Cuando se tiene bloqueo
del escritor uno se siente tan inútil como el que se autobloquea para leer. Y eso
sí que es caer bajo. Bueno, no tanto como apoyar a la izquierda política o
pedir cola en un camión de gallinas, pero es bajo.
Y es que uno se siente así
como se siente cuando no se siente nada y es muy malo sentirse así. Tal cual
decía Aquiles Nazoa de su personaje Toribio, uno se siente meditabajo y
cabitabundo, pero con resultados adversos.
Se me ocurría hablar sobre
la física cuántica, la levitación trascendental o el poder de los cristales de
cuarzo y resulta ser que el bloqueo se hace más férreo por la mera condición de
que no sé qué sean esas cosas. Y es malo hablar de lo que uno no sabe, aunque
esa sea el pilar fundamental de muchos usuarios de redes sociales o de
conversaciones en un bar.
Quería escribir sobre los
estafadores pero son demasiados y no sé por dónde comenzar. Y mientras denoto esto,
el bloqueo de escritor es mayor y noto la injusticia de que a los estafadores
nadie los bloquea. En especial esos que venden esperanzas de intervención
extranjera pero su único aporte para ello es sacar sus sillas Manaplas, unas
cervezas y ver la película de acción. Esos están bloqueados de las heces en el
cerebro.
Salgo a caminar y veo a
las personas pasar y trato de inspirarme en sus reacciones, lo que dicen lo que
hacen, lo que portan y parece que cada día son menos interesantes o es mi
bloqueo del escritor. No, creo que sí son las personas. Aunque sí puedo
reconocer que hay un poco de bloqueo en mí, ya que ni mi imaginación me ayuda y
eso que siempre que veo a las personas venir hacia mí les visualizo dándoles
una patada con la rodilla en el plexo solar, cachetadas, patadas a la
espinilla, haciéndolas tropezar o el clásico agarrón de nalga y una pica de ojo
(el mío de manera sexi y los de ellos con mis dedos así como en Los Tres
Chiflados).
El bloqueo al escribir me permite
oler las flores. Eso de usual lo hago y no veo porqué se va a mezclar una cosa
con la otra. Y ese divagar es parte de no tener claros los temas a escribir y
eso le ocurre a muchísimas personas y es porque son comunes, no sé por qué me
ocurre a mí, que soy más corriente que común.
Quizá requiero una musa,
que me hable al oído, me haga café con pan dulce, use mi camisa y ande en
pantaletas o sin ellas pues. Pero lo cierto es que escribir es un reto y el bloqueo
es sólo se derriba con el buldócer del intelecto.
Sí quieren o querían un
consejo valioso para saltar dicho bloqueo del escritor, lo principal es tener
bien claros los temas, aumenta su cultura general y saber lo que se quiere
lograr. Dichos consejos, como han leído en este artículo, tienen un brillo
propio excepcional, como todos esos consejos de autoayuda y autoestima que te
hacen sentir bien y a los pocos minutos te hacen notar que son pendejadas que
de nada sirven.
Cuando estés bloqueado,
comienza de cero y usa la otra ruta. Menos sí estás bloqueado del intestino,
allí sí consulta a tu médico, sin el malestar persiste, trata de no rezar, es
muy triste pedirle a Dios que te dé fuerza para ir al baño.
Y finalizando, ¿a qué
quería llegar yo con esto?
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