Hacer Humor Venezolano (Post por el 17 Aniversario)

Luego de 17 años de vida del blog de Humoristech sin CIA (14/09/23), queda una pregunta en el aire, ¿Vale la pena hacer humor venezolano en estos tiempos?

La respuesta no es fácil, sino rápida: Por supuesto, porque es más de lo que se puede comprender.

El humor venezolano es protestatario, contestatario, rico en vitaminas y minerales; anda pendiente del que se resbala, para hacerlo caer otra vez (el popular chinazo, que es impopular cuando tú misma/o caes).

Es aquel que se encuentra en narraciones de Nazoa, versos de Graterolacho, chistes de Er Conde, imitaciones de Emilio, reflexiones de Perucho, desparpajo del Gato Soto, devaneos del Galán de Maracay, las dos caras de la moneda reflejadas en Kini y Lalo y los gritos indignados de una afable mujer de barrio, Malula.

Es aquel que no perdona y no pasa a ser Bullying. Que hace que todos caigan y a ninguno busca ofender sino hacerle entrar en conciencia.

Hacer humor venezolano, de ese que dice la realidad social y la crítica en búsqueda de remecer a los culpables y despertar a las víctimas, es cada vez más difícil de realizar. 

Se ve también temeroso de que te lleguen gente con pistolas y cachas y tú sin querer te caigas encima de ellos y amanezcas todo golpeado, además de saqueado, porque de pronto pasó una tormenta tropical justamente donde estaban tus escritos.

Que las sombras y barrotes te hagan compañía como a Leoncio Martínez y termines cerrado como la revista Fantoches directamente o sin posibilidad de ver luz “por algunas cositas”, como ocurrió con El Camaleón.

¿Y qué decir de esa generación de cristal que no le gusta nada más que hacer que la gente no piense, sienta ni se divierta, para buscar la igualdad que deriva de que no te llegue ventilación a la azotea donde está la mente?

Así como a Simón, Joselo y Hugo Blanco, que terminaron sin las gaitas de las locas con las que las locas también reían, así mismo acaban con cualquier cosa que su escasez raquídea no les permite comprender ni su corazón procesar.

Se sienten el ombligo del mundo, cuando más bien son la pelusa de ese ombligo; y como el humor venezolano se los hace ver, entonces salen por redes sociales a llorar, funar y denunciar y,  esas llorantinas sí les hacen caso las autoridades, porque más barato sale acallar a quien intenta hacer humor venezolano, que mandara pavimentar dos cuadras.

Mi abuela era de piel negra y decía “ser negra es la vaina más buena que pudo haberme pasado en la vida”; porque decir un color de piel no es un lenguaje que desune, estigmatiza o llama a la burla. Es el color que tiene y el que cubre a su más grande valor: su espíritu.

Ojalá entendieran al humor como el de esas personas con capacidades distintas, que saben reírse de sí mismos y hacer reír con sus situaciones de vida y no se ofenden. Entienden la mesura y entienden a los demás y no buscan conmiseración, sino igualdad.

Y no sé cómo sea en otros países, pero en Venezuela la gente no se discrimina por cómo es y quienes lo hacen, terminan pisados por sus propios errores al ver que este país es multicolor y multi -formas y eso, junto a los malos sueldos que son igualitarios, nos une.

El humor venezolano toca a todos por igual, sin ensañarse. Y sí alguien lo hiciera, su responsabilidad fuera, porque el humor está allí, libre y esperando a todos, pero así como a los fósforos, la Internet y las banderas del orgullo gay o del feminismo, siempre habrá quien quiera usarla mal y su maldad hará mucho ruido.

 

El humor venezolano, ¿Vale la pena?

Contestándome rápido, sí lo vale. Porque chiste que no se echa, se muere. Los chistes son del mundo y de él. Alguna situación jocosa, reflexión sesuda o enseñanza cruda, dura y necesaria, sale. 

De la risa del buen venezolano sale la camaradería y cercanía; de la risa del mal venezolano sale la burla y distancia, misma que a la larga es buena, porque quien se mofa de los demás de manera descarnada ante ti, seguro lo hará contigo.

El humor venezolano es una manera de desarrollar tanto la inteligencia emocional como para salir de la frustración. De allí que los emos, deprimidos y demás caras de cañón, terminan siempre sucumbiendo no ante el que busca el chiste fácil, sino el que busca que sonrías porque de verdad, te nace.

Ese fue el propósito que nació en un cyber café en el año 2006 y que llegó a ser un libro, varias columnas, entrevistas, libretos, standup comedy y una manera digestiva de ver la realidad y al absurdo en redes sociales.

Ser un adulto con alma de niño, que sabe el valor comunicacional de una sonrisa y un buen momento que te congracie con el pasado y el presente y te haga seguir al futuro, es parte del motor de quien busca hacer humor venezolano.

Mientras algunos son renuentes y no se ríen; otros son ariscos y no leen; otros no trascienden en lo que se les cuenta, la gran mayoría de los venezolanos busca alegrarse para que la realidad no se lo coma.

Ver las cosas, contarlas de manera graciosa, crear para cautivar, alegrar, unir y cobrar, entre otras muchas razones hay, para saltarse cualquier prohibición o ley o gente que ande con las meras ganas de que no seas feliz.

Relajarse, pensar, sentir, son los efectos reales del humor venezolano. Cada quien a su manera; sea oscura como Otrova Gomas, pictórica como Zapata, educacional como Reuben, criolla como Tinaquillo, cruda como Fabricio o simple y llana como Pujols.

Hacer humor venezolano es ese mundo artístico del cual no nos salimos, porque no debemos, no podemos ni queremos. Es aquello que nos ha apartado de gente que cree que no maduramos o no nos profesionalizamos y que tomamos todo en chiste.

A su vez, es eso que nos ha acercado a quien busca un refugio, una palabra afable, una manera locuaz de enfocar la situación, de romper la rutina y la tensión para volver a tomar el hilo del día a día.

De verdad que hacer humor venezolano, en una época donde parece que todo quiere ser tan fácil y espurio como un reguetón, no es fácil.

Y por no ser fácil, es que se hace más sabroso, porque las neuronas se ponen a millón y esa adrenalina hace que vivir en Venezuela o acordarse de ella desde lejos, sea siempre tan sabroso.

Gracias a quienes aunque sea una vez en su vida han leído este blog o la filial light El Blog de Humoristech sin CIA Recargado, que le cubrió mientras la censura a este portal atacó.

El blog de humor más antiguo de Venezuela, no seguiría existiendo, sin ustedes. Por eso, este aniversario, les pertenece.

Y para finalizar, las palabras que me unen a ustedes a través de sus pantallas y que engloban todo lo que quiero para mi país y el planeta.

Humor y Paz

Argenis “Humoristech” Serrano 

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