La recuerdo como la mujer que más me gustaba y que siendo yo muy feo en ese entonces (ahora más), ella me sonreía y miraba de reojo. Con el paso de los años he comprendido que eso era un tic, nada más.
Glorioso el día que me dijo "te invito a una fiesta, para que me acompañes". En los eventos sociales es que existe la propensión al amor y los besos, bailando, tomando y seduciendo. Tres vainas que no sé hacer.
Al ratico de estar en la fiesta ella se me perdió. No eran los tiempos de los celulares, así que no le escribí. Esperé, me dieron conversa, unos Pepitos (palitos de maíz con queso que te hacen perder el habla si están frescos y te asfixian si están gomosos) y ella nada que aparecía.
Me decidí a buscarla. Le pregunté a unos chicos con cara de gafos que me dijeron que no sabían con voz de gafos y tísicos, así que lo de gafos era crónico. Era una casa grande y hasta pensé que me había dejado plantado.
Al conseguir a la mamá del cumpleañero le consulté y me dijo esto:
"Ah sí, ella está allá arriba que mi hijo le iba a enseñar la colección de mariposas, suba, en el cuarto del fondo, entre que estamos en confianza..¿no se quiere tomar una? (cerveza)"
¡No gracias señora, pero la voy a buscar!
Craso error. Eso pasa por estar de confianzudo entrando a cuarto ajeno. or ello me...¡ah cierto, no les he contado! Prosigo
Subí, abrí la puerta del cuarto y sí era un asunto de mariposas allí. Porque ambos estaban desnudos y él la tenía como mariposa de coleccionista: Clavada, abierta y pegada de la pared.
No tengo idea de cómo llegué yo a mi casa ni porqué me dolían los ojos al otro día y menos su color rojo y tanto moco pegado de mi almohada.
Esa tarde - noche ella me llamó y me dijo lo siguiente:
"Argenis, que pena de verdad, que pena tan grande cargo desde ayer"
Respondí: Bueno, al menos te fijaste de lo ocurrido y te da pena conmigo...
"¿Qué pena contigo? No rolo e' loco, pena tengo con ese chamo de que tú seas un maleducado que no sabe que se debe tocar la puerta antes de entrar"
Lo último que he sabido de ella, es que está sola y aporreada por la vida, cosa que le ocurre coincidencialmente a todas las mujeres que me rechazan, no sé por qué.
*Esta historia fue cambiada un poco para hacerla graciosa; el suceso fue real, me ocurrió. Si lo siente gracioso, le digo que a mí no me lo pareció.
Maná me debe los derechos de tema.
Glorioso el día que me dijo "te invito a una fiesta, para que me acompañes". En los eventos sociales es que existe la propensión al amor y los besos, bailando, tomando y seduciendo. Tres vainas que no sé hacer.
Al ratico de estar en la fiesta ella se me perdió. No eran los tiempos de los celulares, así que no le escribí. Esperé, me dieron conversa, unos Pepitos (palitos de maíz con queso que te hacen perder el habla si están frescos y te asfixian si están gomosos) y ella nada que aparecía.
Me decidí a buscarla. Le pregunté a unos chicos con cara de gafos que me dijeron que no sabían con voz de gafos y tísicos, así que lo de gafos era crónico. Era una casa grande y hasta pensé que me había dejado plantado.
Al conseguir a la mamá del cumpleañero le consulté y me dijo esto:
"Ah sí, ella está allá arriba que mi hijo le iba a enseñar la colección de mariposas, suba, en el cuarto del fondo, entre que estamos en confianza..¿no se quiere tomar una? (cerveza)"
¡No gracias señora, pero la voy a buscar!
Craso error. Eso pasa por estar de confianzudo entrando a cuarto ajeno. or ello me...¡ah cierto, no les he contado! Prosigo
Subí, abrí la puerta del cuarto y sí era un asunto de mariposas allí. Porque ambos estaban desnudos y él la tenía como mariposa de coleccionista: Clavada, abierta y pegada de la pared.
No tengo idea de cómo llegué yo a mi casa ni porqué me dolían los ojos al otro día y menos su color rojo y tanto moco pegado de mi almohada.
Esa tarde - noche ella me llamó y me dijo lo siguiente:
"Argenis, que pena de verdad, que pena tan grande cargo desde ayer"
Respondí: Bueno, al menos te fijaste de lo ocurrido y te da pena conmigo...
"¿Qué pena contigo? No rolo e' loco, pena tengo con ese chamo de que tú seas un maleducado que no sabe que se debe tocar la puerta antes de entrar"
Lo último que he sabido de ella, es que está sola y aporreada por la vida, cosa que le ocurre coincidencialmente a todas las mujeres que me rechazan, no sé por qué.
*Esta historia fue cambiada un poco para hacerla graciosa; el suceso fue real, me ocurrió. Si lo siente gracioso, le digo que a mí no me lo pareció.
Maná me debe los derechos de tema.
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