La Confianza

Parece que la confianza es la piñata de algunos, cuando es la ajena. Porque la suya en realidad no existen, entonces salen a dañar a la de los demás.

Tanto así que marca a mucha gente con un hierro caliente y sin anestesia ni un cariñito y dejan a gente renqueando, sobándose, con dificultad de sentarse y sobre todo, de confiar.

Esto hace que algunos atacados, ataquen y/o estén temerosos como estudiante de bachillerato haciéndose una prueba de embarazo, por lo cual les cuesta confiar de lo que no les está atacando, sino que les está ayudando.

Mucho peor para aquellos que cuando encuentran algo que sí es confiable, no les decepciona y termina resolviéndoles la vida, como el famoso caso de SEOconjuntas que ha causado revuelo en la Internet, empiezan con una llorantina y pena de haber tenido miedo de suscribirse.

Y es que por aquello de que luego se olvida y se sigue, la gente va como Atila el Huno diciendo “donde pisa mi caballo, no vuelve a crecer el pasto”, así que andan cortando rabo y oreja para hacerse su futuro hasta que alguien recibe la Rosa de Guadalupe con la brisa en la cara incluida, y les arruina los planes, cosa que tienen bien merecida.

La confianza no es algo que puedan estar abollándole a la gente a diestra y siniestra, pero lo hacen porque no recibieron amor materno y unos buenos correazos paternos y se les subieron las deposiciones al cerebro que, claramente, alguien les va a venir a bajar.

Para quienes arruinan la confianza de quienes la tenían; para quienes temen el confiar y para quienes pese a todo, siguen generando confianza, vayan estas enseñanzas que confío, les servirán.

Nota: No es lo mismo ser una persona confiable que un ser confianzudo.

la confianza
 

La Confianza

He aquí unos ejemplos de quienes destruyen la confianza y que hay que sacar de su camino. Y no, no como se hace en Call of Duty, Mortal Kombat o hacen los del Kremlin.


Los deshonestos

Quienes manipulan la verdad a su antojo o quieren crudeza en la historia para que la gente sufra y no halle las cosas buenas ni confíe en lo que sirve, porque quizás alguien cambió algo y le mintió. Es preferible execrar lo malo de la historia a estar peleando contra ella, como los que exigen disculpas de España, Francia e Inglaterra por las conquistas hace 500 años.

 

La confianza que rompen los inconsistentes

Los seres guabinosos que un momento dicen una cosa dizque rebelde y de poder y al rato están como mansas palomas o como quienes se divorcian de su pareja, hablan pestes junto a sus amigos y luego vuelven y aseguran que fueron sus amigos quienes hablaron mal. Son desconfiables y despreciables y ojalá se vuelvan a divorciar y les quiten las medias.

 

Quienes rompen promesa

Las promesas son como las deudas de juego, que se cumplen sí porque sí, porque son deudas de honor y, en ocasiones, te van a romper las pernas por no pagar. Si prometes cumple o de plano no prometas, es mejor que seas una persona de la cual no se puede esperar nada, eso es hasta más confiable.

 

La confianza se rompe al hablar a espaldas de otros

Sea que hablen de amigos, conocidos, vecinos, colegas o familiares, hacerlo por la espalda y para que el otro quede mal, ya debería ser razón para condenarles al paredón. Pero como no se puede, lo mejor es decirle, “habla de mí lo que inventes, la verdad es que te sacudo de mi vida para que no te cohíbas, quien queda mal eres tú, no yo”, rematado con un ¡VIVA YO, SOY EL MEJOR SER, POR NO SER COMO ESTE SUDOR DE AXILA AQUÍ PRESENTE!

 

No ser responsable

Hay gente que mete la pata hasta las costillas y cuando se defiende se hace la ofendida buscando tapar la embarrada. A esa gente hay que darle las gracias porque les podemos meter la pata en las costillas también y mandarles bien lejos.

 

Perder la confianza por falta de empatía

Eso del “yo primero, yo segundo y yo tercero” es lo que tiene averiada a la humanidad. Parece que no les da sentimiento nada hasta que la muerte o el ánima de los accidentes les pegan un susto y allí si chillan y andan dándose golpes de pecho y quieren grabar TikTok buscando redención como el Señor Scrogge en Cuento de Navidad de Charles Dickens. Vayan a que se los raspe un burro y los remate un elefante, no son dignos de la confianza de nadie.

 

Manipuladores

Si juegan con tu hambre, con tu vivienda, con tu familia o con tus ganas de hacer el delicioso, esa gente merece ser llevada a apagar incendios con gotero; porque con las ganas de nadie, se juega.


La confianza la arruinan los críticos

Si nada te huele y todo te hiede y andas exteriorizando el estilo de vida de rico que quieres y no tienes porque apenas te alcanza el sueldo, mereces todo lo pésimo que te suceda. Y a quienes dicen que estoy en ese lote de críticos por este artículo, pues sí, me he merecido muchas cosas malas y suceden, pero hasta ahora mis críticas estremecen para mejorar, no dañar porque soy adorable. ¿Y las de ustedes qué?

 

“Voy a cambiar”

Les gusta agredir a mujeres y demás familiares; usan la moto como una extensión de su odio por la existencia de los demás; cuando trabajan, les da como una intoxicación auto inducida. Les mama el chisme y beber hasta convertir todo ese líquido en 12 horas de violencia intrafamiliar o besar a los amigos. Pero aseguran que van a cambiar, se aguantan 15 días y allí van otra vez a perjudicar a los demás como los talibanes. Y hay quienes les dan un voto de confianza y, como ocurre en Latinoamérica, ese voto se pierde.

 

La confianza decae porque no cumplen las expectativas

Eso les sucede usualmente a las mujeres que quieren a los bonitos o los hombres que buscan a las “inalcanzables”; luego se estrellan de a feo, quedan con hijos y sin dinero. O por poner las expectativas en quien dice ser más fuerte y se jacta, hasta que viene alguien y les da la Patada de la Grulla en plena quijada y gana el torneo de Karate merecidamente, todo porque el supuesto campeón “no era más que un constructo de las ilusiones de los demás y de sí mismo” (esta frase no la dice ni el mejor psicólogo).

 

Por ende, gente buena, si quieren confiar, no anden a la defensiva con quienes les muestran cariño y velan porque les vaya bien y no anden inventándose enemigos y sí desconfíen de quienes les dicen lo que quieren escuchar y les apoyan a la hora de hacer cosas que les pueden ganar cárcel, multa, unas manos o noches sin poder dormir y amaneciendo meados.

Argenis Serrano - @Humoristech 

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