Fijamos la cita en un búnker secreto de la ciudad de Anaco, estado Anzoátegui. El mango me pidió discreción, cero cámaras y que no lo identificara con su nombre, pues su vida corría grave peligro por esos lares. Apenas lo vi, nos reconocimos. Parecía enfermo hepático, amarillo. Nos sentamos con un café de por medio y así comenzó nuestra conversa.
RM: ¿Cómo llegaste hasta aquí?
M: Me vine rodando.
RM: El venezolano los ha convertido en el alimento primordial. ¿Se sienten amenazados?
M: Nos hemos estado debatiendo internamente. Algunos piensan que esto es un manguicidio. Otros lo vemos como un sacrificio que estamos haciendo para posicionarnos en lo más alto de la mente del consumidor. Si el gobierno de Luis Herrera fue el del Toronto, el de Maduro es el del mango.
RM: ¿O sea que ven esta crisis como una oportunidad?
M: ¡Claro! ¿Recuerdas el mangazo que le pegaron a Maduro? Eso no fue casualidad. Nosotros le pagamos a esa persona para que le lanzara el mango justo cuando las cámaras lo estuviesen enfocando. ¡Tremenda campaña publicitaria! Hasta me han entrevistado tesistas de comunicación social interesadas en el caso.
RM: ¿Y sienten que la campaña tuvo el efecto esperado?
M: ¡Totalmente! Antes nos dejaban morir de mengua en el piso. Ahora somos más cotizados que un empleado de Farmatodo.
RM: Me alegro por ustedes.
M: Lo malo es que ha bajado nuestra esperanza de vida. Esto tiene muy triste a las mangas.
RM: ¿Por qué?
M: Ya nadie les dice que están podridas de buenas.
RM: ¿Y usted siente que son suficientes mangos para abastecer a toda la población venezolana?
M: Suficientes y más diversificados. Antes veníamos como en cinco presentaciones, en cambio ahora te tenemos solomo ‘e mango, punta trasera de mango, cordon bleu de mango, mango guisado, milanesa de mango, mango molido, mango a la brasa, mango frito, mango a la plancha, mango tartar, tajadas de mango, brochetas de mango, mango mechado y ceviche de mango.
RM: ¡Bastantes!
M: De hecho hay varias marcas interesadas en nosotros. Nos llamaron porque quieren sacar Gatorade de Mango, los “De Toditos” quieren meter chips de mango, Tío Rico quiere sacar el Mangum y McDonald’s quiere convertir los McCafé en Mangonald’s.
RM: Entonces están viviendo su bonanza con este gobierno. ¿Se definirían como maduristas?
M: Él nos conviene, pero no. De hecho nos aplica esa frase de que la historia se repite dos veces: la primera como tragedia y la segunda como farsa.
RM: ¿Por qué?
M: Porque a Newton le cayó una manzana en la cabeza y descubrió la gravedad. A Maduro le cae un mango en la cabeza y no ve la gravedad del asunto.
RM: Entonces ustedes están del lado de la gente.
M: De eso no tenga duda. Y si nos obligasen a darles la espalda, les damos hasta la pepa.
RM: Mmm… soy heterosexual, amigo.
M: ¡Me refiero a la semilla! ¿Ve? Es que de toda esta bonanza, hay algo que me tiene triste.
RM: ¿Qué será?
M: Que nuestra temporada se acaba y no he visto venezolanos preocupados por sembrarnos de vuelta para tener más mangos en el futuro. Creo que no hemos aprendido la lección.
En ese momento me sentí aludido. Solté el grabador, le metí un mordisco y me lo comí. La pepa no la sembré. Se la voy a llevar a un amigo en Estados Unidos que quiere sembrar un arbolito de mango en su “backyard” y dijo que me pagaba la semilla en dólares. ¿Voy a pelar ese boche?
Fuente: www.reubenmorales.com
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