"Echando un Cuento" (de @Rohan1974) BUENÍSIMO

Disculpen que no había escrito en algún tiempo pero es que realmente no tenía ánimo. Disculpen la sinceridad, pero bueno, realmente les venía a echar un cuento pero ya mi hija de 2 años me ha pedido que le contara uno y ya no me queda más neuronas para inventar algo nuevo.

Y es que me he dado cuenta de que, el hombre promedio gasta el 85% de su imaginación al inventar una historia, y nos volvemos tan buenos que podemos unir una o más historias ficticias e inclusive podemos mantenerlas por años, llegando al punto de que nosotros mismos nos las creemos.


Si llegamos tarde a una cita con nuestra pareja, podemos mentir diciendo desde que el tráfico está insufrible hasta que somos testigos en un caso de CSI. Si faltamos un lunes, después de Semana Santa al trabajo, diremos que nos ha pasado las cosas más asombrosas que dejarían loco a Indiana Jones. Si nos llaman del Banco para decirnos el porqué no hemos pagado la tarjeta diremos que simplemente se nos presentó algo que nos desequilibró el presupuesto.  El hecho es que, somos excelentes al inventar cuentos, pero cuando un niño nos pide que le contemos algo, somos en pocas palabras, un desastre.

Y es que claro, si contamos mal un cuento a un niño, nuestra esposa no nos negará el sexo ni nuestro jefe nos despedirá del trabajo y los Banco no nos cobrarán más intereses. En pocas palabras, los niños tienen las de perder.
Por eso es que he estado pensando en algunos tips de cómo contar un cuento, a ver qué os parece.

1.      Nunca utilice personas humanos o con fuertes rasgos humanos. Y es que la razón del porqué NO lo debemos hacerlo es que siempre vamos a proyectar nuestras propias vivencias (que no son muy buenas por cierto). Yo recuerdo que el Pinocho que me contaba mi padre fue prohibido por la Unesco ya que Pinocho era un trabajador explotado que, según sus propias palabras, “lo forzaban a trabajar 12 horas diarias haciendo el asiento contable de 35 empresas”.

E igualmente, Geppeto era “un sucio jefe italiano que no le importaba que Pinocho trabajara tanto si igualmente le descontaba la mañana si llegaba tarde”.  Y si hablamos de la bella durmiente de mi madre, “La bruja era esa, la bicha esa, la madre del Y-QUE-PRINCIPE azul, que después de que se casaron más nunca le compró flores y…”. Y allí no sé porque mi padre si iba a dormir al sofá. Pero el punto es ese. Escoja personajes que no sean humanos. Y tampoco venga a contar sobre “Las Tortugas Ninjas” porque cuando llegue al punto el jefe es una rata, todo habrá colapsado.

2.      La Trama. Señores padres, les recuerdo, sus hijos le están pidiendo que les cuente un cuento, ustedes son la única opción válida y barata para el insomnio infantil. SI ellos fueran mayores créanme, estaría en la calle o el cine o viendo Internet. Y es que sus hijos están buscando conciliar el sueño, ellos no están tomando nota o copiando un dictado para enviarlo a ver si ese cuento se gana el mejor guión extranjero en los Oscar.

Recuerdo los consejos de mi abuela, “Todo buen cuento debe tener las 3 C… Corto, Cencillo y Cimple”.  Disculpen la ortografía de mi abuela, ella solo llego hasta 2do grado. Pero es cierto. El mejor cuento lo aprendí de mi hija de 2 años. “Había una vez un dinosaurio que estaba aburrido y decidió ir a visitar y jugar con su amiga la hormiga. Había un día excelente, soleado. Tomo su motocicleta y salió. Pero en el camino el día se volvió lluvioso. Y el dinosaurio regresó triste. Esperó y al siguiente día, el tiempo estaba soleado pero en el camino, llovió y se regresó. Así volvió a esperar a estar soleado, pero nunca llegaba a su destino porque llovía. Así se repitió varios días. Soleado, lluviosos, soleado, lluvioso. Un día tocaron la puerta de la casa del dinosaurio y quien era?... la hormiga con un traje para la lluvia. FIN”.

¿Entendieron? Tiene las 3 “C” de mi abuela, corto, sencillo y simple. Bueno ustedes me entendieron lo de la C. Además recuerden, que una trama debe ser sencilla ya que quizás debas usarla en otra ocasión, quizás un día que llegues “zarataco” a tu casa y justo ese día el niño te pedirá que le cuentes algo. Y lo menos que quieres recordar es nombre como “Rapunzel”, “Gargamel”, “La reina Grimhilde”, “Stromboli”.

3.      La participación. Padres, padres, padres… realmente no se cansan de cometer errores, tras errores, tras errores, tras errores. Ustedes, que se la pasan viendo las celebridades y los famosos en su rueda de prensa. ¿Qué hay de común?  Recuerdan a Tiger Woods y su escándalo sexual? Todos los  sabían, el error le costaría una millonada de dólares en patrocinio ¿y qué fue lo que hizo al dar una rueda de prensa? “Señores, pido mis disculpas por mi comportamiento, en especial a mi esposa y mis patrocinadores. Lo siento… Gracias. No hay cometario”. Y adiós! Ya. Se fue. No se enredó esperando que un periodista lo enredara más de lo que ya estaba enredado.

Y padres, volviendo al cuento de sus hijos. Esto no es una democracia, no tiene nada que ver con la “participación ciudadana”, olvídenlo. “Erase una vez…. Trama…  Fin”. Y ya. No hagan pausa, no permitan preguntas. Porque es por su bien y el de sus niños. Además un buen cuento durará unos 15 min. Pero con preguntas pasarán 6 horas respondiendo cosas como “Que es una caperucita?, porque iba sola sin supervisión adulta?, porque el lobo se disfrazó cuando lo que debía hacer era esperar detrás de un árbol y devorarla?”. Créanme, no querrán responder esto.

4.      El fin. Otro de los puntos clave para un buen cuento es el final. A nadie le interesa saber que pasó después de que Pinocho se volvió humano, a nadie le interesa saber qué pasó con la Bella Durmiente cuando se despertó y nadie, absolutamente nadie quiere saber que el príncipe le dijo a Blancanieves que no quería ver a otro enano en la casa pero por error de la Blancanieves, ups, habrá un 8vo enano en la casa cuando ya “no hay cama pa’ tanta gente”. Confíen en mí padres.

Pero bueno, hay otros tips que tengo por allí pero les cuento luego, lo que deben recordar que hay que fijarse bien en sus niños, la práctica hace al maestro. Observen bien a sus hijos. Recuerde que si tiene miedo hay 2 cuentos que  puede usar cuando se encuentre en apuro. Para varones, use “Tarzán”. Ya que un niño abandonado en la Selva y que es criado por monos es siempre algo que hará pensar al niño antes de portarse mal (puede añadir la visita a su zoológico local este fin).

Para las hembritas, “Rapunzel”. La historia de una chica que fue abandonada en una torre porque quería salir con cual baboso se cruzara en su camino. Pero recuerde solo usarlas en caso de emergencia. El abuso de estos cuentos puede terminar como algún cuento que usted echará a los otros viejitos abandonados en un “Hogar de reposo” pero barato, del gobierno.

… Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

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