Productos Venezolanos para Exportación

Difícil por no decir imposible que es la verdad, pero imposible es feo, que Venezuela exporte comida. Pero sí hay algunos elementos que se están produciendo a raudales que podrían interesar a otros países, sin dudar que les darán un uso debido, más allá del evidente o sugerido. Leamos...bueno, lean ustedes, yo ya sé qué es:

Sudor. El cloruro de sodio ideal para matar caracoles africanos, que acá no se erradican como es. La gente haciendo colas produce bastante. Sirve también para regar sembradíos y sembrar pruebas falsas de ADN.

Llanto. Versión más ligera del sudor. Acá estamos en una sola lloradera. Sirve para probar nuevas marcas de rimel.

Uñas. Por snobismo, acá no nos las comemos, perdiendo esos valiosos nutrientes. Y muchas de nuestras mujeres vienen sin ellas y usan postizas. En otros países podría ser usado como engrudo al derretirlo. Bueno, eso creemos, el colágeno es muy versátil.

Cabello. Tanto para la fabricación de pelucas como para la quema del mismo como sahumerio o espanta mosquitos, el cabello es idóneo. Muchos venezolanos querrían regalarlo para ver menos peluda la situación.

Pestañas. Ante el crecimiento y liberación de la homosexualidad, exportar pestañas para quienes las tienen cortas, es un mercado de antología. Un venezolano promedio puede aguanta unos días sin ellas, ya que la situación no le permite la libertad de pestañear, o se lo cogen.

Agoreros, ladrones y gordas/os malandras/os. Los países donde el canibalismo es forma de vida, verán con gusto este festín de platos típicos netamente venezolanos. Nos hacemos un favor.

Polvo. No, no de ese que piensa, vaya a confesarse. Polvo del que hay en las casas. Hay muchas escuelas de cine, lugares de entretenimiento y laboratorios que lo requieren para sus eventos, películas y experimentos. Mercado que hemos desperdiciado por décadas.

Zapatos viejos. En vez de jugar con la gravedad, lanzando los zapatos usados a los cables de electricidad, lo mejor es enviarlo a otros países donde sí saben de reciclaje y crearán unos modelos excelentes que nos enviarán. Tan moldeados que diremos, ¡estos zapatos se parecen a unos que yo tenía de cómodos!

Guásimo. Los venezolanos nunca le hemos conseguido un uso útil a ese fruto. Tanto que ni una canción le han dedicado. Hay que exportarlo como afrodisíaco y se venderá tanto, que dirán que Venezuela es el país más erótico del mundo, alentando el turismo. De putas, gigolos y otros enfermos, pero turismo al fin.

Teléfonos usados. Acá no sabemos qué hacer con los teléfonos usados ni sus accesorios ni las baterías de todo tipo. Pues a exportarlas por onzas (para que dé el gasto) a otros países. Serviría para recoger tanto celular robado que por estar bloqueado, terminan rompiendo los mal gestados ladrones.

Nadie diga que no hay ideas, ya puse unas en la mesa, pues a ver sí hay algunas mejores. Llévenselas, pero no se lleven nuestra comida, que hay poca y ya estamos recibiendo coñazos para conseguirla. De ponernos a exportar alimentos, lo siguiente en la lista sería exportar venezolanos zombis originales para The Walking Dead.

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