Don Roberto Gómez
Bolaños es el hombre que con humor, me ha hecho llorar de sentimiento en tres
oportunidades: Cuando El Chavo celebró la Navidad y se vio a sí mismo en el
pesebre (siendo yo adulto); el día que lo echaron de la vecindad (de niño) y su
“Credo”, que rezó/recitó en el especial biográfico en el canal Bio.
En resumen, hay
personas que demuestran que las lágrimas no son amargas, sólo las queremos
sentir así.
Cuando RCTV
transmitía el béisbol y se les caía la señal, había dos alternativas para rellenar
el horario: La Pantera Rosa o Chespirito el Chévere. Con ambos, salíamos
ganando.
Escribir,
producir, dirigir y actuar, aparte de convivir. Sí esto no es ser un “metahumano”,
no sé qué es. Estudió sin graduarse de Ingeniero, pero sí se graduó de un gran
ingenio.
Batman, Kaliman,
Superman, con razón le brindan admiración. Tarzán sabe quién es el rey de los superhéroes.
Una vez leí a un
forista decir que Chespirito llevó a América a la estupidez. Cuando alguien
dice algo así de quien le ofreció risas desde pequeño, el comentario hostil es
un halago.
Jamás olvidaré cuando mi papá me llevo a una tasca, un día lunes cuando transmitían El Chavo a
las 7 p.m., antes de la Radio Rochela. Yo me reía y vi que terminó el segundo
episodio y luego vino otro. Le pregunté a mi papá ¿se equivocaron?, me dijo,
no, esto se llama Betamax, es largo como una película. 2 capítulos más que me
alegraron el alma.
En el año 85 el
gobierno de Jaime Lusinchi en Venezuela, prohibió a “El Chavo”, “El Chapulín
Colorado” y “Mazinger Z”, por ser dizque muy alentadoras de antivalores. Pobres
ilusos que quizás no viven para ver lo que pone Telemundo, MTV y los canales
venezolanos oficiales.
Estuvo en contra del
aborto, porque sabía que cada humano es digno de alegría ya tan sólo por vivir.
Sin risas grabadas el programa no era lo mismo. Las risas nunca me irrespetaron ni guiaron, sólo acompañaron a
las espontáneas mías. Pero la legislación le obligó y le entendí, maestro.
Escribió para
Cantinflas. Y reitero que no, usted Don Roberto no fue mejor que él, ni viceversa. Ambos tienen un alto sitial de
honor en el humor del mundo.
Siempre le
reprocharé el uso judicial por derechos a sus ex-amigos artistas. Por eso mismo,
porque creó ex-amigos que tampoco pusieron de su parte. Pero ese episodio no
empañará lo logrado, es humano y… ¡qué más da! (pero nos la debe).
El Chavo:
El niño con hambre que cuando la sacia parece que tiene mucha más. Pobre pero
honrado, que se hace en la calle pero no para mal. ¿No es eso el ser buen
pobre?
El Chapulín Colorado: El héroe tonto más astuto. Ataca la tontería
con las suyas propias. Triunfa con armas que no matan, sino que defienden. Lo que
soñamos de los héroes cotidianos.
Chaparrón Bonaparte: Un loco que ve cosas que los llamados cuerdos
no quieren ver. Y eso le hace más inocente, lo que muchos "supuestos" locos pierden por
hostilidad. Por cierto, la primera chiripiorca era la mejor, la segunda no me gustó en nada.
Chompiras:
Su personaje favorito, más no el mío; un ladrón o caquito que no consumaba sus
actos y luego se regeneró. Golpeado por Peterete, el Botijas y la Chimostrulfia.
Y aun así, cambió para mejorar. Ojalá el hampa abriera así los ojos.
Dr. Chapatín: Mientras pienso en este personaje, suelto unas
lágrimas al recordar lo bello que era el pasado en mi país y de seguro en
muchos más; en otros, los cambios felices son ahora. Pero desde todos, mi doctor,
le pedimos e imploramos, le doy mi llanto pidiéndole que jamás suelte esa
bolsita donde tiene encerrados todos los males y dolores del mundo.
Es gente noble como usted que ha amortiguado que la humanidad no se consuma por su peor flagelo: la misma humanidad.
Es gente noble como usted que ha amortiguado que la humanidad no se consuma por su peor flagelo: la misma humanidad.
Vicente “Chente” Chambón: Colega periodista, que salía de La Chicharra a
buscar las noticias humanas y conseguía a “gente” en vez de “personas”. Y aun
así seguía, porque así es la fe. Sepa usted que por usted, soy periodista.
Chespirito:
Una especie de relleno de sí mismo. Siendo bombero, Stan Laurel, Chaplin,
Arturo de Córdoba o Fred Astaire, siempre sería Chespirito, el que sin
disfraces era un locuaz digno de alabar.
Creó una Vecindad
perfecta en sus fallas y moralejas. Vecinos envidiables. La convivencia ideal, entre ir y venir. "No valdrá medio centavo, pero es linda de verdad".
Creó los villanos
mejor diseñados, en que ellos mismos se vencían tan sólo por serlo. Jugó con la
historia, la teatralidad y los efectos especiales. Juegos en los que siempre
ganó, como debería ser para toda la gente buena.
Es mucho lo que
puedo decir, pero esto es sólo un breve perfil salido de mi mente, que tiene
más pero prefiero de envidioso guardármelo. Porque cada latino (hasta los
brasileños) y del otro lado del charco, saben que usted es un genio que
permanecerá en la historia como lo que es: El ídolo del Humor Blanco que
siempre nos hará falta para sonreír con buena voluntad.
La dolorosa excepción es Cuba, donde jamás han exhibido el trabajo de Don Roberto Gómez Bolaños. Eso también se le debe al pueblo cubano.
La dolorosa excepción es Cuba, donde jamás han exhibido el trabajo de Don Roberto Gómez Bolaños. Eso también se le debe al pueblo cubano.
Hasta Matt
Groening, padre de Los Simpsons, El Crítico y Futurama reconoció su genio y creó al “Hombre Abejorro” en su honor y con su
esencia de humor.
Gracias maestro,
por ser parte de mi infancia, adolescencia, vida adulta y lo que me queda por
vivir. Sigo llorando lágrimas dulces, esas que nacen del humor y de la paz.
Contando con todo su legado, ya sé quién podrá siempre defendernos...
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