Al ver cualquier capítulo de Clarence lo primero que uno
se pregunta es, ¿qué le pasa a este niño? Y la respuesta salta de inmediato en
cada episodio: No sé qué le pasa a esta criatura ni a su creador, Skyler Page.
Aunque,
digamos por ocupar espacio, que tiene los típicos problemas de los buena gente,
comedidos, cariñosos, que brindan oportunidades a los demás, es servicial, hace
lo que le viene en gana sin importar las consecuencias porque no cree o no sabe
que sus actos tienen consecuencias y éstas pueden ser malas, porque sólo espera
que la gente haga lo mejor, viva lo que quiere, se merezca más allá de lo que
gusta, que disfrute y que consiga lo que ha de conseguir.
Esos
problemas son usualmente resumidos en que nadie tolera ver el bien en los
demás, entonces echa pestes. Acá también vamos a echar unas, pero suavecitas.
Primero,
Clarence no podría ser latino, porque se llamaría Clarencio, eso sería bullying
automático y obligatorio. Luego, juntarse con un maniático de lo campechano y
otro maniático de la limpieza, le hace ser la frontera entre ambos. Ello se
transforma en más hacer lo que le venga en gana y que todos compartan.
Luego
está una de las demostraciones liberalismo y amplitud que la TV busca, Jeff, el
amigo voz de pito que le mete al delicado y medio porque lo dejan ser él,
aupado por su madre y otra madre que es el padre, ya que le meten al amor
tijereteando y eso está bien. Le dan libertad pero no le dan reglas en su
formación como hombre de bien, entre ellas la más importante para un niño
criado por cualquier conjunción familiar: las sandalias no se usan con medias,
así tengas más dedos.
Sumo,
le mete al loco porque es parte de una familia que no le mete al tijeretazo,
sino a la reproducción + básico + IVA. Entonces él se aparte del común denominador
y eso está bien, mientras se bañe, porque peinarse no puede.
Están
varios amigos que ni voy a nombrar, excepto 3: Benson, que es el mimado
arrogante y emo, que lo es porque tiene real y está bien, déjenlo, él se
merece hacer eso por la nariz tan horrible que le tocó y que no se opera porque
está ocupado en pasar el Fornite o qué se yo; a los necios se les deja quieto y
luego se estrellan.
Está Percy, que es de esos inocentes psicópatas los cuales
te pueden lanzar por las escaleras para quedarse con tu casa y el más
importante: Gilben, que no habla sino a través de ondas mentales con
poderes paranormales y ese poder es bueno ya que hace que los niños televidentes
se inspiren y empiecen a buscar en su mente para ser normales. Aclaro, sí los
adultos nos ocupamos y les metemos cosas buenas, allí las encontrarán.
Por
último, Mary, la mamá de Clarence que es dueña de una peluquería luego que el
padre de Clarence la cogió y se fue y eso que se lo dijeron, pero no, ella lo
iba a cambiar estando de anteojito que no aportaba. Luego que ella se levantó,
necesitó complementar su vida y se consiguió uno más vago que el anterior,
Chad, que por feo, es bueno y servicial; sólo lo mantiene y él es fiel por
ello… y por feo.
Clarence
habla con las cosas, con él, con los demás, pero no escucha. Al principio creí
que era Asperger pero no, sólo es él mismo y los demás que se ajusten o se los
lleva la que los trajo, total, es su programa.
Éste
análisis de Clarence se hace sin comprometer a los personajes ni a Cartoon
Network que sigue repitiendo episodios y no trae los nuevos, y eso que la serie
ya se dejó de emitir en USA, porque el pueblo árido y lejano donde vive
Clarence, se quemó por el calor y todos se fueron, o al menos es el final que
yo le pongo, porque sí es por CN jamás lo veremos, aunque cuando lo transmitan,
lo repetirán 1000000 de veces al mes. FIN
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