A Mis Nietos (de @OctavioMontielG )


El día 14 de septiembre (día del aniversaario del blog) cumplió años el llamado "Poeta del 23" Octavio Montiel, Creativo, Humorista, Poeta y luchador. Con su permiso expreso, colocamos su obra "A Mis Nietos". La imagen es de Omar Cruz, su amigo y compañero, pero del otro lado de la política. Y eso no merma la amistad. ¿vieron cómo se debe hacer?. Esperamos que el poeta escriba algo especial para Humoristech, como su compañero en el Camaleón, mi maestro José Inojosa.

En virtud de los respetos
que ustedes se ganarán
por lo que algún día serán
ya formados y completos,
quisiera aclararles, nietos,
que esa deuda que encontraron
fue otra vaina que dejaron
unos pandilleros flojos
que a punta de cuentos rojos
a la nación estafaron.

Y la excusa que alegaron
para pedir esos cobres
fue la de darle a los pobres
lo que ellos mismos negaron
todo el tiempo que pasaron
derrochando a todo trote
y regalando de a lote
dólares al extranjero,
mientras que de limosnero
mi país no salió a flote.

Nietos, quiero que se anote
que tal como el cabecilla
que comandó esta pandilla
y a quien le dimos el mote
de mojonero y azote
por sus rubieras palpables,
también fueron responsables
de endeudar a la nación
diputados que a prisión
debieran ir por culpables.

Y si están comiendo cables,
nietos, en momentos graves,
la culpa la tiene Chávez
y estos rojos detestables,
zánganos equiparables
a meretrices en coro
que repiten como loro
las nefastas ocurrencias
de quien compró sus conciencias
y las dejó en deterioro.

Por cierto que a todo choro
lo podrán reconocer
sólo bastará con ver
lo que resultó un tesoro:
la Internet, nietos, el oro
de la comunicación.
Allí está cada ladrón
sin derecho a pataleo
exponiéndose al video
en su papel de cabrón.

El tono de guapetón
y el “porque nos da la gana”
analícenlo mañana
a la luz de otra nación.
No están todos los que son,
pero son quienes están,
alcahuetes de satán
que entregaron su país
al Castro senil y gris
que conquistó al charlatán.

Mis nietos, no hay mejor plan
para salirse de abajo
que el estudio y el trabajo
con amor y con afán.
Pues cada vez que nos dan,
así sea por caridad,
se asoma la mezquindad
de comprarnos la conciencia
y anularnos competencia,
o sea, nuestra voluntad.

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