Detalles de la Fiesta de la Abuela


Nota: El que le tira a su familia, se arruina, porque te cobran a cuenta de eso. Por eso los nombres han sido omitidos y los personajes cambiados por protección...mía.

Cuando te dicen “fiesta familiar”, mentalmente has de prepararte para todo lo que viene y que tienes que asentir con una sonrisa porque de lo contrario, serás fuertemente regañado, amenazado y al final tendrás que ir y pagar el carro libre de ida y vuelta como escarmiento.

Si te molesta ir a la fiesta y no pudiste fingir enfermedad, compromiso, deber o demencia, quéjate en silencio.

La homenajeada se encontraba directo en la puerta, cobrando el peaje debido. La otra entrada, estaba clausurada. Hubo varias devoluciones, no de regalo, sino de familiares que tuvieron que ir al supermercado de la esquina a comprarle algo.

Todas las amigas y hermanas contemporáneas de la abuela cumpleañera se reúnen. La tentación de sacar la calculadora es gigante pero no lo debes hacer porque una familiar tuya está involucrada y te regañan. Debes aguantarte para el otro día, si recuerdas tan altas cifras a las que esperamos todos llegar y vengan los jóvenes a también querer reírse de uno en igual forma. Es una broma con gusto generacional.

La música era de la época de la cumpleañera y sus hijos mayores. Por ello la alegría de algunos porque en la casa, había WI-FI para distraerse y bajar algunas canciones las cuales oír con audífonos.

Y es que el uso de los audífonos no es un elemento asocial o distorsionador de la comunicación, es un elemento clave ante:
La tía que te dice “no te has casado como tu primo (su hijo)”. Tampoco me he divorciado como él, ni he sido aborrecido por la madre de su primer hijo y, aunque vivo con mis padres, no vivo arrimado ni de ellos.

La prima que te dice “ya debes tener los tuyos”. Con tan buena voz y unos cocos mandados a hacer que le quedan de un bueno pero son feos ya que es prima, ella debería buscar sus niños. Estarán bien amamantados.

El tío que cuenta sobre las hemorroides que le operaron. Buen acompañamiento a la llegada de los primeros pasapalos y antes del primer trago fuerte.

Un primo que te dice “tú tienes a la novia manuela”. Por la confianza y sin temor a armar trifulcas, contento le respondes con la verdad: “tú tienes a tu novio manuel” ¿cómo les va Manuel? ¡Bien, gracias por aceptarnos en su vida!, tranquilo, mientras se quieran y no me toque a mí un destino así jejeje (risas de mala gana de todos).

Amigos de la familia que te dicen: ¿tú no tienes novia porque no quieres?. Ya esto, aparte de ser una repetitiva frecuente, ya huele a insulto. Quienes te dicen eso, jamas te dicen "te presento a una amiga, toma a mi hermana, tengo una compañera...¡yo misma soy!, etc. Puro criticar y nada de ayudar.

Cuando te dicen “vamos a hacer la vaca”.

La música se torna más bailable pese a ser antigua. Bueno, por eso se le llama música, porque lo de ahora es para que la cumpleañera nos corra y desherede del montón de muñequitos de cerámica que será lo que nos irá a dejar. Ojalá que me toque un Snoopy.


Notas que hay familiares que no se presentaron. Sortarios.

Vuelve el momento sentimental cuando un primo que tú cargaste recién nacido, te presenta a su segundo bebé recién nacido y tú no tienes. Al cargarlo me emocioné y le pregunté ¿cómo se llama este muchachote? ¡Es hembra primo! ¿No lo notaste? ¡No vale, como no tiene las orejas perforadas como su papá, no me fijé!.

Que te coloquen en una mesa junto al fogón de la parrilla es un detonante de la idea ¡vamos a comer primero!, lo que a la larga puede ser mentira luego que has estado largo rato tragando humo porque el kerosene que utilizaron para prender los carbones, había sido reciclado del que se usó para limpiar las brochas luego de pintar unas rejas en aceite.

Una piñata de señoras mayores de 90 es un evento único. Entre los escépticos que dicen que no puede y los sorprendidos cuando ven la fuerza conque las antañonas destrozan una piñata. No debería ser sorpresa, luego de los 90, el palo de la piñata es el único que agarran y lo sacuden y sacan el máximo provecho. Una vez al año, hace daño…sentimental.

Las fotos de los primos y tíos que no se ven desde quién sabe cuándo, o más exactamente, desde una fecha que no recuerdan o se hacen los pánfilos para no decirse viejos entre líneas.

Otra vez la vaca. Entre los que ponen (que son los mismos, por ejemplo el tío alcahuete y los novios de las primas que quieren figurar y ganarse los puntos). La gente sale a cualquier hora a comprar aguardiente y saben dónde. Si fuese un remedio, esperan el día.

El primo que por fin le explota la pea y hace el ridículo, peleando con uno que llegó allí por primera vez y dudo que vuelva. El extraño se quedó, el primo fue sacado. Ya sabemos quien no puso para las cervezas.

La hora del Karaoke. Es un recurso ideal para las fiestas, excepto como –en este caso- la mayoría no canta bien ni una micra. Preciso son los primeros en elegir canciones como “La Malagueña”, “Granada”, “No sé Tú” u “O Sole Mío”. Al tío de las hemorroides lo revisaron de nuevo el lunes, luego de estrangulárselas en plena actuación.

Pasadas las 11, siguen llegando los arroceros, trayendo sólo su presencia y llevándose cotillón.

Llega la Hora Loca. Comienza con pitos, matracas y sombreros y termina en una pelea porque alguien le agarró las nalgas a una prima y no era de la familia. El bastón de la cumpleañera funciona como amansa guapos.

Cuando los niños comienzan con el perreo y la maraquita, dejando a los adultos atrás y con la cumpleañera ya con ganas de ponerse su dormilona, rezar un rosario e irse a dormir, llega la hora de la torta.

Las tortas siempre son acompañadas del “Ay Que Noche Tan Preciosa”, cantado a la par del karaoke. La tomadera de fotos antes, durante y si se puede, luego de apagar las velas. Digo si se puede porque le clavaron la cara en la torta a la vieja y hubo algunos a quienes no les gustó, ya que ellos querían hacerlo.

Luego el papelillo es combinado con la crema pastelera y comienza el embadurnamiento colectivo.

A la final, la despedida prometiéndonos vernos más seguido. Los más viejos dice estas crípticas palabras: ¡¡SÍ, HAY QUE VERNOS, SÓLO ESPERO QUE NO SEA EN MI FUNERAL!!.

Para salir de donde vive mi abuela, más que llamar a un taxi, hay que solicitar apoyo policial. Esperamos al amanecer para cuando los ladrones zombis ya no estuviesen. Mientras los niños pequeños seguían bailando la maraquita y cumaco.

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