¡Síganme los buenos! (o mejor, las buenas)

síganme los buenos

Cuando Roberto Gómez Bolaños "Chespirito" entró a Twitter (ahora X), claramente que utilizó su icónica frase ¡Síganme los bueno!, y comenzó a poblar de seguidores su cuenta en pocas horas. Con ayuda escribía algunas cosas y reseñaba lo que sentía y haría.

Uno de los que más gracia causó fue aquel de “hoy me van a hacer un en vivo por esta red social, ojalá no me vaya a doler”. Propio de un genio que encontró un lugar donde decir las cosas buenas que su mente creativa le dictaba y que ni su mujer, Florinda Meza (la Yoko Ono latinoamericana), podía detenerle.

 

Síganme los buenos

Y ese es el propósito que uno busca en la Internet, que te siga gente buena o al menos en su mayoría. Para eso uno debe tener un buen material escrito, en fotos o videos y blindarse comprando seguidores y me gusta (Buy Followers), para tener un piso sólido de gente de bien que le acompañará en las cosa buenas y las sanas locuras que la WWW nos permite gozar.

No crean que eso es trampa o ilegal, es lo que hacen las más famosas marcas para asegurarse atención y respeto con un SMM Panel que es el sistema para gestionar y optimizar sus propósitos, alcance y seguridad. Sumándole un buen contenido que atraiga (como usar el síganme los buenos), la cuenta estará más segura contra el peor de los virus en la Internet: la gente dañada.

Porque los dañados, los que se cayeron de cabeza cuando pequeño y tomaban tetero de vinagre, siempre abundan en las redes sociales y son los que más repercuten, porque aunque los buenos somos más, los malos y trastornados son como que más organizados.

Se los voy a explicar de manera alegórica con esos videojuegos de batallas que salen en los anuncios de los videojuegos de cosas tranquilas o de YouTube que nos aparecen para ponernos a prueba al comprobar si queremos dispararle a alguien pero no nos hemos atrevido a reconocerlo:

Sale un sujeto corriendo y disparando y debe pasar por una puerta verde en la que se le multiplican los aliados y/o su cuerpo o arma crece y entonces así puede enfrentar al final de cada etapa a un monstruo más grande cuando numéricamente ha acumulado más poder y con ello, lo derrota. Eso hacen los malos, pasan por esa puerta verde con ganas de enfrentarnos y derrotarnos.

En cambio los buenos, alejándonos de ese gran mantra como lo es el ¡Síganme los buenos!, nos vamos por la puerta roja del individualismo y llegamos debilitados ante el jefe final y perdemos, teniendo que comenzar todo otra vez mientras los malos nos adelantan.

Luego nos quejamos de las cosas que nos suceden, pero si no vamos en equipo y cumpliendo con lo necesario para fortalecernos, claramente que en la Internet como en la vida, nos van a poner la pata en el cogote y lo bautizarán con nombres falsos de intenciones más falsas aún como “justicia social, progresismo o feminismo”.

 

Para ser seguido

Algo que te enseñan las redes sociales es que para ser seguido, debes tener una o varias polémicas en tu haber para tener millones de seguidores y tú no seguir sino a 10 o 20. Esa enseñanza es real, pero no sirven.

Ya que vas a aplicar el ¡Síganme los buenos!, debes liderar de verdad y darle a la gente lo mejor de ti en la forma y manera como tú sabes; y ser recíproco ayudándole de la misma manera.

En eso se fundamentan los packs de seguidores que venden barato y de manera confiable empresas como 1popularity.com, que haya gente a tu lado que te diga lo que te debe decir (que no es lo que quieres, eso sólo lo hacen los que te van a pedir prestado o te quieren llevar a un motel).

Esos seguidores le dan like – me gusta a tus publicaciones porque se lo merecen, ayudándote a que otros se inspiren y el mensaje se replique. Por eso se utilizan dichos sistemas al iniciar un proyecto en redes sociales, cuando vas a subir algo grande o cuando la cosa está apagadita y no es justo que otros (los malos o los que aportan menos que los que dan consejos para beneficiarse de una llamarada solar), tengan más vistas.

Un mensaje de tanto poder como el ¡Síganme los buenos!, que es un llamado a aquellos que quieren que las cosas salgan bien así tengan que pasar penurias (claro, si no hay un cuento heroico tampoco tiene sazón), definitivamente que ese pregón no puede ser subestimado.

Lo malo es que hay muchos que no lo escuchan, se hacen los sordos, les da miedo y se les arruga el kulikitakati o no ven organización dentro y fuera de la Internet y prefieren abstenerse así lidere alguien de su confianza.

Por eso hay que crear un verdadero pelotón de aliados en redes sociales para lanzarse a la batalla por figurar y dejar por bien sentado su mensaje, producto, bien e incluso, la figura. Eso al menos puede comenzar con buen pie al comprar seguidores.

Para más consejos así, síganme los buenos (o mejor, las que estén bien buenas) en redes sociales, todas van con el nombre del blog, atendido por su propio dueño, doy clases los jueves y cobro barato.

@Humoristech 

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