acto público en Venezuela para entregar una medalla de oro y una gran suma de dinero a algún científico por su trabajo, le hubiese traído más preocupaciones a dicho científico. Primero: ¿en cuál banco se puede guardar el dinero sin riesgo a que lo intervengan? 
Segundo: ¿dónde tendría que esconderse el científico para que no lo secuestren? Tercero: ¿el personaje tendría que aplicar la técnica de Alfred Nobel de hacerse el sueco?
Laureano Márquez...
sabe más que sushi con pollo frito

No obstante, lo positivo de que Alfred Nobel hubiese nacido en Venezuela y de que sus premios fuesen entregados aquí, es que los galardones serían entregados a gente que en realidad los merece. Así, tendríamos los siguientes Nobel:
  • Nobel de química: se lo habría ganado una madre venezolana por el milagroso hecho de preparar un desayuno completo sin café, aceite o margarina.
  • Nobel de física: se lo lleva Osmel Sousa, pues siempre hace lo imposible para tener los mejores físicos.
  • Nobel de literatura: hubiese habido un triple empate entre varios ministros de la vivienda por sus grandes obras de ficción.
  • Nobel de economía: lo ganaría un docente porque aún, sin recursos económicos, sigue generando conocimientos.
  • Nobel de la paz: se lo hubiese llevado Evo.
  • Nobel de medicina: finalmente se lo habría llevado Jacinto Convit.
Aunque tras analizar, el mayor Nobel sería para los apagones; pues con ellos, la gente puede No bel.

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