La Imagen Desnuda no da Imagen, ¿o sí?

En mi sección Farándula Con Sabor a Humor.

Sabemos que hablar mal de Justin Bieber es tan de mala suerte como resbalarse con una patineta y te caiga un yunque encima porque el correcaminos no se deja alcanzar. Pero la verdad es que es justo y necesario.

Salir desnudo frente al mar ha sido el último ¿logro? de Justin, que no parece tener pensado grabar otro disco con éxitos, especialmente por ello, porque hay que pensar. Yo le sugeriría que hable con Ricardo Arjona, traduzca sus canciones al inglés, les pone ritmo pop y vemos al mercado norteamericano sufriendo lo que muchos latinos sufrimos. Los antiamericanistas estarían de un contento. También los que sabemos de buena música.

En la imagen, notamos a un Justin Bieber en actitud reflexiva y con pompas al viento, suponiendo que todo lo demás también, pero de verdad que estamos del lado en que no queremos saber. Su actitud ante el mar es pensativa, algo así como, ¿por qué Mayweather no me abraza a mí como lo hizo con Pacquiao?, entre otras reflexiones que el mar saca a flote, buenas sí eres aplicado, sosas sí no lo eres.

Y es que pelar el cuero no es sólo de quienes están estancados como Bieber quien pagó un Roast (comedia), para ser un pollo en brasas: quemado, pero dando vueltas. Es parte de una campaña para exponer a las estrellas con su desnudez. Y ¿de quién es esa campaña de voyerismo?, obviamente, del clan de los “Celulares Perdidos y sus socios en redes sociales”.

Los smartphones que les regalan a los famosos o que por error compran con su trabajo, tienen una aplicación oculta para perderse así como los niños en los centros comerciales. Se pierden cuando están llenos de fotos desnudos que tentaron a los artistas tomarse, porque al verse bien con ropa, los mismos son inducidos por el teléfono a “tómatela a medio o sin vestir” y en su pantalla hipnótica son atrapados los inocentes, para luego el celular perderse y dejarse encontrar por quienes van a sacarle dinero a las imágenes.

Las poses eróticas, bobas, juguetonas, viendo sus abdominales, cosas naturales, operadas o su humanización con tres ombligos o un lunar en forma de acordeón, son expuestas y cobradas por tales inescrupulosos, mientras los pobres artistas deben desmentir, gritar hackeo y a la larga, firmar contratos para fotos donde les vean oficialmente qué copa de sostén son o hasta que parte de la pierna les guinda.

Las desnudistas se han puesto tan de moda, que parecen más importantes que aquellos que, por ejemplo, se dedican al conservacionismo, defienden a los animales o los que inmortalizan personajes que sí quedarán en el gusto del público.

“Antes los hombres nos imaginábamos a las mujeres desnudas, ahora tenemos que imaginarlas vestidas”, decía Mario Moreno “Cantinflas”. Y es una gran verdad, con el paso de las épocas cada día la prenda es tan corta que ya podemos hacer una consulta ginecológica o urológica a plena vista y sin título de médico.

Las redes sociales y sus counter también hipnotizan a los pobres artistas, quienes agobiados por bajos números de seguidores buscan apoyo a cambio de que les vean desnudos y la gente, les apoyan y siguen tan sólo por ayudar (sí, ajá), y en minutos les pueblan sus Instagram, Facebook, Twitter. Mucho tráfico web de suspiradoras, mirones y demás curiosos”.

Queda entonces para los no famosos la misma acción como una conseja, porque lo malo se pega más rápido que lo bueno. Y es allí que salen personas a fotografiarse/difundir sus bultos alrededor del ombligo (dizque barrigas), planilandia a nivel de pecho, músculos desaparecidos en acción, piel tan brillante que encandila con el flash, desnudos en baños, maleteros o ¿cocinando?, afectando la vista de la mayoría por aquello de “no hay que temer a la desnudez, el cuerpo es un lienzo”. Pero sí el lienzo fue agarrado por dos perros pitbull, nadie pinta allí.

Pocas veces las personas les siguen a sus obras de teatro, novelas, películas o acciones sociales, pero a donde pelen los glúteos o los pechos, allá estarán prestos.

Volviendo con Justin, ¿para cuándo unas canciones nuevas, quizás mejor pensadas y sin polémicas?, te pregunto para una tarea y por tus fans bielibers que tienen ganas de ti, aunque tú no de ellas.

Atrás quedaron los desnudos simbólicos y de protestas como los de Lady Godiva contra los impuestos o los de Marilyn para comerse a los chauvinistas haciéndoles creer que ellos mandaban. Ahora el levanta fama es el encuerarse. El talento, la creatividad y la solidaridad, que se aguanten…o que se desnuden a ver sí les paran.


Y ni hablar de los videos donde los “filmaron sin saber, aunque veían directo a la luz roja de la videocámara”.

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