Antes de
fulminarme, escuche esto con atención (si, escuchar, porque deben escuchar a la
voz de la razón bien justificada). Que éstas letras les plenen de motivos para
estar avergonzadas del robo injustificado al que someten a los padres del
mundo.
Cada
año, las madres solteras secuestran con fotos, memes, audios, escritos, tuits,
posteos en Facebook, reportajes, Whatsapp y una batida de mano desde la quijada
de superioridad contra los hombres de bien. Eso no se hace vale.
¿Son
ustedes guerreras, luchadoras, emprendedoras sin el apoyo del que las abandonó?,
pues claro que sí, la gran mayoría (zape a las que aborrecen a sus hijos porque
les recuerdan al carajo que las dejó, esas sí son el sexo débil mental). Esa
fuerza nadie se las discute, más bien se les aplaude y ya q1uisiera yo darles
un beso de salutación con su buena nalgueada, como se hace con la gente que
inspira confianza, al menos en mi imaginación, claro.
Pero eso
sigue siendo un no motivo (dispensen la mala sintaxis, no sé cómo ponerlo
bien), para que se sigan robando el Día del Padre. ¿Es que acaso no entienden
el daño que están haciéndole a los padres buenos, los chéveres, luchadores y
ejemplares que son estadísticamente una mayoría superior y avasallante al
sujeto que hizo como la gallina en su relación sentimental con ustedes, o sea,
que nada más puso el huevo?
Hay
millones de padres que salen a quebrarse el lomo por su familia, sólo piden un
día que es más ignorado que el día mundial de las uñas y ustedes se lo
secuestran. No mis señoras (aunque algunas odian el término), pero no, eso no
es así, señoras señoras.
El Día
del Padre posee la canción más vieja y pavosa que existe, “Mi Viejo”, que
cantaba Piero y luego Vicente Fernández. La que habla sobre un viejo que va
caminando lento, como perdonando al tiempo (y es el tiempo que no perdona a ninguno). Sólo esa tiene. Y aunque es más de las
que las madres solteras tienen (prometo componerles una antes que Ricardo Arjona, para que así sea una canción buena), y que esa canción
olvida a los padres jóvenes y de mediana edad, es loable que ustedes no le
quiten más ese día a los padres, comparando o hasta con ínfulas de superioridad,
porque ya la canción, el olvido, la baja publicidad, los regalos que son
pagados indirectamente por el mismo papá y son bien malos porque dicen que es
difícil regalarle a los hombres, todo eso como que basta para que también les
jodan el día.
Sumemos ahora que una parrilla con cerveza es un gusto que pocos padres podrán ahora ostentar con tales precios. Y es una lástima, es el único día en que cocinan (y se lo recuerdan a sus familiares y amigos por un año, hasta junio próximo).
¿La
solución más ecuánime para que ustedes sean dignificadas por su titánica doble tarea de amor?, pues la más obvia, vamos a
crear el “Día de la Madre Soltera”. ¿Vieron que es fácil ser justo, aplicar
ecuanimidad y no ganar espacios perjudicando a otros?, ese día lo propongo para
el segundo domingo de agosto, que en la mayoría de los países no se celebra
nada porque nuestros próceres se tomaban vacaciones esos días y además, las
corporaciones mercantilistas y capitalistas no tienen qué ofrecer ese mes.
Todo
se ajusta. Sí caso estoy equivocado y ese día desplazamos otra fecha
importante, pues se jodió, ese día es el de las madres solteras.
Vaya la
excepción obligatoria para las madres solteras viudas. Esas están supliendo un
destino fatal que debemos respetar. Más ese día ellas llevan a sus hijos a la
iglesia o cementerio a honrar a su padre. El día de las madres solteras
(segundo domingo de agosto, atención UNESCO – ONU – OEA y Grupos Feministas,
Defensoría de la Mujer y SEARS, les estoy marcando la pauta), también es para
ellas, por levantarse de las cenizas de las vicisitudes.
Finalizo
pues ésta propuesta para que las madres solteras que se sienten más madres por
ser madre y padre a la vez y que lo son, que nadie les quita lo bailado, que el
amor de sus hijos es lo mejor y que son admirables. Pero padre es el que su
genética aportó, el que reconoce, el que ama y cría, el que acompaña, enseña,
castiga y es un niño con sus niños y un hombre (de bien) con su mujer y la vida.
Y el del tercer domingo de junio (fechas varían en otros países), es el Día del
Padre, el de ellos. Hasta la ley se los reconoce “dura lex, se lex”.
Hay más
papas buenos que malos, así como hay mamás muy buenas.
“Si mi mamá me mima, mi papá me pipa. Yo pipo a mi papá”.
Argenis Serrano @Humoristech.
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