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| Imagen propiedad de Televen el físico, mente, órganos, alma y demás, de Reuben Morales |
1. Lapidación de mujeres: a una mujer suelen lapidarla a causa de manifestar sus deseos sexuales, o ser infiel o prostituta… las mismas causas por las que triunfa Diosa Canales. Imaginemos un escenario de lapidación en Venezuela: una mujer buenísima, con implantes, ropas rasgadas, siendo acusada por montar enfacebook unas fotos que se tomó en bikini. No pasa un minuto y ya se forma un anillo de seguridad de hombres que la piropean (entre quienes nunca falta uno que le ofrece villas y castillos para protegerla y sacarla de la mala vida). Resultado: no habría lapidación.
2. El holocausto: solo recordemos todo lo que se necesitó para montar este esperpento. A los judíos tuvieron que hacerles nuevos pasaportes para meterlos en los guetos. A la misma vez, los nazis construían campos de concentración a los que luego llegarían los prisioneros en trenes. Un venezolano organiza esto y no sucede. Para empezar, tres tareas de semejante magnitud, a la misma vez, lo colapsan. En Venezuela sabemos que si lanzan un satélite, se está en paz con Colombia, pero si se amenaza a Colombia, se tiene que suspender lo del satélite. ¡Incluso haciendo cada tarea a la vez se colapsa! Imaginemos al SAIME haciendo nuevos pasaportes para millones de judíos… ¡se cae la página!
A la par, la Gran Misión Vivienda Venezuela construyendo los campos de concentración: cada semana se detiene porque no hay cabillas, no hay cemento, los obreros están de huelga o las estructuras tienen filtraciones. Finalmente, transportar a los judíos en trenes. Ok, ni siquiera se ha terminado el ferrocarril nacional. La otra opción, ¿el metro y el tren de los Valles del Tuy?: retraso por un arrollamiento, o se va la luz, o no caben todos en un vagón, o hay reparaciones en algún tramo o todas las anteriores… Resultado: no hay holocausto.
Entiendo que lo expuesto aquí son escenarios ficticios. Sin embargo tampoco son utopía. Miren lo que logró nuestra cultura de telenovelas en la guerra de Bosnia comenzando los ‘90. Las tropas de la OTAN reportaban que, cada día, cuando empezaban los episodios de Kassandra, ambos bandos hacían un alto al fuego para verla.
Dice Wikipedia (lo sé, es horrible citar a Wikipedia, pero el que esté libre de pecados, que tire la primera piedra): “Tal era el éxito de Kassandra, que luego del bombardeo que sufrió el canal de televisión que la emitía, la población protestó y la Cancillería de Bosnia y Herzegovina pidió a Venezuela que reenviara los capítulos de la telenovela. La cadena RCTV, por medio del embajador venezolano en el país europeo, como gesto de buena voluntad regaló la telenovela a sus fanáticos. En un ambiente de alegría los bosnios volvieron a disfrutar de la historia de la gitana sufrida en busca de su origen”.
Antes me ponía triste la cantidad de venezolanos que emigraba. Ahora entendiendo el bien que le podemos hacer al mundo. Cada venezolano que emigra es como un pequeño virus de bochinche que contagia a su nuevo entorno. Y si se forma una epidemia mundial… quizás consigamos ese mundo que tanto anhelamos: un mundo en paz.
No olvide visitar a TinyDeal, porque de no hacerlo, se perderá de algo muy bueno
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