PRIMER GRAN REPORTAJE HECHO EN
EL MUNDO DEL PERIODISMO (el día de hoy, creo)
Cuando
se es periodista, es la opinión de la mayoría la que hace la noticia. La mía
también vale, pero bueno, alguien debía dar a conocer las opiniones y bueno,
los demás primero de mí al informar. Sí, este párrafo es incomprensible.
Muchos
venezolanos siempre se expresan con frases que engloban al país y a la gente en
sus arrecheras, pero nunca en sus éxitos y por eso es que hay tanto mezquino
que le pega en la barriga a otro para quitarle un pote de leche para dárselo a
sus hijos a quienes luego les enseñará que es malo robar. No se rían, que esto no
sólo es verdad, sino que es real.
Dichas
frases, para citar tres, van supeditadas a tres de los 5 sentidos que la
mayoría usa a medias, porque el sentido común muy pocos y eso, nos aleja más de
los delfines. Las frases son: “me sabe a
mierda (X)…”, “estoy oliendo un peo segurito”, “el futuro de esta vaina pinta
muy muy negro”, etc.
Dos arepas con queso, teniendo sexo para hacer una arepita |
Por
ello, bajo la pregunta ¿de qué sabor,
olor y color es Venezuela?, me conseguí una bonita cantidad de respuestas
de las cuales saqué una conclusión, que colocaré al final porque si no, sería
como una introducción pues. Dicha pregunta la hice a través de las redes
sociales porque en persona es más difícil, ya la gente le teme a las preguntas
buenas y libres y se alegra con las ideológicamente conductistas, respondiendo
libremente, lo que les dicen que deben decir diciéndolo sin saber qué dicen
pero lo dicen. Eso y porque me da flojera salir. Menos mal que Instagram y Facebook me ayudaron, en Twitter, se quedaron callados.
Y
aquí, diré con nombre y sin apellido, lo que me dijeron, más mis comentarios,
algo que usual no hacen los buenos periodistas, pero yo soy más bien mediocre
pero buena gente.
Quedé
putre…digo, estupefacto cuando Gina R.D., me dijo que “me huele a atraso, disculpen mi pesimismo”. Eso no
es igual a tiempos pasados, sino tiempo de podrirse.
Más
pato…patidifuso quedé cuando José
Alberto S. me comentó “Ahorita
no me sabe a nada no me huele a nada y la veo en blanco y negro”, bueno,
deduzco que algo de película antigua hay en nuestra Venezuela…película de
terror, digo.
Pero se prosiguió consultando y
varias personas de varias ciudades respondieron con gusto. Otros no
respondieron pero igual han de tener gusto, por eso no se pierde. He aquí las
respuestas más positivas:
El diputado nacional Richard Mardo (lo puedo publicar completo porque él es transparente, aunque algunos insaboros, mal oloros y unicoloros lo atacan) me escribió, “Color amarillo, azul y rojo. Olor a cambio y sabor a
unidad para derrotar un modelo fracasado”, alegoría política, sí, pero qué sabroso se suena, ya
queremos degustar esos platillos, baratos y sin colas, todos por igual. Lo mío
que me lo dejen en el plato, más ollas no.
Yveth G., dijo “a chocolate el rey o Savoy, cacao”.
Sabor y olor sabroso y aunque el color es mal asociado a veces, en un
chocolate, es placer. Sí, porque el chocolate blanco no sabe tan chabocho.
Hallacas teniendo sexo también, forma de aumentar el abastecimiento |
Ysabel V., nos dijo…me dijo,
estoy escribiendo/transcribiendo solo este artículo que está acompañado, dijo
(ya eso de dijo lo dije), “Pabellón,
arepa…y en Navidad, la hallaca”. El hambre nos hace ver colores raros de
delirio y comer nos lo quita, cuando hay platos así de buen sabor, con un olor
que evoca.
Mariana J., nos dijo (otra vez el nos, caray): “Venezuela sabe a dulce de lechosa, huele a café recién colado y es
verde esperanza cómo el cerro el Ávila... pero en este momento nos pide a
gritos unidad y respeto, tenemos que rescatarla para que siga brillando y no se
pierda dentro de este abismo socialista”. Otro punto a la comida y
la unidad ¡nótese que el sabor, olor y color tiene una semiótica a lo Espada
del Augurio de León-O, más allá de lo evidente!”.
Y casi a la par, Richard C., comentó lo siguiente: “Sabor a Cachapa con queso de mano, huele a café marrón claro en las
mañanas y es de Color Verde Esperanza... Unión, fuerza y alegría pueblo”.
Excepto que no me gusta la cachapa, pero no lo juzgo por ello ni le invitaría a
comernos una porque no irá a una cachapera, Richard suma más puntos a la comida
y unidad, con alegría y esperanza tal cuál es él.
En
este punto del reportaje, debemos decirles (y sigue la tercera persona, creo
que soy tripolar), debo decirles, que las personas que libremente expresaron su
opinión, lo hicieron con ese sentir de ser libres aunque cada vez quieran menos
que lo sean, pero ellos le ponen libertinaje y se escapan con la libertad a la
libertad, así es que se ven los sabores, olores y colores con mayor gozo y fe. Este
párrafo fue casi tan inútil como el primero, pero la pauta lo pauta.
Seguimos…sigo,
dije sigo.
Neila R., nos comenta, luego de leer los sabrosos comentarios anteriores: “¡Cuidao que llega diciembre y con él su
gastronomía! ¡Mosca con María la bollera que a fuerza e' bollo mata a cualquiera!”. Bueno, entre morir de gula o morir de inanición, lo mejor
es no morir, allí sí no se olería, vería ni saborearía nada; así que para
llegar sanos a la muerte, a cuidarse toca.
La metáfora es el
gozo venezolano, porque es un triunfo de la mente inteligente y libre, como la
que nos dijo…me dijo, Norma H., “Sabor a ilusión, verde esperanza y la tan
anhelada unión y paz en donde podamos vivir con libertad verdadera”.
Seguimos (ella, usted, yo, vosotros, ellas, ellos), con ganas de saborearlo,
eso no quede duda.
Para darle
idiosincrasia y sabor patrio coloquial, Gustavo
A., comentó: “Sabor a una kurda burda
de fría a la orilla de Bahía de Cata”, y aunque fue limitativo a una
playa, pues la idea no está mal, a menos que al igual que yo, no bebas. El olor
de la cerveza ustedes se lo imaginan y los colores, luego de unas diez,
usualmente es de elefantes rosados o cangrejos culipelaos de piel tostada.
Creo que el
cantante Diego torres ha de estar feliz porque el título y les motive de su
canción “Color Esperanza”, baña a los respondientes a este tema, lean a Katherine V. H., que es venezolana
mudada a otro país: “Venezuela me sabe a cachapa con queso de mano... Me huele
a guayoyo por las mañanas y es color verde agua como las Cayos de Tucacas...
Color esperanza!!!”. Tampoco le invitaría una cachapa, no por las
razones que aduje de Richard, es que es casada y las mujeres casadas, son
hombres para mí.
Sin hacerle cuña a esta marca, pero el que prueba uno de éstos, cae de por vida adepto a él. Vicio recomendado, sin pasar de medio kilo diario a menos que tenga un gran tanque para su baño. |
La comida es el
punto de los puntos, en especial con el toque patrio y que nos atrae a comerla
y evocarla si viajamos…si viajan ustedes, yo no viajo por razones que les
harían llorar, pero Saritza B., aduce
lo siguiente en su respuesta: “Para mi es
tricolor como la bandera, con sabor a arepa con queso guayanés y aguacate y con
el rico aroma del café.. A mi mamita le sabe a chocolate, con olor a mar y
color como el azul del mar”. Gracias a ella y a su mamita, por
colaborar, así como a todos los demás. Otro punto al chocolate. Ya se me antojó
uno.
En otro de los comentarios que no podemos
tildar de negativos, sino realistas, nos encontramos que Carlos A.G., alega: "Venezuela
huele a cola…en todos los sentidos”. Creemos (mi sentido de la ironía y
yo), que esto de oler a cola aduce tanto a las que hacen con los autos como las
que se hacen para comprar productos, que dan mal sabor de boca a la fe en la
humanidad, huelen a todo lo que puede oler un montón de gente sufriendo y
molesta y tienen un colorido muy triste. Si fuese esto Argentina, sería que
sabe, huele y está pálido como un culo, porque los gauchos le dicen cola al
culo.
Más siguen los comentarios
positivos, reales y concisos, como el de Carmen
A., que me dice (así sí): “A maíz, a
jojoto con mantequilla, a arepa con queso” . Los venezolanos gustamos de
comer, eso ni duda quede. Jojoto (elote, pochoclo), sí como, mientras no la
transformen en eso de cachapa, todo marcha bien.
Zenahir A., se fue a nuestras bondades (las de todo el país,
no las mías, no sé si esas ella las quiera), dijo: “A mar: sabroso, cálido, relajante”. Y sí, el mar es todo eso,
sabor de las costas y bailes (y agua salada, en eso somos iguales al resto del
mundo), aroma de paz y color cautivador. Eso, también es Venezuela.
El tipo de mujer que uno quiere emborrachar...digo, otra marca que no publicitaré, pero es el sabor que gusta, tiene mar, mujeres, cielo, de todo lo de este gran reportaje. |
Y
otro que fue más allá en su alegoría, fue Omar
G., con una descripción excelsa: “Venezuela tiene sabor, aroma y color de mujer... La fuerte,
la luchadora, la graciosa, la entaconada, la madrugadora... la madre”. Estoy de
acuerdo que hay mujeres divinas en Venezuela y eso es una comparación ideal a
nuestra patria linda; como en cada país, porque Vicente Fernández también ha
dicho que en México hay mujeres divinas.
No sólo en Instagram y Facebook conseguí
estas respuestas, también vía WhatsApp, cosa que me sorprende porque casi nadie
me escribe por allí. Sí, ese sabor amargo no me gusta, pero bueno, el balance
lo requiere o se cortaría la fina tela del universo. Otro párrafo inútil.
Allí, Carolina
G., expresó de manera corta y concisa: “Tiene
aroma a esperanza y avivamiento. Cambio y Progreso”. Nótese que ya existe
un patrón, las personas quieren que todo sepa, huela y pinte mejor para todos
por igual. Se parecen a mí en eso.
Y para cerrar, juntando lo antes dicho, más
lo suyo, más lo que ya ustedes quizás estén deseando decir y no dijeron cuando
pregunté (como hicieron las personas en Twitter), está Yeckzanny B., quien dijo: “Sabor a Chocolate porque es una tierra dulce, divina, y alegre..
Aroma a cafecito recién colado que despierta los sentidos de millones de venezolanos
que sueñan con recuperar la libertad, la dignidad, la alegría y sobre todo
hacer progresar a este país.. Y color Dorado como el oro que nos han robado y
como los rayos del Sol, que cada amanecer llenan de esperanza a todos los
Venezolanos”.
Conclusión: Es difícil dar una
conclusión porque ahora es que esto sigue y debe ayudarse a mejorar para que no
huela más a peo, no sepa a mierda ni tenga color a pupú; porque seguir
comparando nuestras necesidades fisiológicas con las necesidades de vida, nos
están haciendo el alma abono que no sirve, cuando el color verde esperanza del
que tanto se habla requiere más bien que lo alimentemos de cosas buenas.
Para quienes todo pinta mal y con razón, pues nos
toca ser sus muletas, ya que ayudándonos es que salimos adelante para mejorar
el epicentro de la triada de cosas que pregunté. Para quienes pinta mejor, toca
mantener y aumentar a la par de ayudar.
Tarea titánica en la que caeremos, decaeremos y
con gusto nos levantaremos o nos levantarán (esto sí en tercera, quinta, y
nosécualgésima persona del presente perfecto y del futuro mejor del verbo
Venezuela, que aunque es irregular, es regular que se diga y debe ser mejor que
se haga sentir.
Esta conclusión no fue tan inútil como los otros
párrafos, pero está medio en elipse que es más confusa que una parábola, así
que ocupémonos con nuestras acciones en desenredarla y con ella, el país.
VENEZUEA
ES MULTISÁPIDA COMO SUS HALLACAS O AREPAS MIXTAS, AROMÁTICA COMO SU ORQUIDEA Y MUJERES
RECIÉN BAÑADAS Y DEL COLOR DEL PRISMA Y SU BANDERA.
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