Los Sustos de Halloween en Venezuela

Que te escriban Afala kita, amula sela, ispa tota, insupuka sula. Lo siento, acabas de recitar el conjuro de halloween que te impedirá hacer el amor durante un año. Si quieres romper el hechizo, llámame, yo tengo la varita mágica. Sería chévere sí esa persona no te cayera mal o más aún, si supieras quién es o de saberlo, que no fuese de tu mismo sexo.

Hoy es 31 y ya gastaste el sueldo de octubre, faltan 15 días para cobrar la quincena de noviembre.

Las cárceles venezolanas, son aulas del terror.

La mente de los vividores del gobierno, es de zombis.

Ahora hay muchos Drácula que chupan por el pitillo de los hombres.

En Venezuela no es fiesta patria el día de las brujas, porque estamos bravos con ellas que nos están chupando.

Un gato negro no es tan pavoso como un tweet del Presidente Chávez.

Henrique Capriles es el amuleto contra la mala suerte, que muchos aún no saben entender.

Hacerle una cara a la auyama, es tener un peo seguro con un santero y quitarle un ingrediente a un futuro hervido.

La Gran Calabaza que esperaban Linus y Lucy (Rabanitos), existe en Venezuela: Es el apodo de un narcotraficante asesino. Eso sí es de temer.

Fui a comprar una máscara para Halloween y sólo me vendieron la liga.

Halloween en Venezuela comenzó a principios de Octubre, con la lista de útiles escolares.

Que consigas a una chica como Diosa Canales y Rosita y no se te pare, eso es de miedo.

Decir que te vas a mandar a agrandar a los senos, las nalgas o una liposucción, es hacerle pasar un tremendo terror a tus familiares mientras estás en el quirófano.

Que dos motorizados te toquen el vidrio del carro en una esquina, es el comienzo de un susto que no sabes cómo terminará.

Una casa embrujada: La de tus familiares, cuando hay una reunión y el aquelarre de abuela, tías y demás comienzan a preguntarte ¿por qué no te has casado? ¿¿por qué no tienes hijos?.

Perder el archivo de la tesis que ya habías culminado, gracias a un apagón.

Que en una comparsa de brujas y brujos, un vecino aproveche y te quiera meter la lengua hasta las anginas y para más susto ¡tú también eres hombre!.

No estar asegurado y que te salga una cosa rara en el sitio donde la operación es más difícil y más costosa.

Dártelas de valiente y cuando sales preñada, acometas otras pendejadas del susto ya que le temes a tu papá. Le temes desde ese momento, no antes de abrir las piernas o de meterlo sin condón (susto atrasado).

Que te digan los policías ¡oríllese ciudadano! En un día de quincena y justo cuando no cargas los papeles o los tienes vencidos.

Que te hagas pupú lejos de casa y no consigas cómo devolverte a la misma, ya que ningún transporte te lleva y caminando, es como demasiado incómodo.

Ver a una mujer con los dedos como papas abolladas y llenas de tierra, con las uñas pintadas por un prescolar, exhibiéndolas en sus sandalias para que los demás sufran.

Levantar el brazo y notar el pegoste de desodorante en la axila peluda.

Utilizar la imagen de La Sayona y Los Diablos de Yare para ajustar las tradiciones. Y quienes lo hagan, aprovechen los disfraces para delinquir.

La gente dice no temerle a las leyendas del terror de Venezuela, pero se chorrean cuando escuchan al silbón ¡en el tono de un celular!.

Es la antesala al día de todos los santos, al que hay que encomendarse porque los monstruos con rostro humano, siguen acechando a la gente buena.

Y a nadie le gusta que le conmemoren el 2 de noviembre, día de los muertos, a menos que sea por muerte natural.

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