"Pronto, los venezolanos que se fueron serán recibidos por el mural de Cruz Diez en Maiquetía, sonriéndoles". @Humoristech.
Mucho se me ha consultado
como venezolano si me voy a quedar en el país para poder llevar una vida mejor
a la que tengo sólo porque dicen que nicolás maduro ha tenido algunos
problemas, especialmente problemas mentales, algo que es falso ya que él no
posee mente.
Como dice la colega Flor
Francisconi, palabras más, palabras menos, ¿para qué coño me preguntan eso sí
no me van a ayudar con el pasaje?, lo que se traduce en que sólo lo hacen para
que me joda como ellos, me fortalece en mi respuesta tajante y que grito acá
con los dedos, en mayúsculas: YO NO ME VOY A IR DE VENEZUELA, Y PUNTO.
Que se
les queden sordos los ojos con mi verdad.
Y es que el irse del país
es extremadamente doloroso, más sí siento profundo respeto y doy mi apoyo
incondicional, de corazón, fraterno y hasta acepto transferencias en PayPal o
bitcoin en agradecimiento por ser pana de quienes se van a que les vaya bien en
otro país.
El dolor principal para
mí, es el levantarse a las 4 de la medianoche (sí, medianoche) un día laboral,
que es sólo un 10% menos letal que hacerlo un fin de semana, vacaciones o no
laboral, para ir a hacer una cola para apostillar los documentos que ya
deberían salir legales de nuestras casas de estudio, pero no, acá hay que poner
trabas a quien se quiere ir y dar razones para que yo me quede. Ya por allí,
Chile, Panamá, USA, España, México, Colombia, me están perdiendo.
Luego, comprar el pasaje y
adquirir el pasaporte. Vendiendo todos mis ensere, quizás no llegue a comprar
el pasaje. Y pedir prestado a mis amigos es pedir limosna a otros pobres y
menos me prestarán porque al saber que me voy, dudarán que les pague. Claro,
juzgando por su condición, ya que ellos son bien mala paga.
Despedirme de mis padres
es doloroso, de mi papá porque pierde un hijo al que le compra el pan, le trae
tostones, le trae el vuelto cuando le hace un mandado, y eso le va a pegar y de
mi mamá porque ella cocina sabroso, plancha bien, lava estupendo, friega
sensacional, zurce maravilloso, tiende las camas como con escuadra y nivel.
¿Quién en su sano juicio se va a ir de dos seres tan espectaculares?, eso es
difícil de abandonar.
Ir a otro país a hacer
cosas que no hago acá, es penoso. Entre ellas cocinar, lavar, planchar,
trapear, zurcir, pagar cuentas, organizar. Esa sería una ofensa a mi casa donde
nada de eso hago. Y más grande, porque lo haría por el vil metal y por
artículos de primera necesidad y necesidades impuestas. Yo no soy un cruento
villano.
Tengo primos que se han
ido a otros países y han tenido que lavar platos y copas para costearse sus
estudios y alquiler. La han pasado fuerte, pero volvieron a Venezuela a hacer
su vida con dignidad pese a todo, siendo los mejores en su campo, de lavar
platos y copas.
Aprenderme el número de
las calles, código de país, nombres de los nuevos vecinos, ver organización,
producción, abastecimiento, seguridad, me podrían crear un infarto por la
emoción y muerto, ¿quién me llevará flores en una tumba de otro país?, ya de
por sí es arrecho que alguien vaya a mi velorio acá y mucho más, a lavar mi
tumba. Por ello tuve que comprar ya mi lápida a la que le grabé la frase, “CUANDO
NO SE PUEDE, NO SE PUEDE”, que explica mucho para quien quiera entender. Sí usted
no la entendió, es que no quiere.
Así que yo me quedo en
Venezuela por éstas y muchas razones más derivadas a que no sé cuidarme por mí
mismo y seré como un metrosexual en una cárcel venezolana. Al menos, sé votar y
sé quejarme como debe ser, así que soy inútil conmigo mismo, pero no parásito
para el país.
Mis venezolanas y
venezolanos que se fueron del país, sean felices es lo que quiero, mientras
extrañen y vivan a Venezuela, todo está bien. Mal es que en vez de extrañar las
cachapas y galletas Susy, extrañen Sábado Sensacional.
De ser así, no vuelvan,
ya los marginales están completos.
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